La comisión de expertos de la Ciudad Vieja de A Coruña pide datar el posible templo judío de la vía Sinagoga

Varios historiadores han visitado el edificio para estudiar si alberga unos posibles baños de purificación ritual hebreos

El edificio nº 4 de la calle Sinagoga, del que la comisión del Pepri pide estudiar su historia. |   // CARLOS PARDELLAS

El edificio nº 4 de la calle Sinagoga, del que la comisión del Pepri pide estudiar su historia. | // CARLOS PARDELLAS / Enrique Carballo / Ana Carro

Enrique Carballo / Ana Carro

El edificio nº 4 de la calle Sinagoga, que el Ayuntamiento adquirió el año pasado por 424.000 euros para instalar un museo sobre la historia religiosa de A Coruña, sigue siendo una incógnita. Sobre él hay varias teorías, entre ellas que fue un antiguo templo judío que albergaba unos baños de purificación rituales, denominados mikvé, algo que ha llevado a historiadores de varios países a visitar el inmueble. Los expertos de la comisión asesora que revisa los proyectos urbanísticos en la zona Pepri conformada por la Ciudad Vieja y Pescadería han instado al Ayuntamiento a contratar un estudio que permita datar las diferentes partes que integran el edificio, y reconstruir su historia.

El grupo, conformado por arquitectos, arqueólogos, técnicos y un historiador, reclama específicamente la “datación de los elementos de esta construcción”, tanto en el contexto del propio edificio como de su parcela, después de “comprobar el estado y situación de los hallazgos” en este, como la cisterna que se piensa que pudo ser un espacio de culto.

Los expertos que elaboren el informe, afirma la comisión, deben estar especializados en “la lectura de los paramentos [paredes y lienzos de muros] de edificios históricos”, y determinar la “configuración estratigráfica” del inmueble. Esto es, las diferentes capas de elementos, o estratos, que han ido configurando el edificio a lo largo de su historia.

El Ayuntamiento ya recopiló las investigaciones históricas sobre el edificio en un informe presentado en 2021 para incluirlo en el catálogo de inmuebles protegidos y justificar su adquisición. En él indicó que en el edificio están presentes elementos del “patrimonio cultural de Galicia”, y recoge la tesis de que fue un templo judío, además de la teoría de que en el lugar se reunieron falsos conversos durante la Edad Moderna, cuando esta religión estaba prohibida.

El historiador del arte Alfredo Vigo Trasancos afirmó, sin embargo, que no existía ninguna “prueba documental fehaciente” de que el aljibe de la casa fuese un lugar de culto. La historia de los conversos proviene de un relato de 1862 del escritor decimonónico Manuel Vázquez Taboada, y, aunque la posibilidad de que en el edificio haya una piscina ritual fue expresada, entre otros, por Emilia Pardo Bazán e interesado a otros estudiosos, Vigo Trasancos se mostró en contra.

El historiador del arte, señala que el edificio estuvo, “casi con entera seguridad”, en el núcleo judío coruñés en la Edad Media, y que en siglos posteriores fue una “importante vivienda enraizada con viejas estirpes hidalgas de A Coruña”. Hay elementos, indica, que vinculan el inmueble con los linajes de Vilousaz y Pardo, y Díaz Revilla.

De acuerdo con el historiador Felipe Arias, es una “hipótesis más que razonable” que el edificio fuese una especie de capilla privada, y quizás abierta al conjunto de la comunidad judía de manera pública o semi-pública, y el arquitecto y urbanista Alfonso Díaz Revilla considera que en la parcela de la casa pudo haber una fortaleza.

Proyecto de musealización

El plan del Ayuntamiento para convertir el inmueble en un espacio público propone crear un centro que explique la religiosidad medieval de la ciudad y dé encaje a los cultos minoritarios. En la primera planta de la casa, de acuerdo con el proyecto municipal, se situaría una exposición con réplicas del patrimonio cultural hebreo, así como cerámicas de la época medieval. El aljibe estaría musealizado.

En la segunda planta del inmueble se situaría un centro arqueológico, en el que los visitantes podrán presentar consultas sobre cuestiones arqueológicas. También una Arqueoteca, esto es, un espacio en el que los usuarios puedan estudiar documentos y piezas del pasado. Este espacio incluiría una zona adaptada para consultar materiales del Museo Arqueológico de San Antón, además de una biblioteca especializada y un archivo sobre expedientes arqueológicos.

Los equipamientos del futuro centro se completarían con espacios dedicados a funcionarios, una zona de trabajo para empresas especializadas en restauración y tratamiento de bienes arqueológicos y una sala de conferencias.

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