Protectoras y animalistas piden más control en los criaderos tras el caso de Oza-Cesuras

La asociación Libera pedirá la inhabilitación de la responsable y el decomiso de los animales | La encargada ya había sido denunciada con anterioridad por hechos similares

Dos perros muertos hallados en el interior de la cocina del criadero. |   // LA OPINIÓN

Dos perros muertos hallados en el interior de la cocina del criadero. | // LA OPINIÓN / Adrián G. Seoane

Adrián G. Seoane

El caso del criadero de Oza-Cesuras, en el que el Seprona encontró numerosos animales muertos hace apenas unos días, ha hecho saltar las alarmas a diversas protectoras y asociaciones animalistas. Muchas de ellas creen que los controles efectuados sobre los criaderos son “insuficientes” y que los que sí se llevan a cabo resultan “ineficaces”. “Creo que no hay ningún control y es bastante probable que lo que se esté controlando es si los criaderos ‘oficializados’ cumplen las medidas; sobre los criaderos ‘pirata’ no creo que haya ningún tipo de control”, afirma María Díaz, de la protectora Apadan.

La asociación animalista Libera presentará un escrito en el que pedirá a la Xunta de Galicia que “inicie el perceptivo expediente sancionador, porque además hay suficiente información en los medios de comunicación”. “Suponemos que la Guardia Civil también trasladará la información a la Delegación Territorial de A Coruña”, declara Rubén Pérez, miembro de Libera. “Pediremos la inhabilitación de la responsable del criadero, lo que se puede hacer por vía administrativa, y que también se decomisen los animales, porque entendemos que se si se trata de un criadero irregular, en donde parece que han muerto varios de ellos, esta persona no podría tener ningún cargo”.

Miembros del Seprona inspeccionan el criadero

Miembros del Seprona inspeccionan el criadero

La responsable de Villa Vincapervinca —así se llamaba el criadero de border collie, en el que según la propietaria de la vivienda llegó a haber hasta un centenar de perros— tenía varias denuncias acumuladas por hechos similares a los acaecidos en este criadero localizado en la aldea de Vilar, parroquia de Filgueira de Barranca. Según la propietaria, había perros, gatos y cachorros en avanzado estado de descomposición diseminados por varias dependencias de la casa, en un establo adyacente e incluso en un contenedor de basura cercano.

“Por lo que dice la Benemérita esta es una persona reincidente, ya ha tenido denuncias previas y parece que ha estado haciendo la misma actividad de una forma presumiblemente ilegal, por lo que nos preocupa bastante el nivel de inspecciones que tiene la Xunta de Galicia en este tipo de acciones comerciales”, señala Rubén Pérez. María Díaz tampoco se muestra optimista y opina que la Ley de Bienestar Animal que entrará en vigor este mes no solucionará el problema. “Esta ley, en cuanto a controles y protección, es bastante peor que la ley gallega del 2017”, asegura. “Solo vale para cuando el perro vive en una ciudad y no establece ningún tipo de control cuando hay acumulación de animales”, indica.

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