Cecebre y Meirama, en A Coruña, tienen más restos de plástico que lagos del este de Europa y América

Las reservas de agua dulce, entrada de los microplásticos a los océanos, según un estudio publicado en ‘Nature’, en el que participan investigadores de la Universidade da Coruña

Embalse de Cecebre. |   // CARLOS PARDELLAS

Embalse de Cecebre. | // CARLOS PARDELLAS / Gemma Malvido

Cecebre y Meirama tienen más residuos plásticos que otros lagos y embalses del este de Europa, incluso de América y Sudáfrica. Así se recoge en el primer estudio a nivel global que se realiza sobre la presencia de estos restos contaminantes más allá de los océanos, poniendo el foco en las reservas de agua dulce, que ha publicado esta tarde la revista Nature, una de las publicaciones científicas más prestigiosas del mundo.

El investigador posdoctoral del grupo de Limnología de la Universidad de Valencia y doctor en Biología de la Universidade da Coruña, Rafael Carballeira, explica que, en este estudio utilizaron una metodología estandarizada que les permite medir los microplásticos y residuos plásticos en ecosistemas continentales de agua dulce, algo que no existía hasta el momento, y que, con esto, consiguieron que sus resultados fuesen comparables. Analizaron, de este modo, la presencia de plásticos en aguas superficiales de 38 lagos y embalses de 23 países, entre ellos, Meirama y Cecebre, por ser los lugares que suministran de agua potable a la ciudad, y también del lago natural de Doniños, en Ferrol.

Cecebre y Meirama tienen más restos de plástico que lagos del este de Europa y América

Cecebre y Meirama tienen más restos de plástico que lagos del este de Europa y América / Gemma Malvido

Una de las conclusiones a las que llega este estudio es que, cuanto más impacto humano y de turismo hay en un entorno, mayor es la presencia de residuos plásticos, por ello, el lago Tahoe (5,4 partículas por metro cúbico), que se encuentra entre Sierra Nevada y California —el que sale en la segunda parte de El Padrino— y que lleva siendo un entorno turístico desde hace décadas, es de los más contaminados por plásticos, precedido por los lagos Lugano (11,5 partículas por metro cúbico) y el Maggiore (8,2 partículas por metro cúbico), que están entre Italia y Suiza y que son también núcleos turísticos. “Normalmente, se pone el foco en los océanos, pero nosotros quisimos ponerlo en el agua dulce, ya que el principal foco de contaminación somos los humanos y los lagos y ríos funcionan como vías de diseminación de estos microplásticos, de hecho, observamos que algunos de los lagos y embalses que analizamos en este estudio tienen más concentración de partículas de plástico que las islas de basura del Pacífico”, relata Carballeira.

"Algunos de los lagos y embalses que analizamos en este estudio tienen más concentración de partículas de plástico que las islas de basura del Pacífico", dice el investigador Rafael Carballeira

Si bien estos lugares están marcados en rojo por su alto impacto de microplásticos, el nivel baja dos puntos en el caso de Cecebre y Meirama, por una parte, porque su población no es tan grande como la de las anteriores y, por otra, porque el grado de impacto humano sobre el paisaje es mucho menor ,y aún así, no deja de tener entre una y 2,5 partículas por metro cúbico. Menores son los niveles del lago de Doniños en Ferrol, un lago natural con una cuenca reducida y escasa densidad de población —entre 2,5 y 5 partículas por metro cúbico están el embalse de Sau, en Barcelona, y el de Alqueva, en Portugal, que es el más grande de Europa Occidental—. En un nivel inferior al de Cecebre y Meirama está el lago Rivadavia, en Argentina, o el lago Windemere, en Inglaterra.

“A Coruña, que ahora tiene dos puntos de abastecimiento, Cecebre y Meirama, se encuentra en un nivel intermedio, eso quiere decir que hay presencia de microplásticos actualmente en el agua potable. Antes, como analizábamos los microplásticos en el medio marino, los veíamos con un poco más de distancia, pensábamos que afectaba más a la vida salvaje, a las ballenas y tortugas, pero lo que vemos es que ese peligro ya está aquí”, describe Carballeira, que hace hincapié en que hay estudios que han detectado ya microplásticos en la sangre de personas, incluso en los pulmones, de los que todavía se desconocen sus consecuencias a corto y medio plazo. “Aunque sí sabemos, por su composición, que constituyen un riesgo potencial para la salud humana”, añade.

Pero, ¿cómo acaban estos plásticos en el ciclo del agua? Son las personas quienes los introducen con objetos cotidianos —bolsas, botellas, envases, prendas de ropa de poliéster...— y el sol quien los convierte, cada vez, en piezas más pequeñas, muchas de ellas imperceptibles al ojo humano (menores de 200 micras), que son las que se llaman microplásticos, y que, al ser sintéticos nunca desaparecen del medio ambiente, como sí puede hacerlo, por ejemplo, una piel de plátano o una bolsa fabricada con materiales compostables.

Carballeira destaca que los restos de plásticos que hay en Cecebre y Meirama están en suspensión en el agua, de modo que entran por las tuberías y llegan a los grifos de las casas. “No sabemos mucho aún de los microplásticos, pero sí sabemos que estos compuestos no se degradan en el medio natural, son agentes potencialmente tóxicos, que se están detectando ya en el cuerpo humano y que podrían almacenarse en determinados tejidos y, con el tiempo, potenciar el desarrollo de enfermedades, aunque a día de hoy hay mucha incertidumbre sobre el tema”, asume el científico. Junto a él, de la Universidade da Coruña han participado también en este estudio liderado por Verónica Nava y Barbara Leoni, de la Universidade de Milán-Bicocca, Roberto Bao y Moisés Canle, del Centro Interdisciplinar de Química e Bioloxía (CICA), y Jordi Delgado y José Luis Cereijo, del Centro de Innovación Tecnolóxica en Edificación e Enxeñaría Civil (CITEEC).

Ahora, tras este estudio, viene la siguiente parte, la búsqueda de soluciones. Por ahora, a falta de otra que consiga eliminar los microplásticos del planeta, Carballeira apuesta por reducir el uso de estos materiales contaminantes para no generar más residuos de este tipo.

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