El juicio penal contra el alcalde de Cerceda, José García Liñares, constató dos cuestiones: funcionarios, técnicos municipales y políticos cometieron errores a lo largo de toda la tramitación de las obras; y realmente hubo prisas por ejecutarlas porque faltaba muy poco para las elecciones municipales de 2015. Ahora será el juez de lo Penal Número 2 de A Coruña, Vázquez Taín, el que sentencie si en el cúmulo de anomalías y equivocaciones hay delito o no y si se puede condenar al regidor por prevaricación y fraude a la administración y al aparejador municipal Antonio Varela también por falsedad en certificado. Tras oír a acusados y testigos el Ministerio Fiscal se reafirmó en su petición de un año y seis meses de cárcel y nueve inhabilitación para Liñares y lo mismo para Varela, salvo que en lugar de nueve, cinco años de inhabilitación. Los letrados de la Defensa pidieron libre absolución. Ayer quedó visto para sentencia el juicio tras seis horas seguidas de sesión, finalizando cerca de las siete de la tarde y sin parar para comer.

Los hechos se remontan al año 2015 cuando el Partido Popular denunció ante la Fiscalía irregularidades en las obras de ejecución de las lagunas naturalizadas lagunas naturalizadasen el parque del jardín botánico de O Acevedo, al comprobar con fotografías y notario que se estaban ejecutando los trabajos antes siquiera de que se recibiesen las ofertas de las empresas invitadas. Tras la denuncia ante el fiscal el Concello llevó el expediente al Consello Consultivo pero éste lo rechazó porque la obra ya estaba ejecutada. En el escrito enviado al Consultivo se reconocía que se había realizado todo el procedimiento "prescindiendo total y absolutamente de la normativa vigente". El proyecto de las lagunas era de 2011 pero no se inició su ejecución hasta comenzar 2015 (en mayo fueron las municipales).

El regidor explicó que se hicieron dos obras y no una, que la primera fue un drenaje previo, por valor de unos 9.500 euros, que se encargó por sugerencia del aparejador técnico, para recoger las aguas superficiales y que no anegasen una senda del parque. El segundo drenaje estaba incluido en la propia obra de las lagunas, presupuestada en más de 300.000 euros, pero para recoger las aguas subterráneas y canalizarlas a los lagos.

García Liñares, sobre los informes desfavorables de Secretaría e Intervención, manifestó que en dichos informes no se especificaba que eran negativos pero además a él no se los entregaron y en todo caso puede firmar sin leer porque se fía. Negó que tuviese relación con las empresas que hicieron las dos obras, tanto SYR-AMG que hizo el drenaje previo adjudicado como obra menor; como con GR Construcciones y Obras que hizo el segundo drenaje y las lagunas por procedimiento negociado sin publicidad. Ambas empresas están vinculadas al ser sus dueños hermanos (aunque luego uno la puso a nombre de su mujer) y una de ellas subcontratar la maquinaria de la otra y también compartir trabajadores.

Tanto el secretario como la interventora admitieron que se les "había colado" un error, no darse cuenta de que por el importe de la segunda obra, superior a los 200.000 euros, se debía de haber hecho una contratación pública y no un negociado sin publicidad. El secretario realizó un informe negativo en su día con hasta nueve deficiencias y la interventora con seis, aunque luego el primero elaboró otro en el que dio por subsanados todos los defectos. Secretaría se reafirmó en que el alcalde quería hacer la obra "a toda costa" y había prisa.

El aparejador municipal, que reconoció conocer la relación familiar entre las dos empresas, no pudo explicar por qué el acta de replanteo de la obra aparece con fecha de 24 de abril si las obras empezaron el día 13 y el replanteo es previo. "Fue una equivocación que tuve, el replanteo fue el día 10. Yo tenía mucha acumulación de obras ese mes, trece o quince", declaró.

Aunque el perito judicial afirmó que en su opinión solo se había realizado un drenaje "porque si se hubiesen hecho dos se habría caído todo", una empresa que sí analizó el terreno al encargarle un estudio hidrogeológico, afirmó con rotundidad que sí hacían falta dos drenajes y sí se habían hecho y además de forma "fetén" por lo que en su opinión no hubo "sobrecoste", no cree que fuesen mal invertidos los más de 9.500 euros del primer drenaje. También fue de la misma opinión el perito de la Defensa.