La Galicia interior consume en el campo cinco veces más agua que la franja atlántica

La cuenca Miño-Sil dedica el 60% de sus recursos hídricos al sector primario frente al 12% de la demarcación que gestiona la Xunta | Las sequías obligan a cambiar las estrategias de riego

Un campo de cultivo con riego por aspersión en el ayuntamiento ourensano de Xinzo de Limia. |   // IÑAKI OSORIO

Un campo de cultivo con riego por aspersión en el ayuntamiento ourensano de Xinzo de Limia. | // IÑAKI OSORIO / DAniel Domínguez

DAniel Domínguez

Las lluvias que se esperan hoy en toda Galicia aliviarán un problema de sequía que este verano forzó a la Xunta hace días a activar la prealerta por escasez moderada de agua en el río Lérez de Pontevedra y en el Grande de Camariñas, como antes había hecho en los sistemas que abastecen a A Coruña. El año pasado, el calor extremo y la falta de precipitaciones también castigó los cultivos de cereales del interior de Ourense.

Ante una situación derivada del impacto causado por el cambio climático, el uso del agua resulta cada vez más un elemento crítico. Y existen dos Galicias en este sentido, pues la Galicia interior consume en el campo cinco veces más este elemento que la franja atlántica.

El consumo de agua en terrenos gallegos de la cuenca gestionada por la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, dependiente del Gobierno central, asciende a casi 225 hectómetros cúbicos (hm3) y el 60% de ese gasto corresponde agricultura y ganadería hasta sumar 132,49 hm3. De esa cifra, 105,17 se atribuye al regadío y solo 27,32 a la alimentación de los animales, según los datos del Plan Especial de Sequía de esta demarcación hidrográfica.

Esa fotografía del peso del sector primario en la Galicia interior contrasta con el eje atlántico, en el que esos usos apenas copan el 11,8% del consumo de agua: 41 hm3 de un total de 347,5, según los datos que figuran en el Plan especial de Seca de la demarcación Galicia Costa, gestionada por la Xunta a través de Augas de Galicia.

Sin embargo, el consumo humano muestra un comportamiento opuesto. En la franja atlántica, que copa la mayor parte de los ciudadanos de la comunidad, el consumo humano supone el 62% de la demanda de agua, mientras que en el interior es del 35%.

“La gran diferencia entre ambos territorios deriva de la superficie de regadío. En Galicia Costa no están las grandes comunidades de regantes de Galicia, que son las de Terra Chá, Monforte y Antela-A Limia las zonas más grandes con diferencia, todas en territorio Confederación Miño-Sil”, apunta Jacobo Feijoo, responsable de Desarrollo Rural del sindicato Unións Agrarias.

El maíz y la patata predominan en A Limia, mientras que en A Terra Chá y Monforte, el maíz, pero también los prados para forraje. Y las comunidades de regantes gestionan el 84% de las más de 31.100 hectáreas de regadío de la comunidad, con otro 16% de particulares o empresas dentro de Miño-Sil.

El progresivo impacto del cambio climático obliga a los agricultores a plantearse cambios en el uso del agua. “Las precipitaciones estivales van a ser mucho menos importantes, con lo que será complicado mantener el rendimiento que tenemos en la agricultura de secano. En un futuro, Galicia a lo mejor debería pensar en un incremento de las hectáreas de regadío”, explica Jorge Dafonte, profesor de Ingeniería Agroforestal de la Universidade de Santiago.

Apunta, sin embargo, a un uso más eficiente, adoptando el riego por goteo, “como están ya haciendo muchas bodegas con las nuevas plantaciones vitivinícolas”, adaptándose al nuevo escenario de temperaturas altas y menos lluvias. “Un sistema por goteo es muy eficiente, el 80% o el 90% del agua usada llega a la planta, frente a los viejos aspersores, que no lo son; es algo que va a ir a más”, aclara. “Esto ya se ve como una necesidad cuando hace 20 o 30 años nadie se lo planteaba”, añade.

Los motivos para utilizar el goteo no solo derivan de levantar un escudo contra el cambio climático, sino también de una mayor eficiencia. Desde Unións Agrarias, recuerdan que en Mabegondo se probó en 2016 que el maíz forrajero aumentaba el rendimiento un 80% mediante esta práctica en un año seco.

Dafonte incluso destaca que en algunos cultivos se opta por un riego deficitario. “Ya se está haciendo en algunos viñedos de las Rías Baixas. No se cubre el 100% del agua que necesita la vid, pero el rendimiento no cae mucho”, apunta. El campo necesita adaptarse a un nuevo clima.

las claves

H La demanda de agua en la comunidad suma 572,48 hectómetros cúbicos anuales: 347,5 en la cuenca Galicia Costa y 224,9 en Miño-Sil.

1 Galicia demanda 572 hm3 al año

H En la franja atlántica, el sector primario supone el 12% del consumo, porcentaje que sube al 60% en el interior.

2 El impacto del sector primario

H El abastecimiento de la población supone el 62% del gasto en agua en Galicia Costa y el 35% en Miño-Sil.

3 Más población cerca del litoral

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