“Tenemos listas de espera de hasta treinta personas para alquilar un piso en O Burgo”

Las propias inmobiliarias de la comarca afirman que “la gente está desesperada” ante la falta de vivienda de alquiler y el elevado precio de la que surge. “Nunca hemos visto nada igual”

INMOBILIARIA DE OLEIROS.

INMOBILIARIA DE OLEIROS. / Arcay / Roller Agencia

Vive la “romántica” experiencia de dormir en una tienda de campaña en el salón de un piso en el centro de Londres por ochenta euros la noche. El anuncio de la plataforma Airbnb, con una foto de tres tienditas tipo Decathlón en una sala de estar, se mantuvo lo que duró la vergüenza del arrendador cuando un diario británico, Independent, se hizo eco de hasta qué punto llega la situación del alquiler pero sobre todo la desolación de no poder pagarlo y tragar con todo, incluso que insulten nuestra inteligencia vendiéndonos la moto bien adornada de un halo supuestamente romántico. La dificultad de acceder a una vivienda se ha agravado de una forma brutal en muchos países y Galicia, y la comarca coruñesa, no es ajena. Es más, tiene ejemplos igual de sangrantes que el inglés. 

“Hemos tenido que poner listas de espera para vivienda de alquiler. Para una en O Burgo tenemos hasta treinta personas anotadas. Es una exageración lo que ocurre. Existe muchísima demanda pero muy poca oferta y los precios están subiendo muchísimo, sobre todo desde que entró en vigor la nueva ley de vivienda el año pasado”, subraya Susi Larrosa, de la agencia inmobiliaria M3 Plus de Cambre.

Alquilado, alquilado, alquilado. Así hasta nueve veces. Es la imagen de la web de la inmobiliaria Poisa&Valiño de Miño. “Ahora mismo solo me queda un piso en A Coruña y otro en Miño por alquilar, nada más. En veinte años en este trabajo nunca he visto nada igual, es algo insólito. Y eso que los precios han subido muchísimo. En Miño antes encontrabas uno por 320 euros. Ahora no hay nada por menos de 450. Hay muchísima demanda pero no hay stock”, explica Luis Poisa, uno de los responsables de esta inmobiliaria. 

“Solo tengo dos pisos para alquilar, uno en A Coruña y otro en Miño. En veinte años de profesión nunca he visto nada igual”

Luis Poisa, de Poisa y Valiño inmobiliaria

En la prensa hace pocos días se publicaba la próxima promoción en A Coruña de pisos a un millón de euros cada uno casi al lado de otro titular referido a que en la ciudad existen casi medio centenar de personas viviendo en la calle. La vivienda es uno de las más graves problemas sociales hoy en día y aunque muchos dicen que no tiene solución, hay ejemplos que demuestran lo contrario: Portugal en octubre del año pasado dio luz verde al programa Mais Habitaçao: limitar la subida del alquiler para nuevos contratos, alquiler forzoso de viviendas vacías, suspensión de nuevas licencias de pisos turísticos, incentivos para sacar viviendas al mercado del alquiler...

“Me dan mucha pena las familias con hijos que vienen a la agencia y no hay nada”

Susi Larrosa, de M3 Plus Inmobiliaria

El Concello de Oleiros hace unos días sacó a la venta tres suelos para que promotores o cooperativas los compren y construyan pisos que deberán venderse al precio que pone la Xunta para los de protección autonómica, es decir, más asequibles. Se podrán hacer hasta 54 viviendas. En otras ocasiones que hizo algo similar, el concurso quedó desierto. El Gobierno local ha aludido a la retirada de incentivos a los promotores para construir este tipo de vivienda como una de las causas. También ha presumido de que ya ha promovido, desde el inicio de la democracia, hasta 752 viviendas de protección. En esta última licitación son los 54 pisos para la venta, nada de alquiler protegido. 

“Todo lo que entra de alquiler vuela, es una locura. Hago visitas por orden de llamada, la gente se pelea por los pisos”

Marta Justo, de MJV Arquitectura&Inmobiliaria

“Yo llevo doce años de alquiler en Santa Cruz. Cuando entré pagaba 480 y era un precio alto pero ahora, que mi casero no me ha subido nunca, me considero un privilegiado, hoy no encuentras nada por ese precio, por un piso que esté bien. No me sacan de aquí. Tengo una amiga de Santa Cruz que no pudo comprar por los precios tan altos y se fue a Betanzos”, explica Fran Rei. 

Hoy lunes habrá muchas personas que habrán hecho guardia ante el ordenador para, en la pasada medianoche, entrar en la web de la Xunta y presentar todos los papeles para solicitar vía electrónica las ayudas al alquiler, que cubren hasta el 60% de la renta, y es previsible el colapso de la página. El importe medio del alquiler en A Coruña se situó en 2023 en 618,7 euros, por lo que muy pocos reúnen el requisito para optar a estas subvencione, el de pagar una renta de 600 euros como tope. 

“Alquilé un piso de un dormitorio en Monte Alto por 700 euros, tan antiguo que era como de ‘Cuéntame’, y ni me discutió el precio”

Luis Poisa, de Poisa&Valiño

“Antes todo el mundo quería vivir en A Coruña, ahora se van a Carral. No les importa la distancia, coger el coche, porque allí pueden encontrar un piso de dos habitaciones por 450 y por este precio en A Coruña casi no tienes ni un garaje. Es una exageración. Me dan pena las familias con niños sobre todo. Llegan y no tienes nada que ofrecerles”, subrayan desde M3 Plus.

“Los precios están fuera de madre. Vamos a acabar como en Madrid, gente con trabajo, adulta, compartiendo piso. Yo acabo de alquilar un piso de un dormitorio en Monte Alto, antiguo que parece de la serie Cuéntame, por 700 euros. Y ni me discutió el precio”, asegura Luis Poisa. 

“Cuando entra un piso para alquilar, vuela. No dura nada. La gente se pelea por ellos. Menos de 700 u 800 euros, un piso de dos habitaciones, no hay nada decente. Se alquilan hasta los antiguos, años setenta, sin ascensor”, destaca Marta Justo de MJV Arquitectura&Inmobiliaria.

“Percibes que la gente está desesperada. Se alquila todo lo que entra, aunque sean pisos muy viejos. Y los precios han subido mucho, nunca he visto nada igual”

Agencia Inmobiliaria Apremar

Arquitectura&Inmobiliaria en Oleiros. “Nos llaman a diario para que avisemos en cuanto entre algún piso en alquiler. Hay muy poquito stock y los precios, muy caros. La media es de 900 euros. Tenemos uno en Santa Cruz a estrenar a mil euros de tres habitaciones, y otro de segunda mano por 800. Nunca hemos visto estos precios”, destaca una de las vendedoras de la agencia Apremar, también oleirense.

“Hay tres problemas. El primero, la inseguridad jurídica. Ahora no puedes echar a un inquilino si tiene niños, y ha echado mucho para atrás. Y luego tienen miedo a que les destrocen el piso o dejen de pagar, aunque tengan el seguro de impago.Segundo, los pisos turísticos, que aumentan porque el propietario gana más. Tercero, desde 2007 prácticamente no se construyó nada mientras que aumentó la población. Y para comprar, tienes que tener empleo estable, los salarios son bajos, la hipoteca. “Percibes que la gente está desesperada”, explica José Pérez de la inmobiliaria Pérez de Sada.

Vivienda protegida en la comarca: la demanda desciende en la última década salvo donde se promueve, Oleiros y Betanzos

La comarca de A Coruña tenía registrados en el año 2014 un total de 3.386 personas en el Rexistro Único de Demandantes de Vivenda Protexida de la Xunta. Una década después, en 2024, la cifra ha bajado a 3.076. Hay 310 personas menos. ¿Significa esto que no hay interés en este tipo de vivienda y por eso la gente no se apunta como demandante? 

Los datos, a día de hoy, del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) indican que el número de personas que quieren una vivienda protegida ha descendido en todos los concellos del área metropolitana. En todos salvo en dos en que ha ocurrido al contrario, ha aumentado: En Betanzos había 34 inscritos en 2014 y diez años después más del doble, 71 en total. 

En Oleiros había 147 y una década después ha subido a 165. ¿Tienen algo en común estos dos municipios? En ambos se oferta vivienda de protección. Es decir, que si se construye, si sale al mercado, la gente se anota como demandante. No se trata de que no haya demanda, la hay si las personas ven que sí tienen una oportunidad. 

En Betanzos la Xunta compra inmuebles desde 2017 para rehabilitarlos y destinarlos a alquiler social. En septiembre de 2022 entregó las llaves de cuatro viviendas, con rentas de alquiler de entre 125 y 255 euros. Precios con los que las personas de menos recursos pueden acceder a un hora. En noviembre del año pasado la consellería entregó las llaves de otras cuatro en condiciones similares, realizando un acto de entrega de llaves como se hacía hace veinte o treinta años, en un estrado, la conselleira entregando cada llave. 

En Oleiros el Concello, como se ha indicado, promueve la venta de suelo para construir vivienda de precio reducido, después de entregar varias en los últimos años (las últimas, en Perillo y Santa Cruz). 

Dentro de la vivienda protegida que se demanda, además, un dato clave es que en casi todos los concellos la categoría que más personas acapara es la de la vivienda de protección oficial de promoción pública en régimen de alquiler. A día de hoy hay 1.390 inscritos en la comarca que aspiran a una vivienda de alquiler social frente a solo 252 que quieren comprar un piso de protección (multiplica por cinco). 

Culleredo tiene 136 demandantes de vivienda protegida y la gran mayoría para alquiler de protección oficial. Lo mismo ocurre en Arteixo, con 121 inscritos de los que 59 apuestan por el alquiler (solo 15 por la compra) por ser lo más asequible. En Carral no hay nadie en el categoría de compra mientras que figuran cinco en la de alquiler, de un total de siete demandantes.  

El Gobierno gallego en 2012 aprobó una nueva Lei de Vivenda que introdujo la posibilidad de que los concellos pudiesen reducir el porcentaje que tenían reservado de suelo para construir vivienda protegida, ajustándolo al número de personas inscritas en el registro de demandantes de la Xunta. Esto supuso un cambio muy drástico que se arrastra desde entonces.  

El caso de Oleiros, por ejemplo. En su plan general urbano establecía urbanizaciones con hasta un 40% de vivienda protegida. Al introducir la Xunta la referencia del número de registrados este concello bajó al siguiente de la nueva ley del 40% al 3,42%. En 2023 el índice que le permitía la legislación era un 6,8%. 

Los concellos no están obligados a reducir su porcentaje de vivienda protegida, los índices de la Xunta son referencias que no tienen por qué adoptar. Sin embargo, en la práctica, la mayoría lo han hecho y lo hacen.  

La gran polarización del tema

Cada vez que se publica una información sobre vivienda surge un debate muy polarizado que se evidencia en comentarios de los internautas en redes sociales. Este es parte del mosaico de opiniones. “Los propietarios no vuelven a alquilar cuando les quedan los pisos vacíos por miedo a no poder echarlos si no pagan”. “¿No viste ese que al recuperar el piso no le habían dejado ni las bisagras?”. Los que poseen una vivienda defienden su derecho a conservarla en buen estado e intentar sacarle la mayor rentabilidad. Se consideran “desprotegidos”. 

En otros comentarios se apunta a los pisos turísticos como uno de los factores que más influye en la falta de vivienda. “La culpa es de las segundas residencias y las viviendas turísticas”. Pero también existe la posición contraria. “No demonicéis el piso turístico, sin él no podríamos irnos de vacaciones como los demás. ¿Quién paga un hotel para una familia”. A esto otro contesta: “El turismo que se practica ahora es insostenible”. Siempre hay alguien que recuerda el artículo 47 de la Constitución, el derecho a una vivienda digna. Pero hasta para esto hay contraargumento: “Mentira, no es un derecho, es un principio rector de la administración, un derecho fundamental es la propiedad privada”. Curiosamente, casi no hay comentarios de los que buscan, desesperadamente, una vivienda a su alcance.

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