Camino de Santiago, conchas trampa para peregrinos

Señales difieren en su orientación y muchas contradicen el manual

Conchas con la parte abierta hacia la punta de flecha, en O Burgo.  | // L. O.

Conchas con la parte abierta hacia la punta de flecha, en O Burgo. | // L. O. / Sara Vázquez

Las flechas amarillas no dejan lugar a dudas y su apoyo puede haber salvado a cientos de peregrinos de cargar sus pies con largos rodeos, confundidos por las conchas. El diseño que acompaña a las flechas para marcar el trazado del Camino de Santiago, que fusiona una abstracción de los trazos de una vieira con una representación de la convergencia de caminos procedentes de toda Europa hacia la tumba del Apóstol, han sido víctimas de una confusión en su interpretación, lo que ha provocado que, a lo largo de la ruta jacobea, unas aparezcan con la parte más abierta hacia la dirección que se debe tomar y otras pongan como “punta de flecha” la parte de la concha que la uniría a su otra mitad en el bivalvo.

Conchas con distinta orientación en A Xira, Cambre.   | // L. O.

Conchas con distinta orientación en A Xira, Cambre. | // L. O. / Sara Vázquez

“Se ha impuesto la interpretación popular”, sostuvo el director de la Axencia Galega de Infraestruturas, Francisco Menéndez, en su visita este miércoles a A Xira, donde comentó que los símbolos se diseñaron con la intención de que la parte más estrecha funcionase como la punta de la flecha para indicar la dirección que debía seguirse, al contrario que como se han colocado las más recientes. Aseguró que fue uno de los responsables del diseño quien le explicó su sentido. La tesis que defendió Menéndez coincide, en efecto, con las indicaciones que recoge el Manual para la Señalización del Camino de Santiago, editado por el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en 1989. Y tres cochas ubicadas en el punto corroboraron que no hay consenso en la práctica sobre la orientación que deben seguir las conchas.

En el inicio de la subida de A Xira hacia Sigrás, en el cruce con la carretera AC-214 —donde la Xunta acaba de ejecutar las demandadas aceras— se contradicen dos conchas separadas entre sí apenas cuatro metros, una en la esquina con la calzada y otra al inicio de la rampa que va hacia Sigrás. La señal ubicada en la acera concuerda con el criterio marcado por el manual y sitúa la parte más estrecha de la concha hacia el camino que debe seguirse, mientras que la situada en la subida pone la parte más abierta hacia el frente. Solo un par de metros más arriba, en un poste en la margen derecha del vial, figura una señal con una flecha que señala hacia arriba y una concha con la parte estrecha hacia la izquierda y la ancha, hacia la derecha.

En el puente de O Burgo, un mojón que guía a los caminantes desde el extremo cullerdense del puente hacia Almeiras hace gala de la imposición de la “interpretación popular” a la que aludió Menéndez: las conchas ubicadas en dos de los cantos de la piedra lucen conchas con la parte más abierta hacia la punta de la flecha. La siguiente indicación coincide en criterio pero la ubicada junto al cruceiro, en cambio, se ajusta a lo previsto en el manual.

Un reguero de discrepancias salpica el Camino Inglés en el área coruñesa. Por Sigrás, un par de indicaciones reproducen la reinterpretación popular mientras que en los últimos metros antes del albergue de Sergude, en Carral, las señales respetan la orientación con que fueron concebidas. Al falta de unificar, arrojan luz las flechas, tanto las oficiales como las pintadas en muros.

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