¿Qué riesgo tienen edificios construidos en A Coruña hace más de 50 años?

El “pobre” hormigón de edificios de hace más de 50 años pone en peligro elementos de fachadas

Concello y expertos alertan de que la salinidad de la arena usada en inmuebles entre los años 30 y 70 provoca óxido y grietas que causan desprendimientos como el de la plaza de Vigo

Los administradores instan a realizar revisiones

Andamio instalado ayer alrededor de las fachadas del edificio de Menéndez Pelayo. |   // VÍCTOR ECHAVE

Andamio instalado ayer alrededor de las fachadas del edificio de Menéndez Pelayo. | // VÍCTOR ECHAVE / R. D. Rodríguez

La mayoría de los edificios de la ciudad construidos entre las décadas de los años treinta y setenta del siglo pasado tienen fachadas de hormigón armado. No es un hormigón resistente, es más bien “pobre”, al que le afecta significativamente la salinidad del mar próximo, lo que produce deterioros que tardan menos tiempo en aparecer o hacerse visibles que en otros inmuebles construidos posteriormente con un hormigón más “durable”. Uno de esos edificios es el que hace esquina en la calle Menéndez Pelayo con la plaza de Vigo, del que el viernes por la noche se desprendió parte de una cornisa que cayó sobre el toldo de un local de hostelería e hirió de levedad a dos personas. El Ayuntamiento por un lado y el Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia (Coafga) por otro instan a los propietarios de las construcciones residenciales de más de 50 años de la ciudad a que encarguen el nuevo informe de evaluación de los edificios (IEE) en cumplimiento del decreto de la Xunta que entró en vigor en mayo de hace dos años, ya que estos informes, según el Concello, “no avanzan al ritmo que deberían”.

El edificio de Menéndez Pelayo está ya protegido con un andamio instalado alrededor de sus tres fachadas —otra da a la calle Pintor Joaquín Vaamonde—, después de que el Concello les diese a los propietarios un plazo de 24 horas para proteger el inmueble. La estructura llega hasta la entreplanta, por encima de un negocio y del establecimiento de hostelería, que ha colocado mesas, sillas y toldos para continuar con su actividad, y tiene una red perimetral.

Este edificio data de la década de los cuarenta, es un ejemplo de arquitectura racionalista practicada en la ciudad y con más exponentes en esa misma zona, el Ensanche. Francisco Díaz Gallego, concejal de Urbanismo, apunta que el hormigón empleado en la fachada de este y otros edificios construidos en la misma época, es “pobre” y contiene arena de mar, que debido a su salinidad “oxida la armadura y produce grietas y roturas” que obligan a que requieran “tratamientos periódicos”. A lo largo del año los Bomberos de A Coruña suelen intervenir en la retirada de cascotes caídos de las fachadas por este motivo, aunque no todos los casos se producen en el mismo barrio.

El profesor de Hormigón Estructural de la Escuela de Caminos de A Coruña Manuel Herrador señala que hasta la década de los noventa del siglo pasado no se “tomó conciencia” del uso de un hormigón más resistente en la construcción de edificios. “En una ciudad como la nuestra, toda su superficie prácticamente está afectada por la salinidad de la costa, que tiene un alcance de unos cinco kilómetros. Los fallos que produce no aparecen de repente, se van advirtiendo en fisuras, en óxidos, en elementos de la fachada que necesitan ser revisados más a menudo. Desde hace unos 25 o 30 años ya se usa un hormigón armado más exigente en el que no penetra el agua y contiene cantidades más grandes de cemento”, explica Herrador.

Este experto detalla que en los años treinta y cuarenta se utilizaba hormigón “experimental” como alternativa a metales usados anteriormente, al que sucedió el hormigón armado con arena de mar, que no era el más adecuado para aplicar “durabilidad” a las fachadas. “No fue una falta de responsabilidad o una actitud dejadez, fue más bien falta de conocimiento”, opina Herrador, que advierte una situación “más problemática” en las viejas estructuras de los inmuebles abandonados que hay en distintos barrios de la ciudad, donde la “falta de responsabilidad” de sus propietarios genera más riesgo de deterioros y desprendimientos.

Inspecciones de edificios

Herrador cree que las comunidades de propietarios de edificios antiguos son cada vez más responsables a la hora de velar por la seguridad de sus elementos. También lo advierte Ana Carrión, gerente del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia, aunque hace un llamamiento para que cale más hondo “la mentalidad” de someter a las viejas construcciones a los informes de evaluación de los edificios (IEE), antes denominadas inspecciones técnicas de edificios (ITE). En el Concello, el concejal Díaz Gallego señala que se está instando a la población a “actualizar los diagnósticos” de los inmuebles, pero los procesos avanzan a un ritmo moderado, por lo que aconseja a los dueños a que reciban el asesoramiento adecuado por parte de los administradores de fincas.

Desde mayo de 2021 decenas de edificios catalogados de la ciudad dispusieron de un plazo de ocho meses para que sus propietarios encargasen el nuevo IEE exigido por la Xunta. El documento, que tiene que ser realizado por técnicos especializados, acredita la situación en la que se encuentra un inmueble en relación con su estado de conservación, sus condiciones de accesibilidad y su eficiencia energética. El resto de edificios, siempre que superen las cinco décadas de antigüedad, disponían de dos años y ocho meses de plazo, con concluye en mayo de 2024.

Un administrador consultado por este periódico expone que el 90% de los propietarios de edificios antiguos que administra tienen encargadas sus correspondientes IEE, unos treinta, si bien solo dos ya cuentan con los informes finalizados y favorables. Alerta de que los procesos no son rápidos y que se da la circunstancia de que arquitectos, aparejadores y técnicos están “saturados” con este tipo de actuaciones.

En el caso del edificio de Menéndez Pelayo, los dueños contaron el sábado, un día después de la caída de parte de la cornisa, que desde el mes de enero estaba pendiente una obra en la fachada del inmueble por un problema de grietas , actuación que está prevista para el próximo mes de septiembre.

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