El día que Chucas volvió al Orillamar

Tras dos meses en el hospital por un atropello, el voluntario de Aspronaga y miembro de la comparsa Monte Alto a 100 se reencuentra con el club: “He vuelto a nacer”

Chucas posa con una fotografía del Orillamar, en LA OPINIÓN

Chucas posa con una fotografía del Orillamar, en LA OPINIÓN

“He vuelto a nacer”, declara Juan Otero, más conocido como Chucas, tras dos meses ingresado en el hospital por un atropello en plaza de Mina de A Coruña. Está recuperando fuerzas, tratando de no tener miedo a cruzar de una acera a otra y con más pasión que nunca por lo que le hace feliz: el fútbol, su Orillamar, y el Carnaval, pues es miembro de la comparsa Monte Alto a 100.

En cuanto puso un pie fuera del hospital, Chucas no quiso hacer otra cosa que reencontrarse con su club. “Empecé hace 5 o 6 años en el Orillamar como voluntario de Aspronaga —entidad de personas con discapacidad intelectual de la que es usuario—. Ayudaba a Edu en los entrenamientos”, recuerda. El año pasado, compartió banquillo con Brais y el equipo alevín. “También viajo con los mayores. El domingo, para mí, es un día importante porque hay partido”, indica Chucas, que está deseando que arranque la nueva temporada. “Estaré allí para lo que necesiten”, sentencia.

Su madre y su hermana aseguran que es un loco del fútbol. Le viene de familia: “Su padre jugaba y su sobrino ha fichado por el Silva”. También ellos responden al nombre de Chucas. “A mí me gusta mucho y quiero mucho a todos: jugadores, cuerpo técnico y directiva”, confiesa.

Chucas, en un entrenamiento del club coruñés, en su reencuentro tras el accidente.

Chucas, en un entrenamiento del club coruñés, en su reencuentro tras el accidente.

Por eso, su única obsesión era volver a un entrenamiento. “Lo llevamos un día de sorpresa al entrenamiento de las diez de la noche porque quería ir a ver a los del Orillamar”, relata su hermana, Rosa Otero. Allí se plantó con gorra y pantalón corto, encantado de estar cerca del césped una vez más. “Lo estaba deseando”, apunta.

Chucas todavía se emociona cuando ve los homenajes que le dedicaron mientras luchaba por salir adelante en una cama del hospital. “Es muy bonito ver que te quieren”, señala en su visita a LA OPINIÓN, donde recordó también cuando los 24 jugadores del equipo aficionado del Orillamar le regalaron una camiseta con los colores azules del club con su nombre y el dorsal 25 en la espalda. “No me lo esperaba. Fue una sorpresa”, comenta.

También muestra orgulloso la fotografía de su viaje a Pontevedra el pasado mayo para recibir el premio que la Asociación Galega de Xestión Deportiva (Agaxede) otorgó al Orilla como mejor club de Galicia en gestión deportiva en inclusión social a través de su proyecto O Abeiro Orillamar Solidario. “Soy un hombre de club”, resume. En aquella gala acompañó al presidente del Orillamar, Alfonso Queijo, quien ha señalado que el Chucas “se hace querer”.

Y no solo en el mundo del fútbol. Chucas también es muy conocido en las comparsas del Carnaval coruñés, pues pertenece a Monte a 100. “Llevo un montón de tiempo con ellos. Me encanta el Carnaval”, apunta, y asegura que está “deseando que lleguen los ensayos de los lunes” para volver a disfrutar del ambiente de la comparsa. Tiene en mente, además, participar en la comida que organizan a finales de mes en el parque de Santa Margarita. “Tendré que acompañarle yo porque tiene muchas ganas”, dice su madre. “Voy a ir seguro”, contesta un Chucas con ilusiones renovadas.

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