El encarecimiento de hipotecas y caída de ventas restan 33 millones al fisco gallego

A Natalia, el incremento constante de las hipotecas le cuesta ya 200 euros más al mes, la cantidad que incrementó su cuota desde un escenario con el Euríbor, el índice de referencia para estos préstamos, a cero hasta el 3,36% actual. En ese contexto, al que se le une una cesta de la compra cada vez más cara, la venta de viviendas se frenó en seco este año en Galicia, lo que ha repercutido en las arcas autonómicas. La Xunta ingresó durante el primer semestre de este año 33 millones de euros menos por los impuestos vinculados a esta actividad que en el mismo periodo de 2022, un descenso que contrasta con el aumento general de la recaudación gracias a la mejora del empleo y el consumo vinculado al alza de precios, especialmente en la cesta de la compra. De hecho, la Xunta logra 273 millones más de recaudación general gracias precisamente al impuesto sobre la renta de las personas físicas y al IVA, que grava el consumo.

El bum inmobiliario generado tras la pandemia del COVID-19 es historia y ahora tocan vacas flacas. Si entre enero y junio del año pasado se vendieron en Galicia 10.857 pisos, de los que 8.558 eran de segunda mano, en el primer semestre de este ejercicio la cifra se situó en 9.758, de los que 7.701 eran viviendas usadas, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Esa situación ha mermado los ingresos fiscales de la Xunta, que recibe la recaudación del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) y Actos Jurídicos Documentados, es decir, las cargas sobre las compraventas de viviendas usadas y la formalización de las hipotecas.

Durante los primeros seis meses de este 2023, los derechos reconocidos por parte de la administración sumaron 192,5 millones de euros, frente a los 225,5 del mismo periodo del año pasado. Se trata de 33 millones menos, lo que equivale a un descenso del 14,6%, por encima de la caída media autonómica del 13,7%, según el balance publicado por el Ministerio de Hacienda. A nivel general, la recaudación suma 5.188 millones por estos dos gravámenes. El dato gallego marca un cambio de tendencia tras alcanzar el mayor pico en 14 años al cierre de 2022, cuando se recaudaron por ITP y AJD 356 millones de euros. A tenor de la evolución del mercado inmobiliario, determinado por el encarecimiento de las hipotecas, el cierre de este ejercicio romperá ese escenario alcista.

De hecho, el primer semestre de este año ya es peor también que 2021, cuando los derechos reconocidos sumaron 208 millones. Sí mejora el balande de la primera mitad de 2020 (151 millones), 2019 (187,9) y 2018 (178), según los datos de ejecución presupuestaria publicados por Hacienda.

En el caso del impuesto de Sucesiones y Donaciones, la rebaja aplicada por la Xunta desde 2020 que solo grava los legados superiores al millón de euros en caso de tratarse de parientes por línea directa ya está consolidada y congela los ingresos autonómicos por esta vía. En el primer semestre del año, a las arcas de la Consellería de Facenda le corresponderían 191,7 millones, apenas 1,1 menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, según Hacienda.

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