Una corporación a tres bandas en A Coruña

Las elecciones municipales de 2023 dejan al Concello de A Coruña sin representación de Marea Atlántica y Ciudadanos

EL apoyo del BNG permite a Inés Rey repetir como alcaldesa

alfonso molina y el puerto exterior

alfonso molina y el puerto exterior / j. m. GutiérrezEnrique Carballo

Las elecciones locales del pasado 28 de mayo fueron el principal acontecimiento político del año 2023 en A Coruña, con dos titulares: la socialista Inés Rey se convertía en la primera alcaldesa de la ciudad que conseguía superar con éxito una reelección desde Francisco Vázquez y la reducción de partidos en el salón de plenos, que pasó de contar con la representación de los cinco grupos políticos que llegaron al Palacio de María Pita en 2019 a tan solo tres.

Frente a la caída en otras ciudades y villas gallegas, los socialistas coruñeses aumentaron en dos concejales su representación, tras afrontar un complicado mandato marcado por la gestión de la pandemia y después de cuatro años convulsos a nivel interno por las diferencias surgidas en el grupo municipal, que concluyeron con la exclusión de la candidatura de los concejales que disentían de la línea oficial e incluso con la dimisión de un peso pesado como Juan Díaz Villoslada. A pesar de que los números salieron para la izquierda, fue el Partido Popular de Miguel Lorenzo la formación más votada y con mayor número de concejales. Sus doce representantes no fueron suficientes para gobernar, ya que el crecimiento del Bloque permitió al PSOE tejer con ese grupo un pacto de investidura con el que Inés Rey revalidó la Alcaldía para otros cuatro años.

El pastel político se simplificó, al dar la espalda las urnas a Marea Atlántica, que gobernó entre 2015 y 2019, y a la candidatura de Podemos-EU, encabezada por el exedil de Marea José Manuel Sande. También a opciones como Ciudadanos, que logró su primer escaño en 2019, Vox o Alternativa dos Veciños.

La decisión adoptada por Isabel Faraldo, que formó parte de la candidatura de Marea Atlántica, de no integrarse en ese grupo hizo incluso que durante el pasado mandato hubiese otra fuerza política más en el Concello, aunque no pudo representar formalmente a Podemos al no haber concurrido este partido a las elecciones con su propia lista. Ese conflicto, originado por la voluntad de Podemos de disponer de visibilidad en la vida municipal, acabó derivando en una ruptura total con Marea Atlántica y en la presentación de candidaturas por separado en los comicios municipales. Sin voluntad de reconstruir puentes, las dos listas con propuestas e ideología muy semejantes se enfrentaron en las urnas. El resultado fue que ninguna de las dos obtuvo representación y que Marea, que había logrado diez concejales en 2015 y seis en 2019, desapareció del Concello. La división de este espacio político benefició a los nacionalistas, ya que el BNG pasó de dos a cuatro representantes, pero su crecimiento fue menor del que esperaban.

Además de Marea Atlántica, también Ciudadanos fue incapaz de mantener su presencia en el pleno municipal, aunque no sorprendió a nadie después del desplome que sufrió el partido a nivel nacional y de la salida del partido durante el mandato de quien había sido elegida en sus listas, Mónica Martínez. Tras haber formado parte del Gobierno local, una sentencia judicial anuló su nombramiento y se vio obligada a salir del Ejecutivo para regresar al grupo mixto como independiente.

La alianza entre socialistas y nacionalistas dio en 2023 su primer fruto en la elaboración de un presupuesto municipal que entrará en vigor el 1 de enero, el primero desde el año 2015, y con un volumen de inversiones muy superior al de los años anteriores y que el Gobierno municipal pone como bandera de su política. El PP, única formación que no participó en la confección de esas cuentas, asegura sin embargo que el Ejecutivo local será incapaz de materializar todas esas inversiones, a la vista de los resultados obtenidos en los años precedentes.

alfonso molina y el puerto exterior

alfonso molina y el puerto exterior / j. m. GutiérrezEnrique Carballo

Alfonso Molina y el puerto exterior

Este año fue el del fin de la espera por la ampliación de la avenida de Alfonso Molina tras años de demoras: ya había partidas para la obra en los Presupuestos Generales del Estado de 2012, y tras cambios de diseño con Marea Atlántica y el PSOE en el Gobierno local, este año el Estado por fin presentó el proyecto definitivo, lo sacó a concurso y lo adjudicó a Copisa, con la que acaba de formalizar el contrato.

La obra durará algo más de dos años, e incorpora un carril más en cada sentido entre Ponte da Pedra y la autopista y crea nuevos enlaces, aplazando para una fase posterior el de Xuxán. El proyecto para urbanizar los márgenes de la avenida se tramita aparte y está más retrasado. La primera fase es la instalación de una pasarela peatonal entre Pedralonga y Palavea, que estaba previsto finalizar este año pero que todavía no se ha completado.

Mucho más retrasado va el proyecto de la cuarta ronda, esto es, la prolongación del acceso viario al puerto exterior de A Coruña hasta el polígono de Vío y la tercera ronda. La primera redacción de un estudio informativo es de 2008, pero, tras sucesivos retrasos, este noviembre se sacó a concurso la redacción del proyecto de trazado y construcción.

También se han prolongado los trabajos de dragado de la ría de O Burgo, un proyecto que recibió el inicio oficial a finales de 2021 y que debía acabar este mes de diciembre, aunque en noviembre la subdelegación del Gobierno anunció que se retrasaría a abril, prolongando durante estos meses adicionales la ayuda a los mariscadores. Aparte de los retrasos por el clima, la Cofradía coruñesa había pedido la prolongación de estos meses para mejorar las posibilidades de siembra de marisco. Además de regenerar medioambientalmente la zona, históricamente contaminada, el proyecto incluye una remodelación del litoral. Ya se ve cómo los trabajos han modificado el perfil de la ría, tanto en Oleiros como en Culleredo.

Aunque el final tendrá que esperar hasta 2026, este año avanzó la construcción de la la vía ferroviaria que llegará hasta el puerto exterior de punta Langosteira. En febrero empezaron las voladuras para excavar el que será el túnel principal, con unos 3,7 kilómetros. En diciembre se acabó la excavación del primero de los túneles de acceso, con cerca de 800 metros. Punta Langosteira registró otro hito: Repsol inició en marzo sus operaciones en el puerto exterior, con la finalización de las pruebas técnicas realizadas en el poliducto que une la refinería con la dársena y la inauguración del pantalán. Cinco años después del plazo marcado para la mudanza, la multinacional energética realizó la primera operación de su historia con un petrolero, el Front Ocelot.

Durante 2023, continuaron los trabajos de la futura estación intermodal, que empezaron en el año 2022. Avanzan a “buen ritmo”, según la Xunta, encargada de construir el parking y la estación de autobuses y que este mes situó en “días” el inicio del aparcamiento. Con la obra en marcha hubo cambios para ampliar las plazas como exigía el Estado, y una petición del Concello de una pasarela para tráfico, en la que quiere que colaboren Xunta y Estado.