Globo de San Roque: la fundación que pinchó en su primer vuelo

La cancelación del lanzamiento pone en el foco esta entidad, aprobada por el PP y el PSOE con informes desfavorables de Secretaría e Intervención por las “lagunas legales” y “problemas operativos” | Emilio Pita tomó la palabra en aquel pleno para expresar su deseo de que San Roque "iluminase" a los ediles al votar

Intervención de Emilio Pita en el pleno celebrado en 2018 que aprobó inicialmente la creación de la Fundación Globo de Betanzos

Intervención de Emilio Pita en el pleno celebrado en 2018 que aprobó inicialmente la creación de la Fundación Globo de Betanzos / CARLOS PARDELLAS

La tormenta desatada por la cancelación del globo de Betanzos no amaina. La suspensión acapara las conversaciones y el debate político de una ciudad devota de esta secular ofrenda a San Roque, interrumpida solo por causas de fuerza mayor durante la Guerra Civil o la pandemia y por discrepancias con la comisión de fiestas en 1970.

Los motivos de la cancelación del plato fuerte de las fiestas de San Roque, declaradas de Interés Turístico Nacional, siguen sin esclarecerse y hay versiones para todos los gustos. Entre los dimes y diretes, una certeza: el fiasco coincide con un cambio en la gestión de esa tradición, que asume ahora la Fundación Globo de San Roque.

En su vuelo inaugural, esta entidad —de la que forman parte el Concello, los hermanos Pita y otro miembro de la familia elegido por ellos y personas que colaboran en la confección y elevación del aerostato— ha fracasado estrepitosamente en su propósito fundacional, el de “garantizar el lanzamiento” y “conservar, custodiar y divulgar el Globo de San Roque creado por Claudino Pita” (cuya patente registraron Jaime y Emilio Pita en 1979).

La creación de esta fundación no estuvo exenta de polémica. Fue el encargado de la confección del aerostato, Emilio Pita, el que más perseveró para que se constituyese esta entidad “o lo que jurídicamente corresponda”. Hasta el punto de que en 2016 envió una carta al Concello en la que decía que le resultaba “del todo imposible seguir con la actividad tal y como se viene haciendo” y advertía de que, “de no haber cambios en las condiciones, no habría Globo de San Roque”.

Hasta ese momento, la confección y el lanzamiento del aerostato la asumía directamente la familia y el Concello se limitaba a pagar una “gratificación-subvención” tras presentar un recibí la familia, con un importe que variaba anualmente (de los 7.500 euros de 2003 a los 17.700 euros de 2018). Un proceder irregular que fue objeto de reiterados reparos de Intervención por la ausencia de la obligada factura.

La creación de la fundación debería haber servido para regularizar esta situación, pero el pago a los colaboradores se ha erigido ya como el primer escollo, hasta el punto de que la fundación aprobó en mayo contratar una asesoría especializada para dar con la fórmula para afrontar con garantías unos pagos en situaciones dispares, dado que muchos de los voluntarios no podían presentar factura.

La creación de esta entidad fue informada desfavorablemente por los dos funcionarios encargados de velar por la legalidad y la contabilidad en el Ayuntamiento. El secretario municipal advirtió sin éxito de que la constitución de esta fundación “daría lugar a innumerables lagunas legales y a problemas operativos de funcionamiento y de control municipal sobre la actividad de la fundación”. “Daría lugar a una gran inseguridad jurídica, asumiendo las responsabilidades que conlleve quienes votasen a favor de su constitución”, avisó el habilitado nacional. Secretaría argumentó que los fines públicos a los que apela el Concello podían “conseguirse a través de otras figuras previstas en el ordenamiento jurídico”, como convenios de colaboración o subvenciones.

La interventora, por su parte, censuró la inconcreción sobre la repercusión económica de la fundación.

A pesar de estas advertencias, la Fundación Globo de San Roque fue bendecida por el pleno en abril de 2018. La entidad nació respaldada por los votos del PSOE y el PP. El BNG, Betanzos Novo y Betanzos en Común votaron en contra por los “demoledores informes” de los habilitados nacionales.

Los socialistas y populares convirtieron el debate en una especie de plebiscito sobre el globo, a pesar de que todos los grupos dejaron claro su apoyo sin fisuras al símbolo por excelencia de Betanzos. Antes de someter el asunto a votación, tomó la palabra desde el público el alma máter del aerostato, Emilio Pita, que expresó su deseo de que San Roque “iluminase” a los ediles al votar.

El copropietario de la patente del aerostato defendió que la fundación permitiría “que el globo fuese municipal de alguna manera” : “Todos los betanceiros de buena fe lo llevan en su corazón”, destacó antes de incidir que con este acuerdo la patente del aerostato pasaría a ser de la fundación, participada en un 50% por el Concello y en otro 50% por su familia y otras personas que participan en el lanzamiento.

Ha quedado todo dicho y todo claro”, zanjó el portavoz del Gobierno local, Diego Fernández, que, al igual que el PP, defendió esta entidad como “la figura más apropiada para que el globo que nos une a todos se perpetúe en el tiempo” y que apeló a un informe de la asesoría jurídica que confirmaba su legalidad.

La fundación Globo de San Roque pide ahora disculpas por este tropezón inaugural y garantiza el vuelo del aerostato en 2024 y sucesivos años. El Ejecutivo se aferra a este compromiso. Emilio Pita se remite al comunicado y evita hacer más declaraciones por la “politización” del asunto; pero su hermano, Jaime, ha expresado sus dudas sobre el modo en que se constituyó esta fundación a raíz de que PSOE y BNG acordasen la entrada de la oposición en el patronato para una “mayor transparencia”. Otros miembros de la familia, como Paco Pita sostienen también que la fundación “está mal hecha”.

El tiempo dirá si la fórmula fue la apropiada y si este vuelo fallido fue solo un tropiezo o el síntoma de los puntos flacos del símbolo por excelencia de Betanzos.

¿De quién es el globo de Betanzos?

La cancelación del lanzamiento del globo de San Roque y el cruce de reproches entre el Ejecutivo municipal y Jaime Pita, destacado miembro del patronato y copropietario de la patente del aerostato de papel, ha hecho que en los corrillos y en las tertulias de Betanzos suscite ahora acalorados debates una cuestión que hasta ahora no generaba controversia: “¿De quién es el globo de Betanzos?”

Algunos lo tienen claro: “El globo no es del pueblo ni del Ayuntamiento, es de la familia Pita”. El que habla es Paco Pita, biznieto de Claudino Pita. Su pariente Jaime, nieto de Claudino, se pronuncia en un sentido similar, aunque más restrictivo, el aerostato es suyo y de su hermano Emilio, propietarios de la patente registrada en 1979. En el plenario, no hay consenso. Mientras que el PP se refiere a los hermanos Pita como los “propietarios”, PSOE y BNG defienden que es “de todos los betanceiros”.

Un poco de historia

El primer globo que se lanzó en Betanzos, según la documentación que obra en el Archivo Municipal, surcó los cielos hace ya más de doscientos años para festejar el regreso de Fernando VII. El historiador Alfredo Erias detalla en un estudio que ya en 1830 “el globo parece estar plenamente consolidado como número obligado en las fiestas de San Roque”.

Lanzamiento del globo de Betanzos en 1940

Lanzamiento del globo de Betanzos en 1940

Los encargados de elaborar los primeros aerostatos fueron un grupo de jóvenes que recibían a cambio “una ponchada” y una “merienda”, según recogían las cuentas presentadas por el diputado de fiestas en 1834. En aquellos años se pagó a diferentes personas para que asumiesen los trabajos y fue a raíz de 1875 cuando el aerostato “tendrá una presencia permanente”. Según el estudio de Erias es en 1881 cuando queda documentada por primera vez la participación en estas labores de Claudino Pita, aunque supuestamente tomó las riendas a partir de 1875.

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