fútbol - Primera División

Entre el alirón y el drama

El Barcelona quiere cerrar cuanto antes la liga y el Espanyol busca salir del pozo

Luis García y Xavi posan con las camisetas de sus equipos. |  // EFE

Luis García y Xavi posan con las camisetas de sus equipos. | // EFE / Marcos López

Marcos López

Tiene prisa Xavi. Prisa por ganar sin demora ninguna su primera Liga como entrenador del Barça. Tiene angustia el Espanyol, que solo ha sumado cuatro puntos de los últimos 30 en juego. Es un derbi barcelonés de extremos que navega entre el alirón azulgrana —un triunfo le llevaría casi directamente al autobús para iniciar mañana la rúa por la ciudad tras cuatro años sin ganar la Liga— y el drama perico, aterrorizado ante la opción más cercana de caer, otra vez, al abismo de Segunda. El líder visita el hogar del penúltimo clasificado, con dos antiguos compañeros en las aulas —Luis García y Xavi estudiaron juntos en el 2019 el curso de entrenadores en Las Rozas— convertidos ahora en los dueños de los banquillos de Espanyol y Barça.

Ambos encarnan la esperanza de un futuro mejor. En el caso de Xavi es presente, al menos en la Liga. No así en Europa, cuyo nivel es demasiado elevado todavía para un Barça, como recordó el entrenador, “en proceso de reconstrucción”. Acudir a Luis García fue un ejercicio de nostalgia y, a la vez, de entusiasmo por parte del club blanquiazul desesperado como andaba para enderezar a un equipo que vive peligrosamente desde hace meses en el sótano de la Liga.

“El Espanyol ha acertado con Luis, su propuesta es de las mejores que escuché en el curso de entrenadores”, dijo Xavi sobre su antiguo compañero en la ciudad deportiva de la Federación española de fútbol. “Fue un curso donde compartimos muchas cosas, donde crecimos mucho y disfrutamos de nuestra pasión. Le agradezco sus palabras”, replicó minutos después el técnico del Espanyol, sumergido en una montaña rusa de emociones, obligado a derrocar esta noche al líder para evitar que su equipo se desplome del todo.

Es un derbi lleno de carga emocional, repleto de tensión. Será el último de Busquets como capitán, agotando ya sus últimos días de azulgrana, mientras medita cuándo anuncia su próximo destino. Tal vez, en Arabia. “Busi es el mejor mediocentro que han visto mis ojos. El mejor de la historia del Barça”, dijo Xavi, quien habla de su “amigo” y del placer de dirigir al “jugador más inteligente” que ha visto nunca. “Su marcha nos perjudica como equipo, pero acierta en su decisión”, añadió el técnico, a quien le toca hallar sustituto (Zubimendi, de la Real, sería su preferido) a un mediocentro que no tiene recambio alguno. Ni en La Masia, ni tampoco fuera.

Pero Busquets se va en el mejor momento. Justo cuando está a punto de levantar una Liga, la primera en la era post-Messi, la primera en los cuatro últimos años.