El perro entra si el dueño del bar deja

Hosteleros aprueban que la Ley de bienestar animal permita decidir a los locales y resaltan que la ciudad es más amistosa con mascotas

La Ley de bienestar animal está en vigor desde ayer, aunque con medidas pendientes de aplicarse, como los seguros de responsabilidad civil para perros. ¿Pueden entrar los canes en bares y restaurantes? Esta es una de las preguntas más habituales en foros y redes. La ley lo permite siempre que el animal “no constituya un riesgo para las personas, otros animales y las cosas” y que su acceso se limite a “zonas no destinadas a la elaboración, almacenamiento o manipulación de alimentos”, pero deja la decisión en manos del propietario del local. Si este no admite perros deberá mostrar un distintivo que lo indique y que sea visible desde el exterior del establecimiento.

A Coruña, ciudad que en opinión de la ONG animalista Fundación Franz Weber “va muy por delante de las normas” y “desde hace tiempo tiene un número importante de negocios accesibles con animales”, es en general pet friendly (amigo de las mascotas, en la traducción del inglés). Hosteleros ven positivo que la norma permita elegir a los dueños de negocios y un sector de ellos es partidario de que los animales, siempre que no causen problemas, deben entrar en locales con sus amos.

“Siempre son bienvenidos y se portan bien. Si son perros grandes decimos a sus amos que se sienten en lugares más espaciosos y si algún cliente les tiene miedo, se cambian de sitio o se marchan”, comenta Ana Silva, propietaria del Valentín, local de la plaza de San Nicolás.

Este negocio sirve comidas en el interior y en la terraza, pero el alimento, confirma Silva, no es un factor que altere el comportamiento de los perros: “Ellos no comen, normalmente están relajados, y les ponemos su agua o les damos un premio”. Lo mismo ocurre en La Barbería, en la calle Orzán, donde “los clientes preguntan antes si pueden entrar con perros” y los camareros adecuan el espacio para que “dueño y mascota estén cómodos y dejen estar cómodos a los demás”, explica Xabi Barral.

Otros hosteleros que también sirven comidas prefieren vetar el acceso de los perros, pero lo permiten en sus terrazas. “En la Marina creo que en el exterior de todos los locales se sientan clientes con perros, pero yo entiendo que si das de comer no se debe dejar pasar al perro”, opina Alberto Boquete, dueño de La Mansión y presidente de los hosteleros de la Marina. Héctor Cañete, que preside la Asociación Provincial de Hostelería, apunta que la ley “no cambia demasiado” la situación actual e insta a los responsables de los locales a que “señalen con indicativos” si los animales pueden entrar o no.