Comerciantes sufren estafas al hacer pagos a personas que suplantan a sus proveedores

Los delincuentes convencen a sus víctimas utilizando sus datos personales y empresariales ELa policía sospecha que obtienen la información necesaria en internet y las redes sociales

María Vázquez, en el establecimiento Arco Iris, uno de los estafados por vía telefónica.

María Vázquez, en el establecimiento Arco Iris, uno de los estafados por vía telefónica. / Víctor Echave

Establecimientos comerciales de la ciudad son víctimas de una estafa mediante la que efectúan pagos por mercancía que han solicitado a sus proveedores, aunque los destinatarios son en realidad los autores de este hecho delictivo. El sistema empleado es el contacto telefónico con empleados de los negocios, a los que advierten de que los productos reclamados están pendientes de un pago y que no se enviarán si no se hace efectivo.

Para convencerles, aportan los datos de la empresa de transportes que les suministra habitualmente las mercancías, así como el nombre de otros empleados y diferentes datos empresariales. Incluso fingen estar hablando al mismo tiempo con responsables del mismo establecimiento y que les da instrucciones para que se las transmita a su interlocutor.

“Lo que más me preocupa es la cantidad de información interna de los negocios que tienen”, comenta María Vázquez, responsable de Arco Iris, un negocio de prensa, papelería, copistería y golosinas de Matogrande que figura entre los estafados. “Primero lo intentaron con una compañera a la que dijeron que estaban hablando conmigo y no lo consiguieron porque llamé por casualidad y le dije que no era cierto”.

Pero días después enfermó y los delincuentes hablaron con otro empleado, al que convencieron porque además le ocuparon las dos líneas telefónicas y no pudo contactar con otro compañero. “Dicen que tienes un pedido pendiente de servir y con un pago fraccionado del que la primera parte está hecha, y que no se puede servir sin la segunda”, explica Vázquez, quien añade que amenazan con la devolución del pedido y la inclusión de la empresa en un fichero de morosos. También destaca que sabe que a otros afectados les mencionan siempre la misma empresa de transportes, por lo que está convencida de que tienen intervenidos sus datos para obtener información de los pedidos.

En su caso se trataba de productos de papelería por valor de 1.800 euros, cuyo abono consiguieron dando al empleado indicaciones que supuestamente les daba ella por otra línea de las que asegura: “Todo encajaba perfectamente”. Vázquez destaca como otro de los perjuicios que algunas víctimas de la estafa reciben las llamadas desde el número de teléfono de Arco Iris, por lo que ha recibido ya quejas de cinco establecimientos españoles, lo que le ha llevado a denunciar tanto la estafa como el uso ilegal de su teléfono.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía señalan a este periódico que todas las estafas de este tipo que se denuncian son investigadas, así como la relación que haber entre ellas. Indican que sus autores emplean diferentes tácticas, ya que en ocasiones fingen ser funcionarios de Hacienda cuando se desarrolla la campaña de la Renta o empleados de empresas eléctricas.

La obtención de los datos de las víctimas la efectúan a través de internet y las redes sociales y, aunque se admite la preocupación de los perjudicados, se advierte de que todas estas acciones delictivas dejan huellas en la red que permiten la investigación policial.

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