Una nueva vida para el sanatorio de O Paraxón

El Ayuntamiento ultima la primera fase de rehabilitación de este singular edificio que prevé destinar a albergue y usos múltiples

El antes y el después del sanatorio de O Paraxón, en Oza-Cesuras.

El antes y el después del sanatorio de O Paraxón, en Oza-Cesuras. / LOC

El antiguo sanatorio de tuberculosos de O Paraxón, en Oza-Cesuras, podría abandonar en breve la Lista Roja del Patrimonio. El edificio diseñado por Rafael González Villar en los años veinte luce un renovado aspecto tras la inversión de más de medio millón de euros en la primera fase de su rehabilitación.

El Concello de Oza-Cesuras, titular de este singular edificio, prevé destinarlo a albergue de peregrinos y usos múltiples tras barajar otras opciones que finalmente descartó, como una residencia geriátrica —el fallido “premio” que prometió la Xunta por la fusión— o una escuela de hostelería.

La actuación, financiada por la Xunta, encara la recta final a punto de que cumplirse un siglo de la paralización de las obras de construcción del inmueble, que no llegó a albergar ningún enfermo. Este sanatorio de estilo modernista fue diseñado a comienzos de la década de los veinte por el autor de edificios tan emblemáticos como el Kiosco Alfonso, en A Coruña, o la casa Núñez y las escuelas Jesús García Naveira, en Betanzos.

Su emplazamiento en O Paraxón obedeció a la altitud y clima sano de esta finca de Cesuras, donde predominan los pinos y eucaliptos, pero los trabajos quedaron en stand by en 1931 y tras la Guerra Civil se dio carpetazo definitivo al proyecto. El antiguo sanatorio inició entonces un lento y doloroso declive hasta convertirse en un lugar de peregrinaje obligado para los amantes de los lugares embrujados y lúgubres. Su tétrico aspecto lo convirtió en escenario de filmes de terror de aficionados para disgusto de los vecinos, que reclaman desde hace décadas una nueva vida para uno de los elementos patrimoniales del extinto municipio de Cesuras.

El edificio diseñado por González Villar lleva casi un siglo en estado de abandono.

El sanatorio es desde hace décadas parada obligada de los políticos en campaña, fondo de los posados electorales para prometer una nueva vida que comienza a otearse en el horizonte, aunque todavía difusa. La primera fase de la obra de rehabilitación, que incluye solamente la recuperación de la envolvente y trabajos de acristalado y carpintería, se abrió paso en paralelo a una consulta pública del Concello y la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo para fijar los nuevos usos.

A principios de este año, el Concello de Oza-Cesuras anunció en redes sociales que este emblemático inmueble tendrá una nueva vida como albergue de peregrinos y edificio de usos múltiples. El Gobierno local ya había avanzado previamente su deseo de dedicarlo a alojamiento de peregrinos, una opción que no convence a los grupos de la oposición, que se inclinan por usos sociales y que lamentan que se haya descartado el proyecto para reconvertirlo en residencia para la tercera edad.

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