Entrevista | Rafael Eimil Apenela Jefe de la Demarcación de Costas de Galicia de 2004 a 2023

“La gestión de la costa gallega tiene que ser hecha por los gallegos desde la Xunta”

“Galicia es una zona que tiene un litoral porque llegamos a tiempo de protegerlo”

Rafael Eimil, ayer, en su despacho.   | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA

Rafael Eimil, ayer, en su despacho. | // CASTELEIRO/ROLLER AGENCIA / José Manuel Gutiérrez

Comenzó a trabajar en la Demarcación de Costas de Galicia en 1988, el año que se promulgó la Ley de Costas.

He llevado una vida casi paralela a la ley de costas. Yo fui el primer jefe de servicio de dominio público marítimo terrestre en Galicia y después fui el jefe de proyectos, tras lo que fui jefe de la demarcación, es decir, que llevo 35 años.

¿Qué supuso esa ley para los funcionarios que trabajaban en este sector?

Cuando se planteó La ley de Costas fue una época dura porque era una ley bastante compleja, no dejaba edificar lógicamente en dominio público y tampoco en servidumbre de protección, donde había mucha gente que había adquirido terrenos, por lo que era complicado explicarles esto.

No había conciencia de la protección de la costa.

Aparte de eso, la de Costas fue una ley adelantada a su tiempo claramente y cuando los técnicos nos planteamos cómo gestionarla, tuvimos que ir marcando pautas a lo largo del tiempo. Lo primero que hicimos fue deslindar, ya que los deslindes han sido fundamentales porque separan lo público de lo privado. En ese momento había un gran grupo económico que tenía una opción de compra sobre las dunas de Corrubedo y lo paramos, cuando hoy podría haber sido un campo de golf. También impedimos la extracción de arena de las playas y los ríos e íbamos a deslindar con walkie talkies y teniendo a la Guardia Civil preparada.

¿Hubo problemas con la ciudadanía?

Había que explicarle que no podías tener una edificación dentro de la servidumbre de protección o que no podías no podías edificar más alturas. Fueron situaciones duras y complicadas. Pero yo creo que la Ley de Costas fue se implantó rápidamente en Galicia y yo siempre digo que es una de las zonas de España y de muchos lugares de Europa que tiene un litoral porque llegamos a tiempo para protegerlo, salvo contadas zonas.

¿Fue más difícil conservar la costa gallega que otras españolas?

Hubo presiones, pero la verdad es que se pudo trabajar inmediatamente y la gente enseguida fue asimilando la ley de costas. Hoy apenas hay infracciones en el dominio público marítimo terrestre y en la servidumbre de protección, que desde 1991 es gestionada por la Xunta. El primer logro fue realizar todos los deslindes para poder referenciarlos con las servidumbres de protección y después nos planteamos reconducir las fachadas de todos los pueblos marineros, así como recuperar y proteger las marismas y hacer los senderos litorales.

En esos primeros años surgió la fiebre de los paseos marítimos. ¿Ha cambiado su concepto?

Nosotros tenemos claro que los paseos marítimos tienen que ser hechos en las zonas urbanas. En zonas no urbanas hemos hecho senderos, recuperación de espacios, de marismas, de playas... Los paseos marítimos tuvieron su época porque se hicieron en las fachadas urbanas gracias a los fondos europeos. Eso nos sirvió para recuperar, no solo para hacer el paseo, sino para recuperar espacios que estaban invadidos, como Cariño, donde había un campo de fútbol y un montón de instalaciones en medio de la playa, o Cedeira donde había aserraderos sobre la arena. Tuve la suerte de que me tocó dirigir las obras del de A Coruña en los tramos de Riazor-Orzán, Orillamar y O Portiño. Y no solo se trataba del paseo y el borde marítimo, porque cuando redactamos los proyectos teníamos clarísimo que hacer esa especie de circunvalación significaría que en el futuro el centro de A Coruña podría ser peatonal. También tuvo un aspecto medioambiental muy importante, porque recogimos multitud de tubos de saneamiento que vertían al mar y soterramos todas las conducciones. También desaparecieron las granjas de cerdos y las edificaciones que había en el borde costero. Por eso digo que con el paseo no es sólo que la gente pueda pasar por el borde del mar, sino que ha habido detrás una actuación que ha cambiado la calidad de vida de los coruñeses.

¿Qué paseo destacaría de los que se construyeron durante su etapa en Costas?

Desde luego los de A Coruña y la ría de O Burgo por su uso, pero hay paseos que han cambiado completamente los pueblos, como los de Cariño, Cedeira, Caión o Rianxo.

Hay otras actuaciones de Costas que quizás la gente no conoce tanto, como la preservación de espacios dunares o marismas.

Ahora por ejemplo estamos haciendo un proyecto de recuperación de la marisma del río Mera en Ortigueira para recuperar medio millón de metros cuadrados que estaban cerrados y en Vilarrube, en Cedeira, demolimos 38 edificaciones y recuperamos toda la playa y los humedales, donde también había pozos negros y de agua que bajaban el nivel freático. En Baldaio desmontamos todos los caminos de las marismas, en el Anllóns recuperamos el malecón para que la gente pudiese pasear, la marisma del arenal de Pobra do Caramiñal y en A Frouxeira desmontamos el asentamiento ilegal que rodeaba toda la laguna.

¿Cómo ha sido la colaboración con la Xunta en estos años?

Yo diferencio la política de la relación entre funcionarios, porque la colaboración y nunca he tenido problemas. Hemos realizado todas las actuaciones que hemos querido con la colaboración de Patrimonio Natural y del Cultural.

¿Cree que es viable el traspaso a la Xunta de la gestión de la costa?

Tanto la Administración del Estado como yo personalmente entendemos que la gestión de la costa gallega tiene que ser hecha por los gallegos desde la Xunta. Y yo creo que el Estado lo tiene claro, pero otra cosa es el modo de hacerlo. Pero yo creo que tienen que sentarse y llegar a un acuerdo.

¿Piensa que no va a causar ningún trastorno en la gestión?

Habrá que adaptarse, como se adaptó el Estado en su día cuando se aprobó la Ley de Costas. Creo que ahora lo tiene un poco más fácil porque la ley ya está ya está implantada.

¿Cuál fue el proyecto en el que se encontró más dificultades?

El más largo ha sido la recuperación de la ría de O Burgo. El primer proyecto es de 2008 y se está ejecutando ahora. Cuando me preguntan si es tarde, digo que no porque no tenía sentido dragar si se vertía, ya que se estuvo vertiendo hasta hace dos o tres años. Lo que pasa es que hubo que estudiarlo mucho porque era un proyecto complicado. Es una obra diferente a todas las que se han hecho por su forma de ejecutar.

¿Cree que la transformación va a ser muy grande en la ría?

Una persona que pase va a ver unas zonas que antes no había. En estos momentos ya estamos cubriendo con tierra los geotubos donde están consolidados los lodos contaminados para que se convierta en zonas verdes. Donde más se va a notar es desde el punto de vista medioambiental, pero al igual que cuando se hace un saneamiento, no se verá.

¿Se recuperará la riqueza marisquera que había antes?

Soy optimista, lo que pasa es que todo exige después mantenimiento porque el río Mero lógicamente sigue aportando arena y la ría hay que cuidarla y trabajarla.

“La labor de los profesionales de la Administración en el ‘Prestige’ no se ha explicado en ningún libro”

Le tocó vivir los desastres del 'Mar Egeo y el 'Prestige'. ¿Qué supusieron para Costas?

El Mar Egeo fue una cosa muy pequeña en comparación con el Prestige. Con el primero aprendimos cómo teníamos que zonificar, y actuar en la playa, pero el vertido no fue tan importante. El Prestige fue una cosa espectacular, pero ahí se vio la solidaridad de la gente, que fue maravillosa. Siempre digo que los voluntarios han hecho una labor extraordinaria, pero aún falta escribir el libro desde el punto de vista de la Administración, de los profesionales que el día 16 de noviembre salimos de casa y no volvimos a ella para comer en un año.

¿Fue el mayor reto profesional que vivió en Costas?

Desde luego que sí, porque tuvimos que dirigir equipos de miles y miles de personas y dividir la costa en zonas para distribuirla. Fue una labor que no se ha explicado en ningún libro. Hubo que hacer un plan de zonificación de rocas, hacer análisis en las playas, diseñar cómo trabajar en las playas dependiendo del grado de contaminación.

Pero eso quedará para el futuro para toda la Administración.

No solo eso. Nos han llamado de diversos puntos del mundo para que diésemos conferencias sobre contaminación marina accidental. Nos hemos empapado de experiencia para este tipo de cosas.

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