“Si te piden menos de 400 euros al mes sabes que no alquilan un piso sino una habitación”

Una web informa de que alguien de Oleiros busca a una persona con la que compartir una vivienda de alquiler. Ves un simple anuncio y te encuentras con una historia que conmueve. “Soy pensionista pero cuido a unas niñas para completar mis ingresos. Aún así yo no puedo permitirme pagar 500 euros por un alquiler. Quería separarme de mi marido y por eso empecé a buscar pero no pude encontrar nada en Oleiros. Ahora, de momento, estoy en la casa familiar en Culleredo”, explica Luz, nombre ficticio para esta oleirense que prefiere mantenerse en el anonimato, una mujer que a pesar de enfermedades y reveses conserva su ánimo y su coraje.

“Antes de la pandemia aún se podía encontrar algún alquiler asequible. Pero ahora si ves un anuncio donde piden menos de 400 euros al mes, ya sabes que no es un piso sino una habitación. Las habitaciones andan por ese precio, trescientos y pico euros”, subraya esta oleirense jubilada. Ella ha estado tanto tiempo en busca de un alquiler que pudiese pagar que conoce prácticamente todas las ofertas del municipio.

“En Mera había dos casas viejas, el propietario reformó todo y ahora tiene cuatro habitaciones en alquiler por 350 euros al mes cada una. Cerca del INEF de Bastiagueiro hay un chalé muy grande que alquila cinco habitaciones, solo para estudiantes de INEF, precisamente. Hay muchos casos de personas que tienen casas grandes y alquilan habitaciones, viviendo allí los dueños”, subraya Luz.

“Busco a alguien interesado en una habitación, que sea responsable, limpio y ordenado. Vivimos cinco personas en la casa”, es el anuncio que figura en un portal inmobiliario digital en el que la renta es de 370 euros al mes por una habitación con baño privado y derecho a cocina compartida, con todos los gastos incluidos menos el de calefacción. En otro piso en Santa Cruz se ofrecen habitaciones dobles, con dos camas, a 340 euros el mes.

Esta mujer reconoce que las viviendas, o habitaciones, en alquiler en Oleiros “están bien en general”. Incluso ahora mismo se puede ver una con una gran terraza con hamacas y vistas a toda la ría coruñesa (al menos así se ve en las fotografías). Al contrario que otras que se pueden ver en otros municipios, que están en peor estado.

Existe una habitación que se alquila en Sada que tiene solo diez metros cuadrados, que prohibe mascotas y fumar, y con “baño semiprivado”, otra forma de decir que es compartido con otro inquilino. Y con dos meses de fianza por adelantado.

El precio medio de alquiler en el municipio oleirense es de 320 euros euros una habitación, un importe por el que hace pocos años aún tenías un piso entero.

Los portales inmobiliarios tenían los apartados de compra, venta y obra nueva y tuvieron que incorporar una cuarta categoría: “compartir”. Es una muestra más de que el problema del alojamiento está alcanzando proporciones más que dramáticas, más en un municipio como Oleiros donde ya se han vendido pisos por medio millón de euros, donde ni siquiera la pandemia paralizó el sector del ladrillo.

Tiempo limitado

Muchas de estas habitaciones se alquilan solo hasta mayo: cuando llega el verano los propietarios las sacan para alquiler estival. Es el caso de dos propietarios, uno en Bastiagueiro y otro en Santa Cristina, con habitaciones orientadas “particularmente a estudiantes de INEF”.

En otros casos los propietarios han optado por hacer pisos turísticos. En 2021 había 100 viviendas de este tipo en Oleiros con 548 plazas. Ese año el Concello las prohibió, la Xunta llegó a paralizar las nuevas altas, y en este enero de 2024 eran 93 viviendas turísticas y 501 plazas.“Hablan de hacer viviendas sociales pero personas con pocos ingresos no pueden comprarlas aunque sea un precio bajo. Hacen falta alquileres sociales”, afirma Luz.

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