El área apuesta por empleo, rehabilitación y más ayudas para reducir las viviendas vacías

Los concellos plantean propuestas para captar nuevos residentes | Piden la implicación de más instituciones | Afirman que repuntó la compra de casas después de la pandemia

Bloque de viviendas inacabado propiedad de la Sareb, en Carral.

Bloque de viviendas inacabado propiedad de la Sareb, en Carral. / La Opinión

Daniel Abelenda / Antares Pérez

Los municipios del área metropolitana de A Coruña hacen balance de los resultados del censo de población y vivienda del Instituto Nacional de Estadística (INE), que hizo públicos los datos recogidos en el año 2021, la última actualización de este estudio. Los ayuntamientos coinciden, en líneas generales, al valorar como muy elevadas las cifras de hogares vacíos del INE. Tienen propuestas similares sobre las fórmulas que se pueden llevar a cabo desde todas las administraciones, que pasan por nuevas ayudas, la rehabilitación de espacios y la creación de puestos de trabajo.

Los datos del INE han resultado satisfactorios para algunos gobiernos locales. Es el caso del de Culleredo, el municipio con el porcentaje más bajo del entorno coruñés (14,2%), que redujo siete puntos porcentuales en una década. El alcalde, José Ramón Rioboo, comenta que es un indicador de bienestar que se percibe tanto en la zona urbana como en el medio rural. “Tenemos que desarrollar más infraestructuras y servicios que consoliden el crecimiento de Culleredo”, se exige Rioboo.

Sada valora el descenso de seis puntos, del 27,4% en 2011 el 21,5% actual. El alcalde, Benito Portela, informa de les preocupa que “a pesar del porcentaje de vivienda vacía disminuya la oferta de compra y alquiler” y que suponga un aumento de los precios. Menciona el proyecto para recuperar los barrios de A Tenencia y Fontán con planes de protección que están en tramitación.

Entre los ayuntamientos con un perfil más urbano señalan la importancia de la colaboración entre las administraciones para desatascar proyectos que atraigan a nuevos vecinos. Es el caso de Betanzos, que según el INE tiene libre una de cada tres moradas. “El concello trabaja en la recuperación del casco histórico”, afirma el concejal de Urbanismo, Diego Fernández. Menciona el área Rexurbe, promovida por la Xunta de Galicia, que busca rehabilitar el entorno antiguo betanceiro para alquiler social, es una de las actuaciones a tener en cuenta.

Al homólogo de Arteixo le parece una cifra “totalmente exagerada” las 3.507 plazas desiertas, de un total de 17.841 que INE contabiliza en el término municipal. “Hay más de 15.000 padrones municipales de recogida de basura”, argumenta el concejal Urbanismo, Alberto Castro. Apunta que la fórmula para cubrir los hogares deshabitados pasa por generar un clima que seduzca a los propietarios para poner sus propiedades en alquiler. “Con el cambio de la ley estatal tiene temor a alquilar su vivienda a cualquiera y se ven desprotegidos”, sugiere Castro. El Ejecutivo de Arteixo apuesta ayudas para instalar ascensores y mejorar las condiciones interiores y exteriores de los edificios para incrementar la seguridad y la confianza de arrendatarios e inquilinos.

En Carral defienden que el Ayuntamiento mantiene negociaciones con la Sociedad Gestora de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). En alcalde, Javier Gestal, confirma estos contactos para que se terminen las obras en los edificios propiedad del banco malo “que están al 75%” con el objetivo de disponer de ellos para alquiler. En este municipio se encuentran varios bloques residenciales que quedaron inacabados y que preveían cerca de 200 plazas.

Alrededor de los ayuntamientos menos poblados hay una preocupación generalizada por las fincas deshabitadas, aunque apuntan que son muchas menos de las que cifra el censo. El alcalde de Vilasantar opina que “es una barbaridad” el dato de 47% de hogares vacíos en su municipio según el INE. Iniciaron en el último mandato el plan Vivenda Baleira, en el que pidieron a los propietarios que pusiesen a disposición sus inmuebles. “La gente no quiere alquilar, solo vender”, expone Fernando Pérez.

Bergondo pone la lupa en las “casas pequeñas, muchas casi abandonadas, que no están en condiciones de salir al mercado”, según cuenta la regidora, Alejandra Pérez Máquez. Plantea como medida que las grandes administraciones “amplíen el abanico de subvenciones para la rehabilitación de estos inmuebles” con el fin de facilitarles una segunda vida. Desde Miño culpan a la burbuja inmobiliaria, como ejemplifica la macrourbanización Costa Miño. El alcalde, Manuel Vázquez Faraldo, asume que es necesario ampliar la oferta de alquiler social con la Sareb.

“La generación de oportunidades vinculadas al territorio, junto a la promoción de servicios, es esencial para fijar población en el rural”, propone el alcalde Abegondo, José Antonio Santiso. Cada concello defiende los atractivos. El primer edil de Aranga, Alberto Platas, indica “en la pandemia se compraron un montón de viviendas”. Señala que los servicios y el empleo son las herramientas para anclar a nueva población. “Hay muchas esperanzas puestas en el futuro polígono industrial”, dice Alberto Platas. Para el líder del Gobierno de Cerceda, Juan Manuel Rodríguez, la situación responde a la pérdida de población del rural gallego en los últimos veinte años y llama a “buscar un enfoque competitivo” en el mercado de la casa unifamiliar.

El regidor de A Laracha, José Manuel López Varela, también presume del 16,1% de disponibilidad. “Están entrando muchas solicitudes en el concello, tanto para construcción nueva como rehabilitación”, certifica el gobernante larachés.

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