Apenado por la mala fortuna que le ha perseguido desde su aterrizaje en el club, pero a la vez consciente de los errores que ayer le empujaron a abandonar el equipo después de nueve meses, Garitano se marchó del Deportivo sin reproches y convencido de poder cambiar la dinámica en la que se instaló desde comienzos de año. "No me voy con nada malo que decir", aseguró después de pisar por última vez el vestuario de la ciudad deportiva para despedirse de la plantilla. Solo le acompañó el director deportivo, Richard Barral, presente en la misma sala en la que ofreció su última comparecencia mientras a unos metros la cúpula blanquiazul decidía su sustituto definitivo.

Para todos tuvo palabras de agradecimiento por una etapa interrumpida de manera abrupta por la debacle en LeganésLeganés. "Quisiera despedirme dando las gracias a todo el mundo, empezando por la afición, a la que doy muchas gracias por el apoyo de estos meses, también a todo el club, los trabajadores, a Tino (Fernández) y su junta por el trato, a Richard Barral (director deportivo) por su honestidad y ayuda, a todos los futbolistas y a vosotros (la prensa) por el respeto", enumeró.

La contundente derrota en Butarque terminó por sellar el destino de Garitano el domingo por la tarde después de la reunión entre el consejo de administración y la dirección deportiva. El marcador, pero sobre todo la imagen de desmoronamiento que dio el equipo, le dejaron a expensas del club y en una situación comprometida que ya intuía. "Mi intención era ganar, pero sobre todo por cómo se produjo el partido, que ha sido bastante doloroso, se ha incrementado la presión hacia mí y el club ha tomado esta decisión", reflexionó.

El técnico vizcaíno concede que su destitución era la salida natural por la inercia que había adquirido el equipo desde que arrancó 2017 y por el balance general desde que arrancó la temporada. "Ante la presión de los resultados de los últimos partidos el club ha buscado un revulsivo y en estos casos siempre es el entrenador el que paga. He estado a disposición del club y, si entiende que es lo mejor, lo acepto", subrayó. Cuatro victorias, siete empates y doce derrotas son el bagaje del vizcaíno desde su llegada al equipo en junio como sustituto de Víctor Sánchez del Amo. Su tarea consistía en apagar el incendio que dejó el actual entrenador del Betis Betis en la caseta y al mismo tiempo alcanzar una permanencia con menos agobios que en las dos temporadas anteriores. Lo primero lo consiguió -"vine para arreglar problemas bastante graves en el vestuario y ahora es profesional, funciona de una manera que no funcionaba el año pasado", presumió-, pero patinó en la búsqueda de mayor estabilidad en los resultados.

No lo tuvo sencillo prácticamente desde que aterrizó por la frialdad con la que lo recibió la grada -"ha sido difícil desde el día que llegué y sabía que iba a ser difícil darle la vuelta", reconoció- y por los numerosos obstáculos que se ha encontrado a lo largo de una trayectoria de nueve meses. Lamentó la mala fortuna que ha perseguido al equipo en momentos puntuales, la fuga de jugadores determinantes para el proyecto y también los errores arbitrales que han lastrado su trabajo. "Sí es verdad que llevo muchos años en el fútbol y que nos han pasado muchas cosas. En la jornada uno se marchó el futbolista más importante y después en diciembre también", recordó sobre las salidas de Lucas Pérez al Arsenal Lucas PérezArsenal y de Ryan Babel al BesiktasRyan Babel Besiktas.

Esos condicionantes influyeron, pero Garitano no rehuyó la cuota de responsabilidad que posee en la decepcionante trayectoria del equipo y asume los errores que ha cometido hasta conducirlo al despido. "El equipo tiene uno de los presupuestos más bajos y sabes que vas a estar peleando por esos puestos (de permanencia). Ha podido faltar un poco de suerte, seguro que en algunas cosas nos habremos equivocado, por eso salimos, y tenemos que hacer reflexión de las cosas que hemos hecho bien y mal", deslizó.

A pesar de ello, se veía "capacitado" para darle la vuelta a la situación con la plantilla de la que disponía: "El Dépor necesita un par de resultados buenos para recuperar el tono anímico. Yo confío en los jugadores, en el trabajo del nuevo entrenador, del club y de la dirección deportiva, porque les conozco".