Entrevista | Álvaro Pérez Historiador y vicepresidente de la asociación vecinal de Palavea

“Palavea es la entrada a la ciudad desde la Edad Media y acogió a casas hidalgas”

“En el siglo XIX fue punto de encuentro entre los intelectuales de ciudad y los agricultores”

Álvaro Pérez en la fuente y lavadero histórico de Palavea.   | // LA OPINIÓN

Álvaro Pérez en la fuente y lavadero histórico de Palavea. | // LA OPINIÓN / enrique carballo

El doctor en Historia Álvaro Pérez es el vicepresidente de la asociación vecinal Os nosos lares, que colabora con el Concello en el programa de ocio Ruar de Palavea. Este se inicia este jueves con una actividad de baile en el centro cívico, y, además de talleres de bordado, danza y teatro, organiza a las 18.30 horas de este viernes y el próximo miércoles Conversas: un barrio con historia, charlas en las que se hablará del pasado del barrio.

¿Qué sabemos acerca de los orígenes de Palavea?

Desde su comienzo, el lugar está vinculado a la parroquia de Elviña y a la entrada a la ciudad a través de la carretera que conectaba con Santiago. Los documentos medievales hablan de la entrada por Palavea, donde se situaba el portazgo y el paso de barcas. Es la puerta de entrada y salida de la ciudad.

¿Y ya había casas?

Sí, incluso la de alguna casa noble situada aquí, que controlaba los impuestos, el portazgo... Siempre estuvo habitada, con un núcleo principal, el que todavía lleva el nombre de lugar de Palavea, que luego se va dispersando a zonas como Pedralonga.

¿Y de dónde viene el nombre?

Es un tema que se podría discutir. Hay una relación entre Palavea y el nombre de una de estas casas nobiliarias, la de España Figueroa, a la que se refieren como casa de Palaveá. No puedo decir si hay algún topónimo que venga de antes, pero desde la Edad Media existe esa relación entre el espacio y esta casa.

¿Cómo evoluciona esta zona pasada la Edad Media?

Cuando se hace el Camino Real entre Santiago y A Coruña en el siglo XVIII, con Carlos III, se refuerza la vía de entrada y salida, y en el entorno de esta se crean casas a lo largo el siglo XVIII y XIX, casas importantes, casas hidalgas. Donde está ahora Alcampo o el centro de menores había quintas, casas grandes. El doctor Pérez Costales, que sale en Pardo Bazán como doctor Moragas, tenía una casa aquí, también Linares Rivas, la capilla de San Eduardo fue propiedad de la familia de Martínez Risco, que fue presidente de la Real Academia Galega, también están los propios España Figueroa...

Es decir, notables de la ciudad.

Exacto, es gente de A Coruña que tiene su casa fuera. Y luego hay una gran parte de la población que viene aquí que es agricultora. Eso se ve en el catastro de Ensenada y censos posteriores: es una zona básicamente agrícola, donde hay panaderías, lavanderas, zonas de frutales... Es la que provee al centro, a A Coruña. Comparte la idea de núcleo tradicional de aldea con viviendas nuevas en torno al camino, de importantes próceres de A Coruña.

¿Qué impacto tiene?

A lo largo del siglo XIX y XX se recogen canciones populares aquí, porque se juntaban los intelectuales de la ciudad con el ámbito agrícola, y había una retroalimentación. Es un punto interesante. En el siglo XIX aún estaba separada de A Coruña, como parte del ayuntamiento de Oza.

¿Y qué ocurre cuando este desaparece y la ciudad se expande?

Palavea se integra dentro de A Coruña y ya está más afectado por sus políticas urbanísticas. En el XX se hace la Fábrica de Armas, Alfonso Molina, en los 80 la autopista...

¿Cómo cambia esto al carácter rural de la parroquia?

Cambia totalmente. Se hacen las casas de protección oficial de Santa Cristina y se crea Palavea como barrio. La aldea tradicional se amplía y llega mucha gente de fuera en los años 50. Al mismo tiempo, las nuevas vías que atraviesan el espacio crean barreras, y a finales de los 70 hay más reclamaciones de equipamientos.

¿Qué efecto tuvieron estos cambios con el patrimonio histórico?

Hay algunos elementos que se conservan, como uno de los lavaderos, casas de los años 30 y posteriores, la capilla de San Eduardo... Pero otras viviendas privadas desaparecieron. Alcampo tenía una casa impresionante, también las había donde está el centro de menores, en la zona del Curro... Fue desapareciendo, aunque quedan elementos que es importante mantener.

¿Los vecinos conservan la memoria del barrio?

Hay una conciencia de barrio muy activa, precisamente desde la creación de las viviendas de protección oficial: llegó gente de fuera, de la misma edad, en la época del baby boom. Fue entonces cuando hubo más cohesión: llega el tardofranquismo, hay una serie de reclamaciones históricas, se crea la asociación de vecinos... Se ha mantenido la identidad de barrio, que es clara y muy fuerte. Todos son conscientes de ella y de las necesidades que existen, hay un sentido de periferia y de desconexión histórica con el centro. Pero en las últimas décadas Palavea es cada vez más un barrio dormitorio.

¿Qué buscan las charlas?

Recuperar la memoria no solo va por la gente que es consciente de la historia del barrio en el siglo XX, sino también porque los nuevos vecinos ven que no solo es un barrio donde dormir y luego ir a A Coruña: tiene su propia significación y valor.

¿Cómo se organizarán?

Es una actividad intergeneracional: vamos a invitar a todos los vecinos, a ver los que acuden, y los temas que interesan más. Será una cuestión orgánica: hablaremos del barrio, la memoria personal de cada uno, llevaremos fotografías y documentación sobre el barrio para que se vea que tiene significación histórica.

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