Un proyecto de la universidad con Hijos de Rivera regenera plantaciones de eucalipto en A Laracha

La Fundación Galicia Sustentable, involucrada en esta idea desde hace cuatro años, logró cultivar patatas y otros productos alimentarios en una explotación intensiva de A Laracha

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

Un proyecto de la cátedra de Hijos de Rivera-Universidade de A Coruña (UDC) ha conseguido cultivar con éxito patatas, berenjenas, fresas y cereales en suelos afectados por plantaciones intensivas de eucaliptos. La idea surgió como parte de un estudio experimental que se ha desarrollado durante los últimos cuatro años en una parcela de la Fundación Galicia Sustentable, en el entorno del igrexario de la parroquia de Montemaior, en el Concello de A Laracha. La investigación busca métodos para regenerar los suelos para dotarlos de mayor fertilidad y habilitarlos para la producción de alimentos. Responsables de todos los agentes que forman parte de esta iniciativa presentaron este jueves el progreso del proyecto desde que comenzó en 2019, en un acto en el MEGA Museo de de Estrella Galicia en el que participaron representantes de la Cátedra Hijos de Rivera, la universidad, la Fundación Galicia Sustentable y el alcalde larachés.

En los cuatro años que lleva en marcha la actividad, la Fundación ha obtenido resultados destacados en la zona como la plantación con éxito de cultivos como la patata, el trigo, la cebada o frutos silvestres. El inicio del proyecto requirió una importante labor de desbroce de la finca, en la que “había zarzas y malezas”, según explicó el director de la Fundación Galicia Sustentable, Marcos Pérez. A partir de ahí, se basaron en el concepto de sintropía: favorecer los equilibrios naturales de la naturaleza. Para ello, probaron diversos cultivos sobre el terreno de la finca de eucaliptos para aportarle diferentes macronutrientes. Incluso usaron materia orgánica de los propios eucaliptos como compostaje para nutrir la tierra.

En primer lugar, creció una alfombra de pradera junto a los árboles. Luego, funcionaron los cereales. El director, Marcos Pérez, apuntó que también plantaron guisante forrajero y que logró germinar. Se atrevieron a más, con hortalizas y tubérculos. Ante la sorpresa de los vecinos de Montemaior, que pidieron ver con sus propios ojos la cosecha, crecieron patatas. El alcalde larachés, José Manuel López Varela, reconoció en el evento que tuvo que llevar a su suegro a ver las patatas porque no daba crédito.

Sin embargo, no todos los cultivos tuvieron éxito. El maíz fue uno de los experimentos con los que no acertaron. Tampoco se adaptaron bien algunas frutas, dado el consumo de agua que requerían los eucaliptos, especialmente durante el verano. Reconoció que lo intentaron aun con el conocimiento de que tenían muy pocas probabilidades de germinar y desarrollarse. “Hacemos investigación que tiene éxito y que no, aprendemos lo mismo”, señaló Ángel Fernández, director de la Cátedra Hijos de Rivera-UDC de Desarrollo sostenible. “Aún no hemos podido controlar la acidez del suelo”, añadió el responsable de la Fundación, en referencia a la afectación de los árboles sobre las características del entorno natural. Este es uno de los motivos por los que funcionaron tan bien los acidófilos en esta parcela de siete hectáreas en total, que dedica una entera al eucalipto.

El objetivo de esta iniciativa es probar las aplicaciones que estos espacios pueden tener para la producción de alimentos dirigidos al consumo humano en caso de que fuese necesario hacer uso de ellos en el en el futuro.

Galicia puede rehabilitar 250.000 hectáreas de eucalipto

El estudio realizado por la Cátedra de Hijos de Rivera y la Universidad coruñesa estima que el 75% de las explotaciones intensivas de eucalipto en Galicia son recuperables si se sigue el modelo que se prueba en la parcela de Montemaior. El director de la Fundación Galicia Sustentable aseguró que esto lo han descubierto en espacios que se encuentran dentro de una circunferencia de 250 metros alrededor e las entidades de población. Cuenta que “tendrían condiciones muy similares” a las que han estudiado en A Laracha, motivo por el que “podrían ser potencial suelo para producir alimentos”.

En total, se prevé que se pueden rehabilitar “más 250.000 hectáreas”, tal como indicó el director de la Fundación. Reconoce que esta es una circunstancia a la que todavía no se le ve necesidad, pero que podría aplicarse ya al “manejo de las plantaciones de eucalipto”. “De esta manera, nos permitiría tener unos suelos con capacidad de fertilidad para que, en el momento que fuesen necesarios, poder recuperarlos y reutilizarlos para la producción de alimentos”, sugiere Marcos Pérez.

Un proyecto que se apoya en múltiples patas

La presentación del estado actual del laboratorio de experimentación agraria de A Laracha destacó la comunión de los agentes implicados en el proyecto en la necesidad de todos ellos para desarrollar esta iniciativa sostenible. El vicerrector de la Universidade de A Coruña Salvador Naya valoró la importancia de la colaboración entre “personas, entidades, empresas, instituciones, como en este caso una universidad pública”. “Tenemos nuestros centros de investigación y nuestros investigadores centrados en sus laboratorios, pero es necesario salir al exterior, a lo que tienes más cerca. En este caso, a la comarca de A Coruña”, añadió. El director de la Cátedra, Ángel Fernández, destacó que hacen investigaciones que ponen “a disposición de todo el mundo”. Señaló que la sostenibilidad implica no solo objetivos medioambientales, sino también otros como la producción de alimentos y la creación de comunidades agrarias. El alcalde de A Laracha, José Manuel López Varela, recordó la sorpresa que recibió al conocer el proyecto, primero, y sus resultados, después. Recordó que A Laracha compró de forma reciente la parcela de la carballeira de San Fins para habilitarla como espacio educativo sobre la fauna y la flora. También apuntó el plan de habilitar una senda junto al río Bardoso.

Suscríbete para seguir leyendo