¿Dónde se instalarán las nuevas cámaras que vigilarán las zonas de carga y descarga?

El sistema de monitorización de estos espacios comenzó con un programa piloto entre Alfredo Vicenti y avenida de Fisterra y suma ahora otros siete puntos de control para recabar datos sobre el tiempo de uso y horarios

La medida responde a una demanda de comerciantes y transportistas para evitar que los lugares reservados sean ocupados por vehículos incorrectamente estacionados

Cámara de videovigilancia para el control del tráfico en A Coruña.

Cámara de videovigilancia para el control del tráfico en A Coruña. / Víctor Echave

RAC

Ocho cámaras de videovigilancia controlarán las zonas de carga y descarga en A Coruña para evitar su mal uso. El sistema de monitorización de estos espacios, que comenzó con un programa piloto entre Alfredo Vicenti y avenida de Fisterra, suma ahora otros siete puntos de control para recabar datos sobre el tiempo de uso y horarios de las zonas reservadas para carga y descarga.

Las nuevas cámaras estarán ubicadas en el mercado de Elviña, donde tres cámaras vigiarán la zona de carga y descarga; en la plaza del Conservatorio se instará una y otra estará en la calle Jerónimo Vázque Franco n23, en Eirís. También habrá cuatro dispositivos de control en la plaza de Vigo, junto al Registro Civil; en la calle Sinfónica de Galicia con Juan Flórez; otra en la calle de Monte Alto, en el cruce con avenida de Navarra; y una última en la calle Almirante Cadarso con paseo de ronda.

La instalación cuenta con una inversión total de 386.297 euros para el suministro y montaje de las cámaras junto a la aplicación informática necesaria para el correcto funcionamiento.

Los nuevos dispositivos enviarán información en tiempo real sobre el uso de las plazas reservadas a carga y descarga que será revisada por personal municipal para valorar la aplicación de sanciones en los casos en los que se usen sin contar con permisos y sin estar habilitado para hacerlo.

La medida responde a una demanda de comerciantes y transportistas para evitar que los lugares reservados para desarrollar su trabajo sean ocupados por vehículos incorrectamente estacionados.

El dispositivo forma parte del plan de renovación del CiMob (Centro Intergal de Mobilidade) que cuenta con una inversión de seis millones para el control y la planificación de la movilidad urbana.