No todos defendieron en su momento la declaración de Bien de Interés Cultural del pazo de Meirás ni tampoco su devolución al patrimonio público pero, diferencias aparte, todos comparten ahora la necesidad de aprovechar el “potencial turístico” de las torres que mandó construir Emilia Pardo Bazán a finales del siglo XIX y que la Justicia ha devuelto al Estado tras permanecer durante 82 en manos del dictador Francisco Franco y sus descendientes.

Ediles de cuatro corporaciones de Sada dejaron ayer a un lado sus diferencias para participar en una visita guiada por los jardines del inmueble. Estaban invitados todos los concejales de las corporaciones municipales desde 2007, año en que se iniciaron los trámites para su declaración como Bien de Interés Cultural. Hubo ausencias destacadas, como la de los exalcaldes Ramón Rodríguez Ares (PP y PDSD) y Ernesto Anido (PP) y la del actual grupo municipal del PP, que criticó ayer que el Concello envíe a un policía los fines de semana como refuerzo para el control de los accesos.

Sí estuvieron presentes exconcejales del arco de la derecha, algunos muy críticos en su momento con el BIC, como Mar Fernández o Emilio Gómez, y otros como Almudena Pena, José Ángel Sánchez, Fernando Campos, Fernando Illanes o Marcos López Mallo. No se perdieron la visita los exediles socialistas José Garrote, Eduardo Díaz, Raquel Bolaño y Marcos Villar y los nacionalistas María Xosé Carnota, Ximena Campos, Carlos Silvar o Liss Suárez Becerra.

De la actual corporación, hubo representación de todos los grupos, salvo del grupo del PP y Alternativa dos Veciños (las portavoces de ambas formaciones disculparon su ausencia por motivos personales). El exalcalde Abel López Soto y Benito Portela tomaron la palabra para expresar su respeto por la legítima discrepancia en torno al pazo de Meirás que caldeó los plenos durante años, y también la unidad en el seno del Parlamento gallego que, tras años de división, resultó clave en la acción reivindicatoria ejercitada por el Estado. López Soto aprovechó la ocasión para apostar por convertir el pazo en un centro internacional de la memoria democrática con la colaboración de la Unesco. El actual regidor, Benito Portela, instó a mantener la unidad para evitar que los Franco vacíen el inmueble. Uno y otro reconocieron el papel crucial que jugaron en el proceso los exediles Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, autores de Meirás, un pazo, un caudillo, un espolio, que ayer ejercieron nuevamente como guías.