La Crisálida, de A Coruña a Santander

La compañía teatral Caramuxo imparte un taller en Cantabria sobre la mercería

Laura Sarasola, de Caramuxo, en el taller sobre La Crisálida.   | // LOC

Laura Sarasola, de Caramuxo, en el taller sobre La Crisálida. | // LOC / REDACCIÓN

REDACCIÓN

La historia de la emblemática mercería coruñesa La Crisálida se expande por el norte gracias al teatro. La compañía gallega Caramuxo participa estos días en el proyecto de intercambio cultural Escea Norte, que comparte las artes escénicas entre la comunidades del norte de España: Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi y Navarra. Con su obra Crisálida, la compañía llevó este fin de semana hasta Santander la historia de la mercería coruñesa y sus dueños, Fernando y Nieves Seoane. Pero el pasado sábado, la conexión de los espectadores cántabros con la historia coruñesa fue más allá: paralelamente, la compañía teatral celebró un taller en el que los asistentes pudieron conocer de primera mano La Crisálida y contactar gracias a la tecnología con el actual dueño de la mercería.

En el taller Un día en la mercería Crisálida, entre otras cosas, dos actrices de la obra teatral llevaron un muestrario de los botones de los que dispone la tienda en San Andrés y tiraron de Instagram para que el dueño les contase a los asistentes un poco sobre su trabajo en la mercería.

Por la tarde, la historia de los antiguos dueños del comercio coruñés llegó a las tablas con la representación de la obra Crisálida, con la que Caramuxo convierte a los dos entrañables dueños de la mercería coruñesa en monicreques.

Crisálida es el espectáculo número 25 de Caramuxo Teatro, con el que la compañía cumple 20 años de trayectoria. Con esta comedia, se busca resaltar la importancia del comercio tradicional en un mundo globalizado, cada vez más digitalizado. Hacer un homenaje a este concepto de comercio que crea convivencia y comunidad.

“Historias y lugares como la mercería Crisálida, más basados en las relaciones humanas y no solo en el beneficio económico, deben ser protegidos y recuperados, porque además son parte de nuestra historia y de nuestro patrimonio como seres humanos”, comenta la compañía.