Opinión | Un minuto

Jueces que hacen de más

No es la primera vez, ni será la última, que la jueza Isabel Gómez firme una carta como la que dirigió el 15 de abril a una niña de Barcelona, al rubricar la sentencia por la que desestimaba la petición del padre, acusado de violencia de género, para ver a su hija que ahora vive con la madre.

Hay que saber que tanto madre como hija habían sufrido agresiones de dicho individuo, y la niña estaba aterrorizada porque la obligasen a estar “con quien ha querido matar a mi mamá”. Y es que esta jueza ha revolucionado, con su proceder, el sentir de la Justicia en un juzgado de lo civil barcelonés, incluyendo ya en cinco sentencias sobre la Lopivi (Ley orgánica 8/2021 de Protección Integral a la Infancia y a la Adolescencia Contra la Violencia) misivas dirigidas a los menores —textos que también han llegado a la prensa—, explicándoles el sentido de sus dictámenes favorables a las criaturas.

Es todo un detalle de humanidad, haciendo más de lo que puede pedirse a los jueces ahora que la labor judicial está en la picota con todo tipo de comentarios, dando lugar a que alguna actuación, que puede haberla, ensucie la trayectoria encomiable de la magistratura, y por ello opino que actuaciones beneméritas como éstas deben conocerse.