La Xunta insta a plantar especies “autóctonas” en las medianas y rotondas de A Pasaxe, entre A Coruña y Oleiros

El Gobierno gallego pide un diseño con “esbeltez” para la ampliación del puente que reduzca el impacto visual, y el Gobierno promete cumplir las peticiones “en la medida de lo posible”

Fotografía de Faro. |   // FARO

Fotografía de Faro. | // FARO / Enrique Carballo

La Xunta reclamó al Estado que la ampliación del puente de A Pasaxe se usen “especies vegetales autóctonas” en las “medianas, taludes o rotondas” de la infraestructura, además de pedir que se diseñe de modo “cuidado” y pensando en la “esbeltez” para minimizar el impacto visual de la infraestructura. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha aceptado incorporar “en la medida de lo posible” estas peticiones en el proyecto de construcción, así como otras también encaminadas a minimizar el impacto paisajístico de la obra.

En lo relativo al diseño, la Xunta defiende que “los puentes y demás estructuras provoquen un notable impacto visual”, como en el caso del viaducto de A Pasaxe, deben ser objeto de “un diseño cuidado”, en el que se debe hacer primar “la esbeltez y singularidad formal frente a la estandarización”. También reclama que el acabado minimice el impacto del puente en el paisaje, y reclama que para esto se busque la “integración cromática de los elementos constructivos”, esto es, que se empleen colores que no resalten.

En cuanto a las especies, además de la “revegetación” de los elementos viarios como las medianas y las rotondas con plantas nativas, el Gobierno gallego reclama que se utilicen “preferentemente especies arbustivas o arbóreas autóctonas” cuando haya que realizar apantallamientos vegetales, y que estas sean “semejantes a las existentes en el entorno”. Las obras de A Pasaxe incluirán, además de la ampliación del puente, la reforma de los accesos, con pasarelas que enlazarán con sendas peatonales y ciclistas, la ampliación de aceras y la “definición” de la urbanización del edificio Copigal, adyacente al puente y que se derribará. Además, habrá una segunda fase de las obras en la que se construirá un nivel adicional en la rotonda de acceso al puente, en A Coruña y túnel bajo la glorieta de Santa Cristina.

El Gobierno gallego realizó sus recomendaciones para “favorecer la integración paisajística” de la infraestructura a través del informe de un organismo dependiente, el Instituto de Estudos do Territorio, y siguiendo las directrices generales de paisaje gallegas que se publicaron en 2020, cuando ya había empezado la tramitación del diseño del viaducto. Este, que cruza la ría de O Burgo conectando A Coruña y Oleiros, duplicará su anchura con la ampliación, hasta los 50 metros: los carriles para vehículos pasan de seis a ocho, y se añadirán dos corredores para peatones y ciclistas, cada uno de ellos con 6,5 metros de anchura.

El Instituto de Estudos do Territorio, que depende de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, reclama que se empleen carteles y señales con un diseño que “en la medida de lo posible, minimice su impacto en el paisaje”, y recuerda que estos elementos se deben retirar una vez finalizados los trabajos. El Ministerio también ha admitido que en el texto final tendrá que incorporar, de manera detallada, medidas para reducir el impacto ambiental del proyecto, si bien esta no es una petición de la Xunta sino una alegación del Ayuntamiento de Oleiros.

Las dos instituciones presentaron sus peticiones dentro del periodo de alegaciones e informes de un documento previo, el proyecto de trazado, que se empezó a tramitar en 2015 pero que no se ha aprobado definitivamente hasta esta semana. Según indican fuentes del Gobierno gallego, al Instituto de Estudos do Territorio, “no le correspondería pronunciarse sobre los posibles impactos paisajísticos” en esta fase de la tramitación, sino en otra obligatoria, cuando se elabora y supervisa el documento de impacto ambiental.

Las recomendaciones, señalan, se hicieron “en el marco de la información pública” del proyecto de trazado. En esta fase también colaboraron otros organismos de la Xunta: la Axencia Galega de Infraestructuras señaló que deberá autorizar el proyecto de construcción, pues se le ha cedido parte de la AC-12 para realzar los accesos al Chuac, y Dirección Xeral de Mobilidade deberá recibir información de los aspectos que afecten a las líneas de transporte. La Dirección Xeral de Patrimonio Cultural también tendrá que dar su visto bueno para iniciar los trabajos.

Separación de peatones y bicis

Otra de las alegaciones de Oleiros, estimada por el Estado, es la de establecer una “diferenciación” explícita entre las vías peatonales y ciclistas que estarán a los lados de los carriles para coches. El Mitma también aceptó la petición de determinar claramente cuáles serán las conexiones del puente y las pasarelas que le den acceso, además de entre estas y los “paseos marítimos” que discurren junto a la ría.

En cuanto a las zonas próximas al viaducto, el Mitma acepta que el proyecto definitivo debe “detallar la urbanización” y “humanización” de aceras, en especial en la zona de Xesteira, además de “estudiar” ampliarlas allí y en el margen derecho del vial que enlaza Rosalía de Castro con la glorieta de Santa Cristina. También en Oleiros, el Ministerio se ha comprometido a ensanchar la acera de la zona de la Casa Carnicero para cumplir con la “normativa de accesibilidad”, y a “definir” qué se hará en la parcela del edificio Copigal.

Por el puente, que entró en servicio en 1978, pasan todos los días unos 90.000 vehículos, y el Estado calcula que la cifra aumentará hasta superar los 141.000 al día para el año 2054. Las proyecciones del Gobierno es que, incluso con la ampliación de carriles, las colas en el puente empeorarán para esa fecha, de los 96 vehículos de media actuales a los 172.

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