“Vi en Rosario Porto a una persona rota, y lo confirmó suicidándose”

“El único móvil que se me ocurre para matar a Asunta es que sabía un secreto”

El historiador Mark Zbigniew Guscin acaba de publicar en la editorial coruñesa Arenas el libro Lo que nunca te han contado sobre el caso Asunta, en el que repasa diferentes versiones e hipótesis sobre el asesinato de la niña compostelana en 2013 por el que fueron condenados sus dos padres adoptivos, Alfonso Basterra y Rosario Porto. Aunque no pudo hablar con el primero, Guscin incluye las conversaciones que mantuvo con Porto, ya en la cárcel, antes de que esta se suicidase.

El historiador explica que, aunque en sus primeras visitas la mujer, condenada por asfixiar a la niña, estaba “bastante animada o alegre”, tras hacerle preguntas sobre el caso acabó “llorando y deshecha”. “Puede ser por su sensación de culpabilidad, o por lo que sea, pero era una persona rota”, afirma el autor del libro, que recuerda que Porto le dijo que “mi vida no tiene sentido, no tengo nada, ni aquí dentro ni fuera”, algo que, considera Guscin, “confirmó suicidándose” más tarde.

Durante sus conversaciones Porto le contó “muchos detalles de la vida de Asunta de niña, de su comunión y de cómo fue creciendo”, y también hablaron de la hipótesis de que Basterra fuera el autor único del crimen. “Le planteé que si ella era inocente, la única otra opción posible es que fuera Alfonso Basterra, y me contó las posibilidades sobre eso”, indica Guscin, que ayer presentó su libro de investigación en el Sporting Club Casino.

Para escribirlo, explica, contó con otros testimonios como los de los abogados de Porto y la acusación particular, así como el del juez instructor. También habló con guardias civiles que participaron en el caso e incluso con la profesora de ballet de Asunta, aunque “fue imposible” hacerlo con Basterra o su abogada.

Aunque Guscin considera que el interés por el caso se centró en Galicia, debido a la proximidad, recuerda que llegó a estar “en todas las televisiones nacionales” y cree que es un “caso inaudito: hay casos en todos los países en los que el padre o la madre matan a un hijo, pero los dos a la vez, creo que es único”. La fascinación por este crimen, considera, tiene que ver con el interés de entender “por qué” dos personas aparentemente normales decidieron “matar a una niña indefensa, y más cuando era su hija, aunque fuera adoptiva”.

Y, admite, no tiene una respuesta clara. “Se ha especulado mucho que si fue por el dinero, porque su padre quería verse con su amante; pero todo eso se puede desmentir”, considera el historiador tras investigar el caso. “Lo único que se me ocurre como móvil”, añade, es que “Asunta sabía algo muy gordo, muy serio, de sus padres, y a ellos se les ocurrió que la única forma de mantener el secreto era sacarla de en medio”. Pero “no hay pruebas”.