Unos Nobel con muy pocas mujeres

Annie Ernaux y Carolyn Bertozzi, las dos únicas galardonadas en los premios de la Academia de las Ciencias de Suecia frente a un total de nueve hombres

Annie Ernaux, tras recibir el premio Nobel de Literatura.

Annie Ernaux, tras recibir el premio Nobel de Literatura. / // CHRISTINE OLSSON

Redacción

Tan solo dos mujeres galardonadas, frente a nueve hombres, es un balance posible de la ceremonia de entrega del Premio Nobel que se ha celebrado ayer por la tarde en Estocolmo, recuperando así su antiguo esplendor y formalidad en una gala totalmente presencial ya que se vio reducida a la mínima expresión en anteriores ediciones a causa de la pandemia. Por esa razón muchos premiados en esas ediciones sin lustre han sido invitados a la ceremonia en la que el rey Gustavo Adolfo entrega las medallas acreditativas en el escenario de la Sala de Conciertos de la capital sueca.

La escritora francesa Annie Ernaux y la química estadounidense Carolyn Bertozzi, una de las integrantes del trío de ganadores del Premio Nobel de Química, han sido las únicas mujeres distinguidas este año. Entre los ganadores se encuentra el químico Barry Sharpless, que a sus 81 años ha recibido la distinción por segunda vez por la misma categoría y el paleogenetista sueco Savante Pääbo que ha logrado el Nobel de Medicina, el mismo que obtuvo su padre en 1982.

El sexto premio, el de la Paz, como suele ser tradicional, se entrega en Oslo, en una festividad autónoma y este año ha recaído en el defensor de los derechos humanos y preso político bielorruso Ales Bialitatski, la organización rusa de derechos humanos Memorial y la organización ucraniana de derechos humanos Centro por las Libertades Civiles.

La llamada química del click, más fácil y limpia; los avances en física cuántica; el estudio de los bancos y de las crisis financieras; el descubrimiento de genoma de homínidos extintos, y la dureza de la mirada de Ernaux sobre la memoria personal y colectiva son los hechos que este año han supuesto los “mayores beneficios para la Humanidad”, como dejó escrito en su testamento Alfred Nobel, inventor de la dinamita, para lo que dejó 174 millones de dólares destinados a la financiación de los premios.

Libertad en declive

El presidente de la junta de la Fundación Nobel, Carl–Henrik Heldin en su discurso inaugural destacó el hecho de que la libertad está actualmente en declive a nivel mundial: “Cuando hay guerra en Europa, incluso con el espectro de las armas nucleares; con dramáticas crisis energéticas y alimentarias en todo el mundo; con flagrante discriminación, desigualdad social y económica; y la aceleración del cambio climático, que requiere la urgente ampliación de las soluciones”. Por esa razón, dijo, el “mundo necesita científicos dedicados que busquen la verdad sin descanso y traspasen los límites de nuestro conocimiento”. Además, añadió, “el mundo necesita de esos individuos y grupos que, con gran sacrificio personal, desafían a las autoridades en pos de la paz, la democracia y los derechos humanos”.

En el caso de la ganadora del Premio Nobel de Literatura, posiblemente el más popular de los galardones, la escritora francesa Annie Ernaux, el académico Anders Olson fue el encargado de hacer la presentación de la autora de quien destacó su “mirada implacable y un estilo sobrio” que “logra que su dolor sea relevante para todos”.

No sin polémica

No estuvo exenta de polémica la celebración de esta gala que se completa una cena que se celebra en el Ayuntamiento de Estocolmo, a la que asiste la familia real sueca, funcionarios del gobiernos y políticos y líderes de los distintos países.

Los líderes de los partidos políticos suecos siempre están invitados al banquete. Sin embargo, en esta ocasión el nacionalista Jimmie Akesson, líder de los Demócratas Suecos que impulsan una política antiinmigración y que fue el segundo partido más votado del país en las elecciones de septiembre, ha quedado fuera de la lista al considerarse que su partido se oponía abiertamente con los principios de los galardones. Tampoco se contaba en la convocatoria con los embajadores de Rusia y Bielorrusia.