Entrevista | Alfredo Vigo Trasancos Miembro electo del Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses

“Todavía hay muchos secretos por desvelar sobre A Coruña”

“Todos estamos deseando entrar en la Casa Cornide, pero hay que tener en cuenta que lo más importante es lo que vemos desde fuera”

Alfredo Vigo, ayer, en el Palacio de María Pita.  | // LOC

Alfredo Vigo, ayer, en el Palacio de María Pita. | // LOC / Ana Carro

El historiador Alfredo Vigo Trasancos ingresó ayer en el Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses. Lo hizo con un discurso sobre la plaza de la harina, ahora plaza de Azcárraga, la que considera una de las “más bonitas de la ciudad”.

¿Qué supone para usted formar parte del Instituto José Cornide?

Para mí es un honor formar parte del Instituto José Cornide que, además, es una figura que me es muy familiar. También siento mucho interés por formar parte de un organismo que se dedica a la investigación de la historia de A Coruña, en la que llevo muchos años trabajando. He tenido la oportunidad de comisariar una exposición sobre la Torre de Hércules en el año 1991 y otra en 2009 que conmemoraba los 800 años del otorgamiento a la ciudad de A Coruña de una especie de diploma de refundación. Además, escribí un libro sobre A Coruña del siglo XVIII.

¿Cree que es necesario reivindicar el papel de esta entidad?

Sí, pero lo importante aquí es que se fomenten las investigaciones. Eso va a motivar a que se siga trabajando. A Coruña da mucho juego. El urbanismo y la arquitectura, además, son temas que me interesan de manera especial. Todavía hay cosas por conocer y que se pueden conocer mejor. Como miembro del Instituto José Cornide, esto me motiva a seguir trabajando sobre A Coruña como objeto de historia.

¿Quedan muchos secretos por conocerse sobre la ciudad?

Sí, todavía hay muchos secretos por desvelar sobre A Coruña. Como lo que cuento en el discurso de ingreso al Instituto. La labor de esta entidad es fundamental. Y este año cumple 60 años. Hubo gente muy importante en su historia, como Carlos Martínez-Barbeito, que fue clave. El Instituto se ha mantenido todo este tiempo, unas veces con más protagonismo y otras con menos. Dependemos de gran medida de la financiación del Ayuntamiento, que es el que nos cobija. Es un privilegio tener este Instituto.

En su discurso de ingreso, ha elegido hablar de la plaza de la harina, hoy plaza de Azcárraga.

Sí. Hablo de dos siglos en los que se organizó la arquitectura de la plaza, que es casi epicentro de la historia de la ciudad antigua de A Coruña.

¿Por qué este tema?

Nunca había investigado la plaza así, solo a fragmentos. En realidad, la plaza de la harina coincide en parte con lo que es hoy la plaza de Azcárraga, pero era más pequeña. Los edificio que dominaban este lugar, uno era Al ayuntamiento, se derriban en 1772. Y, al tirarse, la plaza se duplica. A partir de 1896 se convierte en un parque público con jardines y arbolados, así como la fuente del deseo, que primero estaba en un rincón y después se colocó en el medio. Fue la primera fuente en esta parte de la ciudad. Es una de las plazas más bonitas de la ciudad.

También en la Ciudad Vieja se encuentra la Casa Cornide, sobre la que usted dirigió el estudio técnico para su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC). ¿Espera que finalmente se abra al público?

Todos estamos deseando entrar en la Casa Cornide. Imagino que en algún momento la Xunta, que tiene esas competencias, tendrá que ponerse en contacto directo con la familia Franco para concretar las visitas y fijar los días y los horarios, como exige el BIC. Si finalmente podemos entrar en ese edificio que tanto nos llama la atención, hay que tener en cuenta, no obstante, que lo más importante es lo que vemos desde fuera. Se transforma en el 1962 porque prácticamente se tira toda por dentro. Ahora es una casa moderna con una división moderna. Quizá puede haber alguna pieza interesante. También queremos saber todo lo que fue acumulando allí Carmen Polo, la que fue su propietaria.

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