La urbanización de As Percebeiras proyecta un viario soterrado entre Labañou y la ronda de Outeiro, con 358 plazas de ‘parking’ libre

Pasan a ser subterráneas para liberar espacio en la superficie, que tendrá unos 15.000 metros de zonas libres

El plan urbanístico prevé que en la finca de As Percebeiras se incorporen358 plazas de aparcamiento público y 910 privadas cuando se construyan viviendas. La actual propuesta de la promotora, Metrovacesa, prevé mantener las primeras y reducir las segundas a 550. Tanto unas como otras estarán soterradas y enlazarán con un vial subterráneo que conectará la avenida de Labañou con la ronda de Outeiro, pasando bajo una vía en superficie que se reserva al uso ciclista y peatonal.

Según señala la responsable de suelo de Metrovacesa, Mariú Rodríguez González, la obligación del plan general establece la “obligación de ejecutar una cantidad de aparcamientos que en principio son en superficie, públicos”, pero el proyecto aspira a ser de “muy alta calidad urbana, no podemos ocupar todos los espacios libres con coches”.

Así, la empresa plantea que el viario previsto en superficie hacia las nuevas edificaciones tenga “un tratamiento blando, que tenga muy poco tráfico, restringido, que la gente pueda utilizarlo como viario, con bicis, sin peligro”. Los coches podrán “circular y aparcar por debajo” en el nuevo túnel entre la avenida de Labañou y la ronda de Outeiro. Por este vial se accederá a los garajes privados de los edificios, aunque todavía no se sabe si al de todos o quedarán excluidos dos de los nueve.

Según explica el arquitecto redactor del proyecto, Ignacio Pedrosa, el Ayuntamiento les pidió que esta salida fuese “un poquito antes” de la rotonda donde la ronda se une con el paseo marítimo. “La exigencia de plazas de garaje en superficie era muy alta”, indica Pedrosa, que señala que colocándolas bajo el suelo se ha conseguido gran cantidad “de espacio libre público, sin coches”, en la superficie.

De acuerdo con el proyecto, la nueva urbanización tendrá alrededor de “15.000 metros cuadrados” de espacios públicos y zonas verdes, lo que coincide con la exigencia del ordenamiento urbanístico, que establece unos 15.300 metros de espacios libres y equipamientos. La finca tiene, en total, algo menos de 44.000 metros cuadrados.

Certificado de obra verde

La obra aspira también a conseguir un certificado de sostenibilidad Breeam, que se concede a obras que cumplen ciertos requisitos medioambientales en cuestiones como el consumo de agua o energía, la salud o el transporte verde. Metrovacesa indica que el proceso para obtenerlo todavía es muy temprano y no pueden indicar qué medidas concretas se tomarán.

La empresa dice que también continúa un proceso de consulta a los vecinos en el que, según explica su responsable de Desarrollo Urbano Sostenible, Almudena Cano, se les informará de las “estrategias ambientales” de la propuesta. Según defiende Cano, Metrovacesa ya ha reducido alturas, uno de los temas que “generaban más inquietud” y “seguiremos profundizando” con la ciudadanía en otras cuestiones como el diseño de los espacios libres, “qué equipamientos e infraestructuras van a cubrir las carencias del entorno inmediato” o cómo puede la obra potenciar el barrio en lo tocante al comercio de proximidad.

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