Entrevista | Alberto Castro Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Arteixo

“En Arteixo no hay un problema de vivienda por falta de suelo, sino por financiación”

“Ahora imperan más la movilidad y la protección del patrimonio que la edificabilidad”

El concejal de Urbanismo de Arteixo, Alberto Castro.

El concejal de Urbanismo de Arteixo, Alberto Castro. / Iago López

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

El Ayuntamiento de Arteixo ha anunciado esta semana su intención de retomar la licitación del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), un proyecto paralizado en 2015, cuando se comenzó la rescisión del contrato con la anterior empresa adjudicataria. El trámite finalizó en 2021 y, ahora, casi tres años después, el Gobierno arteixán vuelve a sacarlo a concurso por 748.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro años, prorrogables uno más. Alberto Castro es el concejal del Urbanismo desde el año 2011, cuando llegó al poder el Partido Popular. Su equipo se ha encargado de actualizar las condiciones con las que volverá a salir a licitación la elaboración del plan.

¿Por qué han dado ahora el paso de licitar el plan xeral, más de dos años después de romper el anterior contrato de redacción?

Hubo una gran oportunidad de aprobarlo, pero la empresa encargada entró en concurso e hizo varios incumplimientos continuados. Lo positivo es que tenemos muchos datos que se estudiaron. Ahora, se pueden aprovechar y se les puede dar algún matiz o retocarlas. Sobre todo, este plan se centra en los núcleos rurales porque Arteixo cuenta con 140. Hay que trabajar para potenciarlos porque existe mucha demanda de suelo para edificar en ellos. El plan, en 2014, tenía ya una propuesta de núcleos muy interesante. Al dejar de comparecer el equipo redactor, tuvimos que resolver el contrato. Estuvimos mucho tiempo en una situación en la que ni teníamos equipo ni lo dejábamos de tener porque ya habíamos iniciado el proceso de rescisión por incumplimiento y caducidad del contrato. Hasta 2021 no pudimos romperlo definitivamente y no podíamos tener dos contratos abiertos para la misma finalidad. Eso evitó que pudiésemos adelantarlo todo tres o cuatro años.

¿En qué han cambiado las directrices para este plan respecto a la primera vez que salió a concurso?

Ahora imperan más la movilidad y la protección del patrimonio que la edificabilidad. Los planes nuevos se dirigen a zonas públicas, ya no se trata de ver quién hace la urbanización más grande. Arteixo tiene mucho suelo urbano, pero no buscamos muchas ampliaciones en él. Tenemos que intentar que el polígono industrial sea uno de los más grandes de Galicia o, al menos, el más amplio de la provincia. Y no queremos que se conviertan en suburbios, sino que se potencie la calidad de vida en zonas próximas a la industria. Buscamos atraer a más industria amable, que no moleste a la vida diaria de los vecinos.

¿De qué modo se va a trabajar con esa industria en Morás, Sabón y el puerto exterior?

Hay que clasificarla. Hay una industria que es más molesta. Aunque en Arteixo tenemos poca, lo mejor es ubicarla en zonas más alejadas de la población. La industria amable y el sector terciario, con las empresas de software, pueden coexistir y tenemos un buen ejemplo de ello en el propio polígono de Sabón. Allí tenemos los colegios, el pabellón, la piscina y los supermercados cerca de ellas porque coexisten muy bien. Esa semilla ya está plantada y queremos que crezca para que no haya tantas separaciones entre zonas residenciales e industriales. El plan xeral tiene permitir la convivencia en armonía.

¿Es una evolución en el modo de concebir el urbanismo?

Desde 1995, cuando se aprobó la norma subsidiaria, hasta hoy, el mundo ha cambiado mucho a nivel de urbanismo. Antes se quería hacer todo el suelo urbano o, al menos, urbanizable. Hoy nadie quiere eso. Muy poca gente quiere montes urbanizables porque sabe que va a tener que pagar y no podrá disfrutar de ellos. Están cansados de pagar el IBI de terrenos que no disfrutan. Lo único que piden es en el núcleo rural para hacer la casa del hijo o vendérsela al vecino. Hoy, el valor del suelo no varía, por eso ya no hay esa especulación. Una hectárea urbanizable ya no vale diez o treinta veces más que la del al lado, en rústico. Las ampliaciones de suelo urbano también han desaparecido. Arteixo tiene el suelo urbano que tiene. Podrá aumentar un porcentaje comedido, pero solo lo que se necesite. No hay una demanda loca de vivienda. Yo pienso que en Arteixo no hay un problema de vivienda por falta de suelo, sino por financiación.

¿Por qué estiman entre cuatro y cinco años para completar el texto?

Hemos hecho un cronograma real. No son cuatro años de calendario. Le damos 29 meses al equipo redactor par hacer todo lo que necesitan: la tramitación ambiental, el documento de aprobación de inicio, las contestaciones a las alegaciones que pueda haber, las contestaciones a los informes sectoriales, el documento de aprobación provisional… El plazo aumenta porque dependemos del tiempo que necesitan las administraciones para emitir los informes. Después de hacer todos los cálculos y previsiones, consideramos que llegar al quinto año supondría que han pasado cosas muy extrañas.

¿Descarta retrasos más allá de ese quinto año?

Sí, aunque nunca se sabe. Un cambio de gobierno puede conllevar un cambio normativo y te desbarata todo lo que tenías hecho. Es lo que pasó en el proceso anterior. En 2010 hubo un cambio en normativa de medio ambiente y, el documento que elaboraron en 2008 no valió. Perdieron el trabajo de dos años. Esperemos que no nos pase ahora a nosotros porque eso sí que nos haría llegar a los cinco años.

Suscríbete para seguir leyendo