Hockey sobre patines

Fortaleza económica y deportiva, reto para el nuevo mandato en el Liceo

Daniel Echevarría repite como presidente en una situación “delicada pero no mortal” en la que en dos años prevén recuperarse del agujero generado por la pandemia

Daniel Echevarría, presidente del Liceo, en el Palacio de los Deportes de Riazor. |  // VÍCTOR ECHAVE

Daniel Echevarría, presidente del Liceo, en el Palacio de los Deportes de Riazor. | // VÍCTOR ECHAVE / María Varela

“Delicada”, insiste en definir la situación económica del Liceo uno de sus directivos. “Delicada pero no mortal”, añade. En la asamblea del pasado 20 de febrero, la primera que celebró la directiva con Daniel Echevarría al frente que asumió el cargo en 2019 y que lo acaba de revalidar en las elecciones, se aprobó un presupuesto de 745.579 euros para esta temporada, un 23% menos que el de la anterior, que incluía una partida para la celebración de la Golden Cup. La previsión es que al final de este mismo ejercicio se puedan obtener los primeros beneficios después de dos años, con la pandemia por el medio, muy complicados financieramente, todo lo contrario que en lo deportivo —campeón de Copa, Supercopa y liga, ; proyecto femenino en la elite; único club con tres equipos en las tres principales ligas nacionales en 2022—. Estos servirán para ir, como coloquialmente se diría, tapando los agujeros generados en los últimos tiempos. Y es el principal reto para los próximos cuatro años de mandato: recuperar el vigor económico sin perder el poderío deportivo pese a salir al mercado en inferioridad de condiciones, lo que obliga al Liceo a moverse siempre en equilibrio en una delgada línea entre una y otra.

Analizando las cuentas presentadas por la directiva en la asamblea a sus socios, la pandemia pasó una dura factura a la economía del club. Porque con el presupuesto ya cerrado para la temporada 2020-21, que era de 891.271 euros, sus ingresos cayeron a 567.771 euros. Un enorme agujero cuando el club empezaba a recuperarse poco a poco de la deuda asumida tras el cambio de presidencia, que se elevaba a más de 240.000 euros, y con los acuerdos con Vueling, la Diputación y el Deportivo como las principales fuentes de ingresos que fallaron para cuadrar las cuentas.

La compañía aérea sufrió la caída en picado del turismo en los peores meses de la pandemia y dejó sin ingresar en las arcas verdiblancas 80.000 euros. Pero ya no solo es el dinero con el que se contaba. El principal problema, explican fuentes cercanas al club, que generó fue de intendencia. Con el respaldo del patrocinador, el Liceo no tenía que preocuparse de desembolsar el dinero de los billetes a Barcelona de cada quince días (10.000 euros aproximadamente). Era la propia compañía la que se encargaba de ello. Las subvenciones se suelen cobrar a final de temporada, por lo que el club no tenía que adelantar el dinero, lo que tuvo que empezar a volver a hacer y supuso el primero de los lastres y un paso atrás en un área delicada en la que por fin había avanzado.

Durante la pandemia también se produjo el descenso a Primera Federación del Deportivo, con el que solo dos años antes se había llegado a un acuerdo de patrocinio por el que el club de fútbol añadía su nombre al del Liceo. Pero la entidad ahora presidida por Antonio Couceiro también se quedó en una situación frágil con la pérdida de categoría y su salida del fútbol profesional, con lo cual no pudo cumplir con lo pactado con los verdiblancos. Una campaña dejó sin abonar 50.000 euros. La siguiente, 40.000. En total, otro agujero de 90.000 euros. “Nada que recriminarles, entendemos que ellos tampoco estaban en condiciones de cumplir con el acuerdo y que su intención siempre fue la de colaborar con nosotros y nos ayudan mucho con el tema de abonados —más de 6.000, se indicó en la asamblea—”, indican las fuentes del club. El patrocinio termina a finales de esta temporada. Y sin embargo no hay negociaciones para su renovación.

Y no falló solo la aportación privada. También la pública. El recorte llegó sobre todo desde el lado de la Diputación. “La ayuda que recibimos ahora es solo del 30% de lo que iba a ser”, una estimación de pérdidas en torno a los 100.000 euros. Que se unen a que en 2020 el club estaba a dos semanas de organizar la Copa del Rey, con todas las entradas prácticamente vendidas y muchas de las intendencias en marcha —y abonadas— cuando estalló la pandemia. La estimación de lo que supuso la falta de taquilla durante ese tiempo es de otros 45.000 euros.

La directiva actual cogió el club con una deuda que rondaba los 240.000 euros. Las marchas de algunos de los jugadores en aquella temporada —se fueron al Porto Sergi Miras, Carlo di Benedetto y Xavi Malián; al Benfica Eduard Lamas y al Scandiano Marc Coy— dejaron algo de caja para afrontar la reconstrucción con los hermanos Grau y los Di Benedetto y los argentinos Franco Platero y Maxi Oruste. Reconoce la directiva que en ese momento tuvo que plantearse el dilema de un cambio de objetivos. Y que su error fue que les pudiera la ambición. No solo mantuvieron el nivel deportivo, sino que lo aumentaron. Y sumaron el reto de ser el único club en tener a tres equipos en las tres principales categorías nacionales: OK Liga masculina, OK Liga femenina y OK Plata.

De la plaza del filial en la segunda categoría ya se tuvo que desprender para esta temporada. Del segundo equipo, ahora en OK Bronce, así como de la base, se encarga ahora de su manutención el propio colegio Liceo la Paz tras un acuerdo entre el centro y el club, que habían roto relaciones en cierta medida en cursos anteriores. Este convenio supone uno de los puntos que pueden ayudar a los verdiblancos a recuperar el vigor de sus arcas. Según lo presentado en la asamblea, otros brotes verdes es el incremento de más de un 52% de los patrocinios privados frente a los públicos. Consolidar los primeros frente a los segundos es uno de los objetivos para una recuperación a corto plazos. Dos años es la estimación del club, pero ya para la próxima temporada el Liceo tendrá que volver a salir al mercado para sustituir a jugadores que se marcharán al finalizar el curso. Y sin la excelencia deportiva es más complicada la revigorización económica. Dos años, por tanto, para remar todos juntos en la misma dirección.

El equipo femenino, más fuera que dentro

El equipo femenino del Liceo, que fue uno de los grandes proyectos de la directiva que tomó las riendas del club en 2019 y que ahora lo acaba de revalidar, tiene un pie fuera del club. Casi los dos. En la asamblea los dirigentes explicaron el problema derivado de una inspección de Trabajo, derivada a su vez de la denuncia por discriminación interpuesta por la exportera Katy Guscin y rechazada en parte por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Si se determina que el equipo es profesional, no es viable, sentenciaron entonces. Según fuentes consultadas por este periódico, la intención que baraja el club es ceder la plaza, de forma gratuita, para que un grupo de personas relacionadas con el mundo del hockey sobre patines se haga cargo de la gestión del equipo, ya fuera de la órbita del Liceo, bien en un club nuevo o en uno que ya exista. Un acuerdo al que todavía no se ha llegado y pendiente de muchos frentes, desde el reconocimiento de deudas hasta la decisión de las propias jugadoras de si quieren permanecer en A Coruña.

Suscríbete para seguir leyendo