Los ocupantes ilegales de la calle Washington dejan la casa, ya tapiada, e intentan entrar en otra vacía de Santo Tomás

La casa baja del número 5 de la calle Washington, que el martes rodearon e intentaron asaltar vecinos que la consideraban un foco de inseguridad, está ya vacía. De las cinco personas que, según fuentes conocedoras del caso, estaban en el inmueble el martes por la tarde, tres salieron ese mismo día, en medio del asedio vecinal, y las otras dos se marcharon el miércoles “de madrugada”. Una patrulla de la Policía Nacional permaneció en la entrada para impedir que volvieran hasta que esta quedó tapiada con ladrillos. Al menos parte de los ocupantes intentaron, en la mañana del miércoles, entrar en otro inmueble vacío de Monte Alto, el del 49-51 de la calle Santo Tomás, aunque lo impidió la policía.

Según fuentes del Concello, agentes de la Policía Local “vieron un intento de ocupación, y actuaron expulsando a esas personas de una propiedad y denunciando los hechos”. Fuentes vecinales, y otras conocedoras de la actividad del 092, indican que los que intentaron entrar en el edificio eran, al menos en parte, personas de las que habían salido unas horas antes de la vivienda de la calle Washington. El edificio de la calle Santo Tomás está desocupado y, según afirma un vecino, hace meses hubo ocupantes ilegales. El año pasado el Concello demolió dos plantas del inmueble, construidas en base a una licencia de 2008 que fue anulada por los tribunales.

La Policía Nacional no realizó declaraciones oficiales sobre los hechos del martes, cuando dos decenas de agentes acudieron a la vivienda para impedir que los incidentes entre vecinos y ocupantes escalasen. Se identificó a las cinco personas que fueron saliendo del inmueble, pero no a ninguno de los vecinos. Fuentes conocedoras señalan que los ocupantes son “viejos conocidos” del 091 por su vinculación con robos, hurtos o narcotráfico a pequeña escala, aunque este diario no ha podido comprobarlo. En la protesta realizada por los vecinos contra la inseguridad hace unas semanas, varios manifestaron a este diario que en la zona había problemas porque los drogodependientes que acudían a comprar su dosis pedían limosna de forma agresiva y realizaban hurtos, si bien no atracos violentos.

La subdelegada del Gobierno, María Rivas, afirmó este miércoles que en la vivienda del 5 de la calle Washington había una “denuncia por la ocupación”, con “contactos con el propietario”, y que a la vivienda se la estaba “haciendo seguimiento”. Otras fuentes que conocen el caso afirman que la dueña es una persona mayor que no vive en el país, y que, por dificultades para comunicarse con ella y sus herederos, “no había ningún procedimiento abierto de desocupación” cuando los vecinos forzaron la salida de los residentes el pasado martes.

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Cacerolada de 200 personas

Los incidentes del martes empezaron con una cacerolada contra la inseguridad convocada por la tarde en la cercana plaza de San José, a la que acudieron más de doscientos vecinos. Los manifestantes se dirigieron entonces hasta la casa del número 5 de la calle Washington, que consideraban un punto negro de droga, y varios vecinos intentaron entrar a golpeando puertas y ventanas.

Desde dentro hubo resistencia y les arrojaron líquidos y una botella. La Policía intervino, con antidisturbios, para impedir choques, e intentó negociar con los ocupantes su salida pacífica, mientras los vecinos mantenían la casa rodeada. Los residentes fueron saliendo ya desde la tarde, y los últimos lo hicieron ya de madrugada.

Hasta una veintena de agentes, entre ellos antidisturbios, han tenido que intervenir en la protesta de Monte Alto

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