Condenado un agente por golpear con la porra a un copiloto oleirense

La Audiencia le ve responsable de un delito leve de lesiones | Paró un coche en un control de alcoholemia y afirmó que se puso agresivo

La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a un guardia civil como responsable penal de un delito leve de lesiones contra un vecino de Perillo en Oleiros al que propinó golpes con la porra extensible debido a que se dirigió hacia él de forma irrespetuosa. La sentencia no es firme, se puede presentar un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El agente le acusaba de un presunto delito de resistencia a la autoridad y el oleirense de uno de lesiones. Finalmente la Audiencia le dio la razón al lesionado.

Los hechos ocurrieron a las tres de la madrugada del 25 de febrero de 2020 (días antes del inicio del confinamiento) en la avenida de Alfonso Molina en A Coruña, donde Tráfico había instalado un control de alcoholemia. Pararon a un coche Alfa Romeo y le practicaron a la conductora la prueba y dio positivo dos veces.

Después le pidieron al acompañante de la conductora que si quería hacer el test también para que llevase él el coche, pero también dio positivo, por lo que les informaron de que iban a inmovilizar el vehículo.

A partir de este punto las versiones del guardia civil, la mujer y su acompañante (su marido), difirieron durante el juicio. Los magistrados de la Audiencia dieron credibilidad al testimonio de la mujer porque reflejó cosas tanto beneficiosas como perjudiciales para su marido.

El guardia afirmó que el hombre, el copiloto, tuvo una actitud desafiante y agresiva hacia la conductora, la zarandeó, y por eso sacó la defensa extensible y le golpeó en las piernas, pero empleando la fuerza imprescindible.

La mujer declaró que el hombre efectivamente su puso insistente, pesado e incluso irrespetuoso pero en ningún modo agresivo, según ella. El agente situó al hombre sobre el capó del coche y en ese momento intervino su compañero, que estaba más alejado y no se percató de lo sucedido, y entre los dos lo esposaron.

La audiencia consideró “desproporcionada” la respuesta del guardia, quien le causó hematomas en rodillas, muslos y región lumbar, al copiloto, que acudió tres veces al hospital por el dolor, aunque no quedó incapacitado.

La Sala considera que el guardia es responsable penal de un delito leve de lesiones, con la agravante de abuso de autoridad. La pena es de dos meses de multa con una cuota diaria de diez euros, además de una indemnización al acompañante de la conductora de 300 euros en concepto de responsabilidad civil (más intereses).