Finalizada la primera fase de los trabajos de reforma del antiguo sanatorio de O Paraxón
El alcalde asegura que el edificio empezará a funcionar el verano que viene con actividades aún sin definir
La Xunta destinó más de 500.000 euros a la rehabilitación del exterior
Este emblemático edificio fue, durante años de abandono, lugar de peregrinaje para los amantes del misterio y lo paranormal y escenario de rodajes de terror amateur
El antiguo sanatorio de O Paraxón, en Oza-Cesuras, da un paso más en su recuperación. La primera fase de los trabajos de reforma, a los que la Xunta destinó más de 500.000 euros, ya ha finalizado. Durante esta etapa se reformó la fachada, se recuperó la envolvente y se realizaron tareas de acristalado y carpintería en el edificio, que estaba completamente ruinoso.
El director de la Axencia de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, visitó ayer en compañía del alcalde, Pablo González Cacheiro, el edificio modernista, abandonado hace prácticamente un siglo. “Con la rehabilitación recuperamos un edificio simbólico de la zona que se convertirá, sin duda, en un nuevo reclamo turístico de las Mariñas coruñesas”, destacó Merelles.
González Cacheiro resaltó que tiene “varios proyectos” en mente para el antiguo sanatorio de O Paraxón. “La idea es que empiece a funcionar el verano que viene, durante los meses de mayo a agosto, porque aquí el gasto en calefacción durante el invierno sería altísimo y hay menos gente”, justificó el alcalde. “La parte de arriba podría utilizarse para exposiciones de fotografía, conciertos o visitas guiadas”, aventuró el primer edil.
Aunque los pisos superiores se encuentran en un estado de conservación aceptable, la planta baja todavía necesita muchas mejoras, por lo que González Cacheiro no contempla que esta sección se abra al público el año que viene. “Probablemente, para reformar por dentro todo el edificio será necesaria una inversión de al menos 220.000 o 240.000 euros”, resaltó.
Un sanatorio que nunca se terminó
El sanatorio de O Paraxón fue diseñado en los años 20 por el arquitecto modernista coruñés Rafael González Villar, artífice, entro otros, del Kiosco Alfonso de A Coruña, la casa Núñez o las escuelas Jesús García Naveira, ambas en Betanzos.
Su emplazamiento en el extinto municipio de Cesuras obedeció a la altitud y al clima sano del lugar, donde predominan los pinos y los eucaliptos, un sitio idóneo para los enfermos de tuberculosis. Sin embargo, los trabajos de construcción se paralizaron en 1931 y el sanatorio jamás llegó a albergar a ningún tuberculoso.
Con el tiempo, el edificio se convirtió en un lugar de peregrinaje para los amantes del misterio y lo paranormal debido a su tétrico aspecto, una apariencia que ha conservado hasta hace unos meses.
Durante años también fue el escenario de filmes de terror amateurs para disgusto de los vecinos de la zona, que reclamaban desde hacía décadas una nueva vida para uno de los elementos patrimoniales más destacados del municipio.
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