El Concello de A Coruña tendrá que expropiar 78 parcelas privadas para legalizar Nostián y poder levantar los nuevos edificios

La planta incumple la normativa gallega, con más terreno ocupado por construcciones y menos en estado natural de lo permitido | La próxima concesionaria deberá derribar un edificio que se amplió “sin amparo” de proyecto técnico

Parte de las parcelas que el Concello prevé expropiar para añadir a Nostián.   | // LA OPINIÓN

Parte de las parcelas que el Concello prevé expropiar para añadir a Nostián. | // LA OPINIÓN / enrique carballo

El plan para sacar a concurso el nuevo contrato de la planta municipal de tratamiento de residuos de Nostián contempla que la empresa que lo firme acometa importantes reformas por valor de 62 millones de euros, derribando la nave de reciclaje, levantando nuevos edificios y equipamientos y reformando otros. Pero estos trabajos serían, hoy por hoy, ilegales, ya que la superficie de los edificios de la planta excede la permitida por la ley gallega, y el espacio en estado natural es menor del exigido. Así, para poder realizar los trabajos, habrá que expropiar total o parcialmente unas 78 fincas privadas, de manera que la planta gane unos 128.000 metros cuadrados y roce las instalaciones de la refinería, además de reformar la parcelación para excluir el antiguo vertedero.

Los números proceden del anteproyecto municipal para preparar el nuevo contrato (el actual caducó en diciembre de 2019) que aprobó esta semana la Junta de Gobierno Local, que se remite a un informe realizado en 2021 por la empresa Urben. En él se indica que sería imposible la “modificación o ampliación” tanto de la nave de reciclaje que se pretende demoler como de cualquiera de los edificios que componen la instalación en base a lo previsto en la Lei do Solo de Galicia, aprobada en 2016, y su reglamento.

La legislación indica que en las fincas en suelo rústico, como es el caso de las de la planta, la superficie máxima de edificación en planta no puede exceder el 20% de la parcela, pero en la finca en la que se encuentra la planta de reciclaje se llega al 57%. Además, la mitad de los terrenos deberían conservarse en su “estado natural”, cultivados o con árboles, mientras que en la parcela del edificio que se va a derribar es del 10%.

En este inmueble, además, se realizó una ampliación en la parte norte “sin amparo de un proyecto técnico aprobado a tal efecto”, y durante más de seis años no se tomaron medidas para regularizarlo. Se encuentra “fuera de ordenación”, es decir, sin amparo de la normativa, y, aunque esta situación no obliga a tirarlo, sí impide hacer obras legalmente.

Otro de los problemas con los que se encuentra la planta es que se emplaza “sobre diversas parcelas que tendrían que estar agrupadas catastral y registralmente”, circunstancia que ha podido comprobar este diario. El Catastro divide los terrenos de la planta en gran número de fincas que llegan a cortar los edificios y dividen el vertedero anexo. Según figura en el informe, la Xunta autorizó en abril de 2009 la legalización del depósito, algo “condicionado a agrupar catastral y registralmente las parcelas”, y, pese a que la empresa que lleva la planta transfirió al Ayuntamiento ese mismo año documentación y solicitó “que se prosiga con la tramitación del expediente”, no hay novedades desde ese año.

El anteproyecto señala que “hay que agrupar las parcelas” que ocupa la planta y opta por la expropiación de terrenos privados como medio para ampliarla y conseguir cumplir los requisitos legales. Pero, observando los mapas, se ve que se excluye de la ocupación el antiguo vertedero de Nostián, situado en una ladera al oeste de la planta, y también una parte de la carretera de acceso que se considera actualmente parte del “límite de ocupación actual”. El anteproyecto no indica cuántos metros cuadrados saldrían de la parcela, pero, haciendo cuentas con los que se incorporan y la cantidad final, rondarán los 80.000.

Los terrenos expropiados e incorporados a la parcela de Nostián se situarán en el flanco oriental de la planta, en las fincas privadas que se encuentran entre esta y la refinería. Todas las fincas menos cuatro están clasificadas como “matorral”, y el 93,4% del terreno expropiado se pagará dentro de esta categoría, esto es, a 42 céntimos el metro. Algo menos de 8.500 metros de labradío se abonarán a 8,41 euros.

Con la construcción de nuevos edificios, del que el principal es una nueva nave de clasificación de 5.800 metros, junto con un nuevo edificio de vestuarios, una nave de balas y unos 1.100 metros de biofiltro, la superficie edificada de Nostián será de unos 30.000 metros cuadrados, de acuerdo con el anteproyecto, pero la extensión total de la parcela que englobará a las instalaciones será de 227.912 metros cuadrados. Los edificios ocuparán, pues, algo menos del 13,17% de la parcela, dentro de lo permitido.

Cambio de clasificación

Y las fincas de Nostián (las actuales, no las que prevé el anteproyecto) también están pendientes de otro cambio urbanístico. El pleno municipal realizó este mes de octubre la aprobación inicial de un cambio urbanístico con los votos a favor del PP y el PSOE, en el que, además de otras modificaciones, se clasifica la “totalidad de los terrenos” de la planta de Nostián como sistema general de infraestructuras, lo que se corresponde con su “uso actual”.

La parte en la que se encuentran edificios, según ha podido comprobar este diario, se clasifica como suelo rústico especial de protección de infraestructuras, mientras que otras parcelas son suelo rústico especial de protección forestal, entre ellas las del vertedero construido en 2008 por la concesionaria, Albada, después de que colmatase el anteriormente creado dentro del recinto.

La obra se hizo sin los permisos preceptivos, como denunció una inspección de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística que motivó la apertura de un expediente sancionador del Gobierno gallego. La modificación urbanística, que aún está pendiente de aprobación definitiva, vendría a regularizar la situación después de casi trece años.

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El Consorcio As Mariñas, que agrupa a ocho ayuntamientos de la comarca clientes de Nostián, solicitó la semana pasada reunirse con la alcaldesa, Inés Rey, debido a los documentos aprobados recientemente sobre el nuevo contrato de la planta, en los que se indica que aumentarán los precios de la planta y cambiará el sistema de recogida con un quinto contenedor. Según fuentes del Consorcio, que afirma que el Concello coruñés no les informó de los textos, este viernes este les dijo que la reunión está prevista para la semana próxima.

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