La experiencia sobre los escenarios marcará la tendencia de la próxima edición de Rock in Cambre, el festival que se celebrará este año los días 3 y 4 de agosto. El veterano Marky Ramone, que fue batería de la mítica banda neoyorquina Ramones, será la actuación estelar de este año y a su lado tendrá otros músicos con un largo recorrido en el mundo de la música, ya que en Cambre se darán cita este verano Radio Océano, uno de los grupos coruñeses que marcaron estilo en los años ochenta, así como los también gallegos Siniestro Total y Os Resentidos.

El programa del festival, que se lleva a cabo en la localidad por vigesimoséptima vez, prevé también la contratación de otra banda gallega de referencia, Heredeiros da Crus, a la que se sumarán Angelus Apátrida, Stratos VLC y Banda Bassotti. Todos ellos serán las estrellas de una cita roquera en la que también intervendrán seis grupos locales que actuarán como teloneros en cada una de las dos jornadas de Rock in Cambre, cada uno de los cuales cobrará 400 euros por su participación.

El Concello licitó ayer la organización de este acontecimiento con un precio inicial de 132.000 euros, de forma que la empresa que se haga con el contrato será la responsable de conseguir la participación de los artistas propuestos y, en caso de que no fuera posible contar con alguno de ellos, se responsabilizará de lograr otro con un caché similar.

Las bases del concurso establecen que la organización deberá instalar un escenario cubierto de 14 por 12 metros y que tendrá que estar ya montado en la tarde del 2 de agosto. También deberá aportar un equipo de sonido con una potencia mínima de 40.000 watios y una iluminación de al menos 100.000 watios, además de todo el equipamiento técnico necesario para el escenario.

Otro de los requerimientos que deberá atender el organizador de Rock in Cambre será proporcionar a los artistas el catering que exijan, mientras que a los grupos locales y al personal municipal se les facilitará un servicio de este tipo pero de "cortesía". También será necesario instalar casetas para camerinos con destino a las bandas participantes, así como vallas antipánico que se ubicarán en el frente y los laterales del escenario, además de en la zona de la organización y en la que se ubiquen los músicos. Como personal de seguridad, que deberá estar identificado claramente, se exige un mínimo de diez personas, de las que al menos dos deben ser vigilantes jurados. La organización será además la responsable de grabar en alta definición los conciertos del festival con el fin de elaborar un resumen de cinco minutos del mismo, en el que se incluirán entrevistas a los artistas y al público.