Uno de cada cinco delitos en A Coruña son a través de la Red y los expertos indican que “van a seguir subiendo”

Aumentaron un 19% en la ciudad en relación a antes de la pandemia y los colectivos más vulnerables son “las personas mayores y niños” | La mayoría son estafas, pero también hay extorsiones utilizando fotos comprometidas

Policías nacionales trabajando con ordenadores en una comisaría gallega, el año pasado.  | // LA OPINIÓN

Policías nacionales trabajando con ordenadores en una comisaría gallega, el año pasado. | // LA OPINIÓN / Enrique Carballo

El 19,4% de los delitos que se detectaron en la ciudad el año pasado se cometieron a través de la Red, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio del Interior, que también muestran un incremento importante desde antes de la pandemia. Antes de 2019 estos datos no se daban por separado, pero ese año, inmediatamente anterior al COVID, hubo 2.104 en la ciudad, mientras que en 2022 la cifra había subido a 2.505, un incremento del 19%. De acuerdo con dos expertos gallegos en ciberdelincuencia consultados por este diario, la tendencia creciente no acabará ahí: en palabras de Antonio Fernandes, asesor en seguridad informática, este tipo de delitos “van a seguir subiendo”, pues “según crezca la dependencia tecnológica del ciudadano, aumentarán los ataques”.

Lo mismo cree la coruñesa Ana Gil, que trabaja como técnico de informática en OESIA y es mentora en la competición de la Guardia Civil sobre ciberseguridad. Para la experta, los ciudadanos “cada vez operamos más a través de internet y somos más potenciales víctimas de descuidos que podemos tener en cuanto a seguridad”. Para Gil, los colectivos más vulnerables son “las personas mayores y los niños”. Los primeros, porque a veces “no asocian” que actos que parecen menores, como hacer clic en un enlace a una página web, puedan tener como resultado que un ciberdelincuente les robe tras sacarles los datos. Y los más jóvenes, aunque “han crecido en un entorno con los móviles muy presentes, la familiaridad hace que no se perciba ese riesgo”.

Aproximadamente nueve de cada diez delitos informáticos en la ciudad son estafas cometidas a través de la Red. Según explica Fernandes, en estos últimos años hubo “un crecimiento” en los timos piramidales relacionadas con las criptomonedas, teóricas inversiones en las que “la gente se apunta y es una estafa”. Otra cuestión que está “al orden del día” es el robo del acceso al banco a través del ordenador o el móvil, con engaños para que el usuario preste su código.

Son precisamente los dispositivos móviles, señala Fernandes, los que son especialmente peligrosos, puesto que aunque “ahora tenemos más normalizado activar el antivirus en el ordenador, en el móvil poca gente tiene algo para protegerse”. El experto recomienda activar la autenticación en dos pasos en las aplicaciones y servicios online, que da un extra de seguridad, “actualizar el móvil” y tener antivirus en todos los dispositivos.

También “activar el sentido común” y pensar, ante los mensajes de Internet, que “si suena demasiado bueno, igual es mentira”. Algunos delitos, explica, se producen por falta de precauciones básicas, como gente que cuelga fotos en redes sociales en las que se ven los datos de billetes de vuelo o del DNI; con el primero pueden “cancelarte el viaje”, pero con el segundo “crear cuentas bancarias a tu nombre, las utilizan para hacer cosas y luego te buscarán a ti para ver qué pasó”.

Gil también indica que los ciberdelincuentes suelen recurrir al phishing, es decir, convencer a los usuarios para que les den datos personales o, inadvertidamente, instalen virus al hacer clic en una descarga o link. Hay que “estar atentos a los enlaces maliciosos que se reciben”, explica la experta, y también “no poner cosas obvias” como contraseña. También advierte de que hay lectores de tarjetas que pueden clonarlas, esto es, robar los datos y luego emplearlos para hacer operaciones.

Y, aparte de las estafas, a través de Internet también se producen extorsiones, cuando los delincuentes se hacen con fotos o datos comprometidos de una persona y luego la chantajean a cambio de no divulgarlos. Algunas veces, indica Gil, esto se da porque “alguien te hackea el dispositivo”, pero otras veces los delincuentes operan con una “relación de confianza” establecida a través de la Red. Un caso típico, explica, sería el del criminal que crea un perfil falso en redes sociales, convence a su víctima para que le envíe una imagen con la que extorsionarla y luego le pide dinero u “otras cosas”.

En esta casuística están las personas que consiguen que “menores para que les envíen fotos y luego les piden que realicen otro tipo de actos a cambio de no decir a sus padres”. Este tipo de extorsiones, indica Gil, están más presentes “en las nuevas generaciones” por la “normalidad” con la que se exponen a través de las redes sociales.

Los policías demandan medios

Fuentes de la división coruñesa del Sindicato Unificado de Policía (SUP) indican que la delincuencia cibernética “ha pegado el pelotazo de unos años para aquí y no nos hemos sabido adaptar”. El cuerpo, señalan desde el sindicato, continúa con un modelo “heredado del siglo pasado, cuando no existían ni los ordenadores” y esto, sumado a los problemas para perseguir los crímenes a través de la Red, provoca que en estos haya “más impunidad”. Los delitos que entran en las estadísticas coruñesas tienen a su víctima aquí, pero “a lo mejor se han realizado desde Senegal, o cualquier otro punto”.

El SUP admite que en A Coruña se ha ampliado el número de agentes dedicados a luchar contra los ciberdelitos, pero “no lo suficiente” y afirma que este refuerzo se ha hecho “debilitando otros grupos de investigación”. Para abordar el problema, indica, habría que “empezar por cambiar el catálogo de puestos de trabajo” en la comisaría coruñesa, algo que piden “desde hace años”.

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