Un coruñés bajo los neones de ‘Chicago’

Miles de aspirantes y 24 papeles. Si hubiese un podio de los musicales, el legendario Chicago estaría en él. Pocos intérpretes no tienen entre sus pensamientos meterse en uno de sus míticos personajes cuando alguna productora se embarca en la tarea de desarrollar la producción de Broadway, que celebra este año su 25 aniversario en escena. Uno de esos codiciados libretos ha ido a parar a las manos de un coruñés: Briel González. “Es un musical en el que todo el mundo quiere estar. Las audiciones han sido duras”, asegura el joven, que formará parte del elenco del musical en la adaptación que estrenará SOM Produce en el Teatro Apolo de Madrid el próximo octubre.

Además del personaje que le asignen, el joven alternará el rol de Mary Sunshine con el actor titular, lo que supone, admite, un reto mayúsculo que aborda con ilusión y ganas. “Es un reto en todos los aspectos, porque es una partitura complicada. Nunca había tenido la oportunidad de hacer algo tan complicado. Mary Sunshine es un personaje que tiene que aparentar ser una mujer. Tendré que cantar de soprano, así que tocará prepararse con clases de canto”, adelanta González, para quien, no obstante, la gesta no es nueva, pues para él las tablas son viejas conocidas tras un periplo que mezcla televisión, cine, teatro musical y ópera, con participaciones en West Side Story, Romeo y Julieta, La historia Interminable, Volver a EGB o Caperucita. “Ahora acabo de terminar de rodar Camilo Superstar para Atresplayer Premium. Me gusta moverme en distintos ámbitos artísticos”, admite.

Hace diez años tomó la decisión de hacer las maletas y trasladarse de A Coruña a Madrid con dos objetivos: formarse sobre las tablas y acceder a oportunidades en producciones de primer orden. Una travesía en la que ha experimentado el éxito, pero también el fracaso. Gajes del oficio. “La vida de un artista es pasar por mil audiciones. Intento no poner expectativas e ir siempre con las mejores ganas y con mucho trabajo, pero intento olvidarme de que existe cuando salgo de allí, porque si no, no paro de darle vueltas. Si hay una nueva citación para otra fase del casting, genial, sino, genial también”, asevera.

En el caso de Chicago, la suerte le sonrió. Briel González pasó el corte de la directora, el coreógrafo y el supervisor musical de la producción, responsables del montaje de Broadway, que viajaron a Madrid exclusivamente para evaluar a los candidatos en seis días de audiciones que probaron el talento de sus aspirantes, pero también su resistencia. “Fueron audiciones muy duras, tuve que llevar muchísimas cosas, bailar, cantar, fue un reto a nivel personal. Cuando abren el casting, todo el mundo manda sus vídeos para que les vean. Pasada la criba, empiezan a citar a la gente a ver cómo cantan, bailan e interpretan. Al final quedamos 24. No me lo esperaba para nada, porque muchas veces no depende de ti o de lo bien que lo hagas, sino de lo que ellos busquen”, reflexiona.

Ahora toca concentrarse en los ensayos para dar el máximo nivel en una producción por la que han pasado figuras como Liza Minnelli, Pamela Anderson, Melanie Griffith o Patrick Swayze, y que acumula, en sus cinco lustros en los escenarios, más de 36 países en su recorrido.