Tres de los nuevos edificios de Visma tendrán 20 alturas y la mayoría superará los diez pisos

El proyecto para urbanizar el entorno de San Pedro de Visma prevé construir un nuevo barrio como prolongación de O Ventorrillo, levantando calles y pisos la zona de fincas y casas bajas al Oeste de Mariñeiros, el colegio de San Pedro de Visma y el centro Ágora, antes de llegar a la Tercera Ronda. Es heredero de las políticas de vivienda de antes del estallido de la burbuja inmobiliaria: el primer plan parcial que regula cómo se construirá en la zona se aprobó definitivamente en 2002, y su última modificación de calado fue en 2013. Con una treintena de nuevos edificios, y, según uno de los mapas del proyecto de urbanización, cerca de 4.000 viviendas, las construcciones previstas superan en volumen a las actuales de la zona. Tres de ellas son torres cuentan con una veintena de alturas además del bajo, 19 más un bajocubierta. Y todas las restantes, exceptuando dos, superan en algún punto las diez alturas, de acuerdo con la documentación que figura en el proyecto de compensación.

El proyecto cuenta con construir una vía central, con zonas verdes, que prolongará las calles Monasterio de Caaveiro y Ágora, y los edificios más altos estarán en su inicio. Serán los más cercanos a las construcciones actuales de O Ventorrillo, tres construcciones de una veintena de alturas que se situarán junto a la vía de Alcalde Jaime Hervada, en una parcela que empieza, aproximadamente, donde el actual aparcamiento da paso a fincas. Estarán a la izquierda del nuevo corredor central que se construirá, y este dejará, a la izquierda, a otro polígono de viviendas dividido por tres calles paralelas en los que se podrán construir catorce edificios.

Un edificio tendrá hasta quince alturas y otro podrá llegar a un máximo de trece, mientras que siete contarán con una docena de pisos además del bajo. Una única edificación se situará en once alturas, y otra desciende hasta los nueve, si bien está pegada a un edificio de 16 pisos y muy cerca del de 19 plantas.

El otro gran polígono de la urbanización se encuentra a la derecha del corredor central, entrando en este desde O Ventorrillo y yendo hacia la Tercera Ronda. Las nuevas edificaciones, que suman un total de once, se situarán a poca distancia de las ya construidas en la zona de Mariñeiros. Se levantarán en el espacio que ahora está ocupado por fincas y alpendres y que queda entre la calle Ágora y el colegio San Pedro de Visma, y también habrá dos edificios al Oeste del centro, al lado de la pista de fútbol.

La elevación de cada uno de los edificios de esta zona puede variar, ya que la mayoría están divididos en diversos subloques para los que el proyecto de compensación establece alturas diferentes. Pero varios alcanzan tamaños considerables. En un caso se llega a un máximo de 19 alturas, siempre incluyendo el bajo cubierta, mientras que otro tiene 17 y otros dos, 16.

Dos de los bloques, de trece y doce pisos, darán a la calle Ágora, uno haciendo esquina con los edificios de viviendas ya construidos y la cancha de llave. Serán de doce y trece pisos de elevación, y el polígono, hasta el llegar al colegio San Pedro de Visma, sumará otros cuatro edificios con una docena de alturas, dos de trece y uno de quince. Los dos nuevos bloques que ocuparán el prado junto al campo de fútbol del centro tendrán doce alturas.

El edificio más bajo de la nueva urbanización, con cuatro plantas más bajo cubierta, es el único que está situado del otro lado de la Tercera Ronda, junto a la primera rotonda después de pasar la del Pavo Real y entre la vía y las viviendas ya construidas de Entrecasas. El proyecto de compensación establece una altura de hasta cinco plantas.

El concejal de Urbanismo, Francisco Díaz Gallego, se reunió recientemente con los vecinos de O Ventorrillo para informarlos del proyecto. Según señala el presidente de la asociación vecinal, José Ángel Souto, “nadie se niega a que se haga” la urbanización, pero es “un proyecto muy antiguo”. Esto, en opinión de Souto, es el motivo por el que está influenciado por “normativas y decisiones sobre las que igual se debería reflexionar” en cuanto a las alturas permitidas para las construcciones, un tema por el que, señala, “la gente estaba muy preocupada” en la reunión que se celebró con el Ayuntamiento. La asociación de vecinos, explica el líder vecinal, está preparándose para “redactar alegaciones”.

Las torres, lo “más grave”

En opinión de Souto, “el problema más grave” es que las tres torres de una veintena de alturas “sean las más pegadas a los edificios actuales”. Si estuvieran más alejadas, “hacia Visma, igual no se protestaba tanto”, indica el presidente de la asociación vecinal, pero en su disposición actual, considera, “van a dejar ensombrecidas casas habitadas” en la zona de Alcalde Jaime Hervada. Esto implica “pérdida de habitabilidad” y también “devaluación económica” para los propietarios de los pisos. Otras edificaciones proyectadas, opina, “también son bastante grandes para lo que es nuestra zona”.

La “otra preocupación” mayoritaria de los vecinos es la movilidad. “Vamos a absorber una cantidad importante de tráfico”, considera Souto, que reclama que los nuevos vecinos no usen O Ventorrillo como “vía de escape” desde su urbanización, y que se tomen medidas para conseguir un “tráfico calmado, con badenes”.

El plan de Visma excluye la Arqueta de los Frailes del corredor verde e ignora los nuevos restos hallados

Una cuestión relacionada con el tráfico es el estacionamiento de lo vehículos, pues O Ventorrillo, denuncia Souto, “ya estamos absorbiendo el aparcamiento del Agra do Orzán”. Actualmente hay una zona de parking ante el centro Ágora, pero los mapas del proyecto de urbanización prevén convertirla en viales y zonas verdes. Souto reclama “algún tipo de medida” como la construcción de aparcamientos subterráneos.

Junto al Ágora se sitúan ahora también huertas urbanas, que desaparecerían con el proyecto de urbanización. El líder vecinal afirma que el edil de Urbanismo le aseguró a los vecinos que se trasladarán a otra parcela, y los mapas del proyecto parecen reservar espacio para estas entre el colegio San Pedro de Visma y la Tercera Ronda. El Concello no respondió a las preguntas de este diario acerca de la reubicación y de si cambiaría la extensión dedicada.

También hubo preguntas acerca de la Arqueta dos Frailes, una pieza catalogada del antiguo sistema que llevaba agua a la ciudad en la Edad Moderna. Díaz Gallego indicó que estará en una zona verde, pero, como ha publicado este diario, esta será de unos 500 metros, tendrá casas de trece y doce alturas al lado y estará separada del corredor verde por una vía con tráfico. Los vecinos, que utilizan los caminos rurales en los que se construirá la urbanización para pasear, ven bien el corredor verde, aunque Souto pide preservar un aspecto “rústico”.

El arquitecto técnico Adrián Martínez, que se movilizó y contribuyó a la preservación de la arqueta hace diez años, volverá a presentar alegaciones al proyecto de urbanización para suprimir el vial que separa a el elemento del corredor verde, y denuncia que otro elemento histórico, un pozo cercano al Ágora, no está protegido o contemplado en el proyecto de urbanización; un informe del arqueólogo municipal indica también que hay puede haber otros elementos soterrados, aunque el Ayuntamiento asegura que se protegerán.

Permuta de vivienda protegida

El proyecto de urbanización de la iniciativa, que establece dónde se situarán viales o espacios verdes y cómo se distribuirán los terrenos, está actualmente en periodo para recibir alegaciones antes de aprobarse definitivamente. Según confirman fuentes del Gobierno local, en este mandato se revisó el proyecto de compensación, esto es, el documento que indica a quién le corresponde construir en el polígono y dónde. El cambio, aprobado por la Junta de Gobierno Local en marzo del año pasado, tenía como objetivo principal aumentar la vivienda protegida que le corresponde al Ayuntamiento, a petición de este, a través de intercambios con otros promotores.

En términos simples, a los participantes en el proyecto, en base sobre todo a los terrenos que poseen en la zona en la que se construirá, les corresponde una superficie que pueden aprovechar en los terrenos que queden, que se corresponde después con una edificabilidad, esto es, con los metros cuadrados de vivienda que pueden levantar.

Antes del cambio del año pasado, el Concello tenía derecho a construir cerca de 15.500 metros cuadrados de vivienda libre (que se puede vender a discreción y sin ataduras), en cinco de los subbloques que se pueden levantar. A esto se sumaban otros casi 7.000 en vivienda protegida. Pero cambió con promotoras privadas la edificabilidad de tres de estos subbloques por participaciones en otros cuatro de vivienda protegida (sometida a un régimen especial de venta a precios tasados).

Según indican fuentes municipales, esto se hizo porque la vivienda libre “solo sirve para vender”, y el Ayuntamiento “no es un promotor”, mientras que la vivienda protegida construida se podrá destinar a “ampliar la bolsa de vivienda de protección oficial” municipal. Por otra parte, la vivienda libre pondera más en los intercambios, puesto que es menos atractiva para los promotores privados: se pueden cambiar metros de edificabilidad libre por una cantidad mayor de vivienda protegida. Así, el “aprovechamiento” antes y después el cambio es el mismo.

Tras estas permutas, el Concello se ha quedado con una edificabilidad de algo más de 26.000 metros cuadrados de vivienda protegida, y unos 4.300 metros de vivienda libre. Las viviendas protegidas, tanto las que le corresponden al Concello como a otros promotores, están situados en la periferia de la nueva urbanización: se trata del edificio de cinco pisos que queda más allá de la Tercera Ronda, del que da a la esquina del campo de llave de Mariñeiros y, total o parcialmente, seis bloques de los polígonos que quedan al Oeste del corredor verde. Ninguno de ellos da al parque central.

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