María del Carmen Sánchez, de Librería Concordia: “Siempre fui amante de los libros, esta librería estaba ahí para mí”

María del Carmen Sánchez, de Librería Concordia

María del Carmen Sánchez, de Librería Concordia / Víctor Echave

Cuando María del Carmen Sánchez dejó atrás Argentina hace dos años para emprender una nueva aventura en A Coruña con su familia, era imposible que se imaginase rodeada de libros en su propia tienda. Pero pasó. Casualidad o destino, está “feliz” de ser parte de la Librería Concordia, en O Castrillón. “Mi marido ya tenía trabajo y yo quería emprender. Vivimos cerca de la librería y un día vimos que se traspasaba por jubilación y ya hace casi un año que la cogimos”, cuenta.

María del Carmen Sánchez fue profesora y ha disfrutado desde pequeña, al igual que sus hijos, de las historias que se esconden entre millones de páginas. “Siempre fui amante de los libros. Cuando nos fuimos de Argentina, me desprendí de muchos. Esta librería estaba ahí para mí, me estaba esperando, cuando mi marido me lo comentó pensé:_aquí está lo que necesitas”, declara.

Siempre que cierra una librería, esta mujer siente “mucha pena”, pero ella ha conseguido darle una nueva vida a la que está situada en el número 4 a la avenida de la Concordia. “Estoy muy contenta. La recepción de la gente del barrio fue muy buena”, apunta.

La nueva dueña del establecimiento ha intentado ir más allá de la librería y crear “una comunidad” en la que tratan de “cubrir las necesidades de los vecinos”. “Tenemos libros, prensa, papelería y fotocopiadora. De todo”, anuncia.

Su “pasión lectora” le ha llevado también a organizar charlas, presentaciones y encuentros con autores. “Desde finales de año nos centramos en autores locales e independientes. Queremos poner en contacto a la gente con los escritores y a estos escritores con los lectores. Así ganamos todos. Nosotros somos el medio para que ambos se puedan conectar”, explica la librera, que colabora con la Asociación Gallega de Escritores.

Habla de su negocio con ilusión y muchas ganas, pero confiesa que “es sacrificado”. “Abrimos 362 días al año. Es duro, pero la verdad es que es algo que hago con placer. Me encanta estar aquí, hablar con la gente, recomendar libros y conocer a los autores y la otra parte de la historia, cómo surgen los libros y qué les lleva a escribir y compartir sus viajes de conocimiento”, reflexiona. Para ella, este trabajo es “poesía para el alma”.

Intenta que su pasión llegue también a sus hijos. Y lo está consiguiendo. “Mi hija devora libros, no le duran ni una semana”, desvela. Las dos son amantes del papel. “Me cuesta mucho leer en pantalla. Tampoco me gustan los audiolibros porque me distraigo. Necesito el papel”, sentencia.

Sánchez cree que “las cosas se fueron dando para que esto sucediese”, para que cada día esté rodeada de muchos libros y de gente, que es lo que más le gusta. “Estoy muy agradecida a los clientes, a los vecinos del barrio y también a los antiguos dueños de la librería, que me dieron muchos consejos. Estoy muy contenta”, concluye la argentina, hija de un coruñés.

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