Opinión | La pelota no se mancha

David Mella: fe, educación y crecer juntos

David Mella

David Mella / LOF

Con David Mella el deportivismo no deja de abrir los ojos. Tan bueno, tan joven, tan tuyo. Se está bebiendo a tragos y sin respirar la Primera Federación cuando lleva un puñado de partidos en la categoría y aún es juvenil. Revienta cada partido, destroza cualquier previsión. David nunca ha esperado por nada. Ni por los defensas, a los que reta, enfila y casi atraviesa. Su incipiente carrera es como una de sus cabalgadas. Él arranca, lo hace todo a la máxima velocidad, improvisa y todo fluye. Nada le arredra. Como cuando se enfrentó a juveniles siendo cadete en Marbella, como cuando tuvo que parar cinco meses por una lesión de pubis, como cuando escuchó lo que no quería este verano, pero aprendió, bajó la cabeza y trabajó. Hoy es otro: más fuerte, más completo, mejor. Bien guiado y acompañado, no tiene límites. El Deportivo ha podido disfrutar de él y el anhelo es que pueda seguir disfrutando de una irrupción en el primer equipo como no se recuerda una en décadas.

Su carrera ha ido bajo unos códigos y a esa hoja de ruta hay que agarrarse para que siga años y años en A Coruña

A quien le preocupe que las actuaciones de David Mella estén llamando la atención de los grandes equipos de España y Europa, que no pierda el sueño. Hace tiempo que lo controlan, lo siguen y pretenden llevárselo. El enfoque es diferente: seguir siendo la mejor opción posible. “A David le han aparecido oportunidades para salir y hemos tenido que tomar decisiones, desde luego”, reconocía su padre Gonzalo en una charla con LA OPINIÓN hace diez meses. Mella y su entorno han apostado por el Dépor porque el Dépor le ha ofrecido siempre lo que ha necesitado y más. Por eso es el futbolista que es hoy. “Cuando ha aparecido alguna posibilidad para que se marchase, el club lo ha sabido. Aquí entramos valorar las oportunidades, las de casa y las de fuera, y en los proyectos que se nos han planteado, y siempre pensando en él, el proyecto más apetecible era siempre el de casa. El Dépor le está dando a David todo lo que le ha propuesto y más”, razonaba el pasado mayo justificando una decisión que iba más allá de lo sentimental.

Solo a los buenos les pegan porque son imparables y él empieza a comprobarlo en sus propios tobillos

Leer a un padre con estos códigos habla ante todo de educación, de cuidar los entornos, de arraigo, también de que el mejor camino no es el que más alumbra ni el más corto. Es, simplemente, el adecuado, el que más exige y le hace mejor. Todo ha pesado en cada paso del zurdo. Hay que creer en esa forma de ver la vida, una carrera.

Y el prisma no ha variado, lo que ha cambiado es el nivel de David Mella. Cuando la Primera RFEF se te queda pequeña sin ser ni siquiera sénior es que tu fútbol pide más, mucho más. Su momento, y sus prestaciones demuestran que el Dépor es el hábitat ideal para él. No habrá mejor club para seguir creciendo, pero ahora lo importante es que el Dépor no se quede atrás. Subir de la mano, como siempre. Categorías, contratos... soñar juntos, con los tuyos. Eso sí, todo lo que no tenga el suelo de la Segunda División en los próximos meses lo hará todo más complicado. Tanto para él como para el club. Es pura lógica. Sentimiento y algo más. Como siempre.

Las buenas hay que disfrutarlas y que sirvan para preparar las malas. ¿Hay recambio del cuarteto de arriba?

David Mella lleva dos goles seguidos, tres en cinco jornadas. Pocos futbolistas de su edad han demostrado ser tan desequilibrantes y tener tal relación con el gol. En Tarragona no estuvo nada cómodo. Siempre tenía dos futbolistas vigilándole y recibió por todas partes. Eso sí, las dos veces que se escapó del marcaje y que pudo correr sembró el terror en la hinchada local. En una marcó y en la otra casi le regala el gol a Yeremay. Si en un partido gris es capaz de ser decisivo y con dos fogonazos...

En el Nou Estadi conoció, de paso, una cara menos agradable del momento que vive. Sus tobillos fueron el lugar predilecto de la saña de los defensores. Caricia tras caricia. Lleva semanas recibiendo. Es imparable cada vez que encara y el domingo terminaron de lesionarlo. Le toca cuidar su tobillo y saber que solo a los buenos les pegan porque no hay otra manera de frenarlos y que solo a los buenos les pitan porque son la mayor amenaza. Un niño de 18 años aprendiendo cosas de adultos.

Las rotaciones

Mella lleva varias semanas rozando la ausencia por lesión. Ya sea él u sea otro, llegará el momento de que el Deportivo pierda, aunque sea de manera puntual, a alguno de los integrantes de su cuarteto arrollador. Salvo en Tarragona, el Dépor transita plácido en plena remontada, mientras no para de golear. Pero en los tiempos felices y de abundancia también hay que prepararse para las malas. Once jugadores y algo más.

Hay futbolistas que son de por sí insustituibles y ellos cuatro son un buen ejemplo. Es probable que sean de lo mejor de la categoría en cada una de sus posiciones, pero ya sea nombre por nombre o con un hábitat diferente y matizado, el Dépor debe ir dando pasos para cuando no estén. Idiakez confía mucho en su guardia pretoriana y elogia a sus suplentes por su nivel de exigencia en los entrenamientos. Pero cada vez que los alinea (en los escasos minutos que les da) no se les ve activados. Hugo Rama marcó hace unos días, pero parece estar lejos de poder suplir a Lucas o a Yeremay. Y Davo, a pesar de que esta temporada no se entendería sin lo que remó en las malas, sigue sin estar cómodo en la banda derecha. Y Luis Quintero continúa en el banquillo y muchos no salen de ahí cuando en muchas ocasiones no se agotan las sustituciones.

Suscríbete para seguir leyendo