Trabajos sin cubrir: la patronal culpa a la falta de jóvenes y los sindicatos, a las malas condiciones

Los empresarios detectan “déficit” de empleados en sectores como la construcción o el transporte | En los próximos años se jubilarán 161 coruñeses por cada 100 que entran en la edad laboral, cuando a inicios de siglo estaban a la par

Trabajadores de la construcción en la obra del paseo marítimo de Orillamar, la semana pasada.   | // IAGO LÓPEZ

Trabajadores de la construcción en la obra del paseo marítimo de Orillamar, la semana pasada. | // IAGO LÓPEZ / Enrique CarbALLO

El envejecimiento reduce el número de coruñeses en edad de trabajar. Según datos del Concello, entre 2023 y 2026 entrarán en la edad de jubilación 161 vecinos de la ciudad por cada 100 que accederán al mercado laboral: en algunos barrios, los que se retiran son el doble, o más, que los nuevos trabajadores. En palabras del presidente de la CEC, Antonio Fontenla, el envejecimiento está causando un “déficit de personas trabajadoras” que “ya está afectando a algunos sectores esenciales para la economía gallega como la pesca, la construcción, el transporte, el metal, la hostelería”, y otros integrados mayoritariamente por autónomos o pequeños empresarios, como fontanería o panaderías. Desde la Cámara de Comercio coinciden en que los empleados “hacen falta en prácticamente todos los sectores”, pero los sindicatos creen que el problema está en las condiciones laborales ofertadas.

Para el secretario comarcal de Comisiones Obreras en A Coruña, José Cristóbal González, el envejecimiento se ha dado en otros países y “cuando hay necesidades de mano de obra se cubren, con población nativa o que viene de fuera”. Añade que actualmente está entrando población inmigrante. Esto choca con la interpretación de la Cámara, que considera que en el caso de Galicia y la mayor parte de España hay “un estrechamiento de la pirámide poblacional tan intenso que el saldo migratorio positivo actual no es suficiente para compensarlo”.

Pero el líder sindical insiste en que la falta de trabajadores en sectores como la construcción se debe a que los jóvenes “no están dispuestos a volver a condiciones del siglo pasado: no tengo ninguna duda de que si estas son buenas los puestos de trabajo se cumplen”. González llama a los empresarios a ofrecer un “estado razonable de bienestar” a sus empleados y a los clientes a “ser exigentes con los sitios a los que vamos”, prescindiendo de los más baratos sin no dan buenas condiciones.

En el mismo sentido se manifiesta el secretario general de UGT en A Coruña, Ángel Iglesias, que considera que en sectores como la pesca es “dificilísimo” que haya relevo generacional porque “han empeorado las condiciones laborales”. En construcción y fontanería, añade, “se ha expulsado mano de obra” durante la crisis inmobiliaria, “algunas veces mandando jóvenes al extranjero, otras a otros sectores mucho más precarizados”. Y a los negocios mencionados por la patronal como problemáticos para el relevo generacional, Iglesias añade el sector público: “En enseñanza y sanidad hemos estado con tasas de reposición negativas, ahora hay una serie de trabajadores muy próximos a jubilarse y no van a tener una reposición, porque las plazas no se cubren de hoy para mañana”.

El secretario comarcal de la CIG, Xabier Filgueira, señala que la falta de trabajadores en algunos sectores puede tener que ver con las “pésimas condiciones de trabajo” y que habría que evaluar por qué “no resultan atractivos profesionalmente”. Filgueira añade, en relación a la falta de jóvenes, que parte optar por emigrar por la falta de “trabajo digno”.

Y refiriéndose en concreto a la construcción, el secretario general de la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco), Juan José Yáñez, indica que en construcción se nota tanto que hay menos jóvenes como que una proporción inferior está dispuesta a entrar en el sector.

“Se sacan cursos de formación y no se cubren”, indica, pese al elevado paro juvenil, y los que lo hacen son para puestos de oficina. Yáñez lo relaciona con la expulsión de trabajadores en la crisis de 2008, pero señala que hay un “tema casi sociológico” y, sin descartar las explicaciones de los sindicatos, afirma que los jóvenes actualmente tienen a rechazar los trabajos físicos y al aire libre.

Los datos apuntan a que el número de trabajadores, descontando el efecto de la inmigración, será menor en el futuro, pues la natalidad coruñesa sigue cayendo, y Fontenla señala que el problema “se irá agravando” a medida que se jubile la generación del baby boom. Una de las consecuencias “parece positiva aunque no lo sea en el fondo”: disminuirá el paro por haber menos demandantes. Pero la caída de población activa “resta capacidad de crecimiento” y es “un reto para el mantenimiento del sistema de bienestar”. Para la Cámara, la situación perjudica a la “competitividad y producción” de las empresas. Ambos señalan que sí hay una oportunidad para las empresas de un sector, el de la economía silver o de servicios a mayores.

Para revertir esta tendencia, las dos organizaciones apuestan por políticas públicas. Desde la Confederación de Empresarios, Fontenla reclama “políticas demográficas ambiciosas” y fomento de la inmigración. “Sabemos que las personas jóvenes necesitan de estabilidad para poder desarrollar un proyecto de familia, recursos para la conciliación, vivienda”, señala el presidente de la CEC, que indica que empresas y patronal tienen “mucho que aportar” con iniciativas propias y conjuntas con la Administración.

La Cámara considera que las políticas en favor de la natalidad deben ser a nivel estatal, y que lo primero es favorecer la natalidad a largo plazo con “incentivos claros y conciliación efectiva sustentada públicamente” . A corto, piden favorecer la importación de mano de obra de forma “ordenada y organizada”, y, a medio, subir la tasa de empleo.

Solo un barrio en positivo

La tasa de recambio de la población activa divide a la población de entre 60 y 64 años, próxima a jubilarse, entre la de 15 y 19. Ahora, solo en uno de los diez distritos de la ciudad los jóvenes superan a los que se van a retirar, en una proporción de diez a siete. Se trata del noveno, que incluye a Novo Mesoiro y A Zapateira.

Pero en el décimo, otra zona periférica de la ciudad y que incluye O Ventorrillo, A Fontenova, A Moura, A Silva y Agrela, hay cerca de 247 coruñeses a punto de salir del mercado de trabajo por cada 100 que se incorporarán en los próximos años. En el distrito cuarto, el de Os Mallos-Sagrada Familia, la proporción es de casi el doble, de 194 a 100, y en el primero, la Ciudad Vieja y Orzán, de 190 a 100. Desde 1998, cuando empezó la estadística, y hasta 2003, menos coruñeses próximos a jubilarse que jóvenes, entre 84 y 98 de los primeros por cada 100 de los segundos.

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