Entrevista | El Kanka Cantante, en concierto hoy en la plaza de María Pita

El Kanka: “La canción de autor, que es un concepto con un estigma, tiene que ser algo personal”

“No hubiera soñado yo nunca llevar 11 años en la música”

“Quiero que las personalidades de las canciones se mantengan”

El Kanka, en un concierto.   | // GREGORIO MARRERO

El Kanka, en un concierto. | // GREGORIO MARRERO / Ana Carro

El Kanka llega esta noche (22.00 horas) a la plaza de María Pita con “ganas renovadas”, como él mismo indica, y con la ilusión de ofrecer canciones antiguas, pero también una muestra de su último trabajo, Cosas de los vivientes, su disco “más largo y completo”. Antes de subirse al escenario frente al Ayuntamiento, el músico malagueño habla de la sinceridad de sus temas, del proceso de crearlas, de la importancia de hablar de las cosas cotidianas y de lo feliz que le hace llevar más de una década dedicándose a la música.

Hace más de un año cerraba su gira anunciando un descanso indefinido y ahora forma parte de las fiestas de María Pita. ¿Qué ha pasado en este tiempo?

Muchas cosas. Lo mismo de siempre y algunas cosas distintas. No pensaba para nada parar para siempre, solo quería tomar un poquito de aire y volver a recuperar unas ganas que no se habían perdido pero sí habían disminuido bastante. Teníamos pensado volver un año después y lo hemos hecho con un trabajito nuevo y con esas ganas renovadas. Está siendo una gira súper bonita.

Ha regresado con Cosas de los vivientes. ¿Cómo define este nuevo álbum?

Es un poco difícil. Lo digo siempre: me cuesta mucho trabajo ver los discos como obras completas. Veo cosas en común, cosas que me han obsesionado en la época en las que han sido compuestas, pero sobre todo veo canciones. Cada una es de su padre y de su madre. Hay canciones de corte romántico que he hecho porque estaba enamorado y otra en la que me burlo de los haters. Ya me dirás qué tienen que ver. Es mi disco más largo, 14 canciones, que es una locura, sobre todo para un proyecto independiente como el mío. Han sido cinco años y tenía muchísimas canciones, me ha costado mucho trabajo dejar algunas fuera. Veo esa variedad.

Además de largo, es un disco muy sincero y con un sonido muy orgánico. ¿Buscaba mostrarse tal cual sin florituras?

Sí. En realidad, yo no soy mucho de las florituras, creo que soy una persona bastante natural y mi proyecto se ha asentado mucho en eso. Es un proyecto independiente, sin sonar en radios, sin salir en televisión y sin el apoyo de una gran multinacional. Mi obsesión absoluta ha sido siempre que los arreglos no disfracen la canción. Quiero que las personalidades de las canciones se mantengan. Esto se ha manifestado de forma distinta en cada disco. Este, en concreto, me parece que a nivel sonido es el más crudo. Lo hemos producido entre todos los músicos de la banda en el local de ensayo. Es algo que no se hace mucho. Quería que sonara muy parecido a un directo.

Canciones, además, en las que habla de todo: nostalgia, muerte, amistad o los haters. ¿Ante todo es sincero con el mundo que le rodea?

Absolutamente. Y ha sido un proceso. La canción de autor, que es un concepto con un estigma, que parece que tiene que ser un coñazo, triste y melancólica, tiene que ser algo personal. Tiene que surgir desde lo que uno piensa y dice. Hay gente que se pone más poética, pero a mí me gusta hablar de la cotidianidad. Hablo de cosas que le pasan a todo el mundo. La muerte o el amor son cosas que nos afectan a todos y, aunque yo lo cuente desde mi punto de vista, hay gente que me dice “esta canción parece que está hablando de mí”.

Decía que es duro ese proceso de eliminar canciones a la hora de hacer un disco. ¿Cree que acierta o sabe cuáles son las que más van a gustar al público? En este disco, una de las favoritas es Youtuber.

Es imposible saberlo. Imagino que hay gente que acierta, pero a mí en cada disco que hago me sorprende las canciones que más funcionan o que la gente les tiene más cariño y se acaban quedando en el repertorio. Yo nunca acierto. No sé si es cosa mía o que es muy difícil. Las canciones son como nuestros niños y uno las quiere a todas por igual.

Ha pasado ya una década desde la publicación de Lo mal que estoy y lo poco que me quejo. ¿Cómo celebra ese aniversario?

Estamos haciendo varias cositas, sobre todo en redes sociales [hay vídeos de covers de sus seguidores], y haciendo partícipe a la gente. Es un montón de tiempo. No hubiera soñado yo nunca llevar 11 años en la música. Ese disco tiene canciones que yo no intuí que fuesen a funcionar, como Canela en rama, y que es una de las que está en mi repertorio y yo creo que es a la que la gente le tiene más cariño. No es fácil. No todos los artistas pueden decir que llevan 11 años cantando una canción y que esta canción forma parte de la vida de la gente. Estamos haciendo cosas para recordar un disco que se grabó con súper pocos medios y con muchísima ilusión. Ha envejecido con cierta dignidad y es bonito recordarlo y celebrarlo con la gente que me escucha.