La Sareb, a la espera de que el Ayuntamiento de A Coruña responda si acepta los cinco pisos que le cede

El ‘banco malo’ ofreció viviendas para alquiler social en julio de 2022, después de que el Gobierno local le reclamase propiedades para gestionar | Dispone de 86 en la ciudad

Viviendas de la Sareb en el edificio de Epamar en Palavea. |   // VÍCTOR ECHAVE

Viviendas de la Sareb en el edificio de Epamar en Palavea. | // VÍCTOR ECHAVE / R. D. Rodríguez

La Sareb preguntó al Concello hace menos de un mes si está dispuesto a obtener a través de un convenio la cesión de alguna de las cinco viviendas de su propiedad que le ofreció el pasado mes de julio para destinarlas a alquiler social. El llamado banco malo señala que está a la espera de una respuesta del Ayuntamiento, que, según fuentes de la sociedad estatal, replica que todavía está “valorando” la oferta de mediados del año pasado.

La Sareb, la sociedad que gestiona y vende los activos problemáticos de las entidades financieras a raíz de la crisis de la construcción a finales de la primera década del siglo XXI, mantuvo una reunión con el Concello en julio de 2022 en la que ofertó a la administración local la cesión de cinco viviendas en el municipio para usos sociales. El banco malo informó de este encuentro después de que el Gobierno local reclamase tras aquella reunión, mediante un comunicado, que la Sareb le proporcionase pisos para ser alquilados a colectivos vulnerables de la ciudad.

En un pleno de la Corporación celebrado dos días después, el portavoz municipal, José Manuel Lage, señaló que el Concello “no dejaría de exigir” viviendas a la Sareb, aunque añadió que “no valdría cualquier compromiso”. Desde entonces, el Ejecutivo local no ha remitido respuesta al banco malo sobre aquel ofrecimiento, que, según las fuentes estatales, sigue estudiando. Preguntado por esta cuestión por este periódico, el Gobierno local tampoco se ha pronunciado.

En aquel momento, la Sareb admitía que el número de viviendas que posee en A Coruña no era elevado; su página web indicaba entonces que contaba con 38 pisos construidos y que estaban en marcha otras 235 obras. El Ayuntamiento, que no llegó a admitir el ofrecimiento de las cinco viviendas, reclamaba cesiones y en aquel pleno apuntaba que la Sareb disponía de 359 inmuebles en la ciudad. El portal en internet de la sociedad estatal recoge en la actualidad que en A Coruña cuenta con 86 viviendas y continúa con las 235 “obras en curso”, además de tener 95 anejos, 46 solares y 51 locales comerciales.

Fuentes de la Sareb resaltaron a este diario hace nueve meses que el principal objetivo de la entidad es “recuperar la deuda que las entidades bancarias tienen con el Estado al haber asumido los créditos hipotecarios” suscritos con promotoras que fueron afectadas por la crisis de la construcción, razón por la que estaba obligada a vender el mayor número de solares, locales, viviendas y edificios para reducir ese endeudamiento. Las mismas fuentes explican ahora que, sin prescindir de ese objetivo de la “desinversión”, la Sareb tiene un nuevo “mandato” desde el año pasado: “poner a disposición de las administraciones todo el parque de vivienda disponible a un precio ventajoso para suplir la falta de viviendas sociales”.

La sociedad puso en marcha en 2013 un programa de cesión de pisos a las administraciones públicas para que fuesen destinadas a fines sociales. Comunidades y ayuntamientos, que cuentan con las competencias en ese campo, son quienes reciben estos pisos, que en el conjunto del país superan la cifra de 15.000. La Xunta acaba de sumar a su parque público 40 pisos de la Sareb para alquiler social, a través de una compra por valor de 3,5 millones de euros, uno de ellos en el barrio de Monte Alto en A Coruña.

La Sareb no facilita las direcciones de los pisos de cuyos créditos es propietaria, aunque en la ciudad cuenta, por ejemplo, con un solar de 14.000 metros cuadrados en el lugar llamado Cantera de Mesejo, en Penamoa, un bloque de 55 viviendas de la constructora Epamar en Palavea y una promoción en un ámbito sin edificar en la calle Pedro Fernández en Pedralonga.

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