La Xunta autoriza un cuarto parque eólico en el Monte do Gato

La instalación de Feás se construirá entre los concellos de Aranga y Coirós | Tendrá un presupuesto de 40,5 millones de euros

Vistas desde el Monte do Gato. |   // LA OPINIÓN

Vistas desde el Monte do Gato. | // LA OPINIÓN / Adrián G. Seoane

Adrián G. Seoane

El Diario Oficial de Galicia ha publicado la autorización administrativa de construcción del nuevo parque eólico de Feás, situado en el Monte do Gato, entre los concellos de Aranga y Coirós. Este es el cuarto proyecto de este tipo que autoriza la Xunta en el Monte do Gato, luego de que haya dado luz verde a los parques de Felga, Penas Boas y Gato. La resolución todavía no es firme en la vía administrativa y contra ella cabe presentar un recurso de alzada en el plazo de un mes.

La instalación, que será construida por la empresa de energías renovables Galenergy, tendrá una potencia de 40 megavatios y un presupuesto de 40,5 millones de euros. El parque contará con ocho aerogeneradores de 127,5 metros de altura y cinco megavatios de potencia cada uno, ocho centros de transformación de 5.300 kilovoltoamperios, una red eléctrica soterrada de 30 kilovoltios, una red de tierras, una subestación con transformador, dos parques (uno de 220 kilovoltios y otro de 30), un centro de control, un transformador de servicios auxiliares y una torre meteorológica de 127,5 metros de altura.

Antes del inicio de las obras, Galenergy deberá depositar una fianza para garantizar la restauración de los terrenos ocupados por el parque eólico en la fase de construcción. El importe de esta fianza se fija, por propuesta de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental, Sostibilidade e Cambio Climático, en 304.000 euros. La empresa, entre otras actuaciones necesarias para iniciar la construcción del parque, también deberá hacer llegar a la Dirección Xeral de Planificación Enerxética e Recursos Naturais un plan de vigilancia y seguimiento ambiental con un mes de antelación al inicio de las obras.

Los proyectos de construcción de estos parques en el Monte do Gato, un total de seis, ha generado varias polémicas entre los vecinos afectados y recogidas de firmas para impedir su materialización. A principios de año, el parque eólico de Fontella fue tumbado por la Xunta por su impacto en la Reserva da Biosfera As Mariñas e Terras do Mandeo, ya que la Consellería de Medio Ambiente concluía que el proyecto resultaba incompatible con las zonas núcleo de la Reserva, ya que esta debe quedar libre de eólicos para garantizar la diversidad biológica.

Vecinos alertan del impacto de As Encrobas

La asociación Salvemos o Val de Barcia e o Monte Xalo, que presentó 181 recursos de alzada contra el proyecto de construcción del parque eólico de As Encrobas, alega la posible nulidad del mismo por el impacto que podría tener en el aeropuerto de Alvedro. Según la asociación, la Xunta se abstuvo “de realizar consultas a la Dirección General de Aviación Civil, por los posibles efectos significativos del parque sobre las servidumbres aeronáuticas del aeropuerto”. Los cuatro aerogeneradores proyectados tienen una altura de 200 metros si se incluyen las palas y la torre meteorológica mide 127 metros, a lo que hay que sumar la cota del terreno, de aproximadamente 400 metros, “con lo que la punta del aerogenerador más alto estaría a 600 metros sobre el nivel del mar”, afirma la asociación. “Tres de los aerogeneradores penetran y vulneran las servidumbres aeronáuticas de la operación de aeronaves del aeropuerto de Alvedro”, denuncian. El pasado mes de abril la asociación solicitó a las Secretarías Generales Técnicas de Industria y de Ordenación del Territorio información sobre la existencia de informes de las autoridades aeronáuticas, “sin haber obtenido respuesta”. Según la asociación, el organismo responsable de la Xunta tendría que haber solicitado a la Dirección General de Aviación Civil un “informe preceptivo y vinculante que exige el artículo 29 del Reglamento de Servidumbres Aeronáuticas”. La web Vuela más Alto, donde se puede consultar la actualidad del aeropuerto de Alvedro, también considera que el parque podría tener una gran “repercusión negativa” en las operaciones diarias.

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