Baloncesto - LEB Oro

62-71 | El Leyma se queda contra las cuerdas

El Gipuzkoa vuelve a asaltar el Palacio ante un equipo naranja sin acierto, en el que se salvaron Hernández y Vega y que está obligado a ganar dos duelos en San Sebastián

LEYMA 62 - GIPUZKOA 71

Leyma Coruña (15+15+21+11): Goran Filipovic (2), Olle Lundqvist, Yunio Barrueta (12), Alejandro Galán y Lotanna Nwogbo (6) —cinco inicial—. Atoumane Diagne (10), Ingus Jakovics (7), Aleix Font (6), Javi Vega (5), Djordje Simeunovic (7) y Álex Hernández (7).

Guuk Gizpuzkoa (11+21+21+18): Xabier Oroz (2), Justin Jaworski (14), Adam Sollazzo (11), Michael Carlson (4) y Rauno Nurger (7) —cinco inicial—. Aitor Zubizarreta (8), Mikel Motos (11), Xabier Beraza, Ander Martínez (10) y Mario Delas (4).

Árbitros: López, Carrera y García. Sin eliminados por faltas personales.

Cancha: Palacio de los Deportes de Riazor.

Asistencia: 2.000 espectadores.

El Leyma encontró su criptonita y se llama Gipuzkoa. Los vascos repitieron la hazaña del viernes para volver a ganar en el Palacio de los Deportes de Riazor (62-71) e hicieron que salte la sorpresa en el play off de ascenso a la ACB, en el que el equipo coruñés, el tercer clasificado de la liga regular, va 0-2 abajo y con todo merecimiento. La lección táctica fue de los visitantes, que consiguieron que se jugara a lo que ellos proponían y dejaron al conjunto con la media de puntos más alta en 67 y 62 puntos respectivamente. Aunque a los locales volvió a fallarles la falta de acierto. Se aferran ahora a una remontada histórica, pero llegarán a San Sebastián contra las cuerdas y con la obligación de ganar los dos duelos a domicilio —ya se impuso allí en la temporada regular— del viernes y del domingo para que la eliminatoria vuelva a A Coruña. Si no, se acabará la temporada. Antes de lo esperado según las ilusiones desatadas.

El partido comenzó como había acabado el anterior, con el Gipuzkoa más cómodo, siendo el que imponía el ritmo que más le convenía e impidiendo que el Leyma pudiera correr y desplegar su juego fluido. La diferencia fue que los naranjas fueron conscientes de que, en ese contexto, y encima con su poco acierto en el tiro, la única salida era defender, defender y defender. Los coruñeses aceptaron la lucha en el barro y también consiguieron bajar los porcentajes de su rival. Del 6-10 se pasó al 15-11 final del primer cuarto, un parcial de 9-1 en el que intervino Aleix Font. El jugador naranja celebró con rabia sus canastas porque llevaba un par de partidos completamente negado de cara al aro. Recuperarle para la causa era imprescindible para las aspiraciones coruñesas.

Primera revolución Álex Hernández

La canasta de Diagne nada más abrir el segundo cuarto daba la mayor ventaja a los locales (17-11). Y entonces empezó el festival de los de San Sebastián. Tres triples seguidos para ellos para darle la vuelta por completo al marcador hasta el 19-22. Diego Epifanio tuvo que recurrir a la baza Álex Hernández. El base murciano, que empezó el año lesionado de la rodilla, no había disputado ni un segundo en el duelo del viernes. Podía pensarse que el técnico lo estaba reservando para una urgencia y esto lo era. Había que cambiar el rumbo, darle un giro al partido y también a la dirección del mismo porque ni Filipovic —que por lo menos el viernes estuvo acertado en el tiro— ni Jakovics terminaban de encontrarle el pulso a la eliminatoria. Nada más entrar metió una canasta, dio una asistencia a Diagne y sumó otros dos puntos con una bandeja fácil (27-25). Pero el Gipuzkoa tenía reservados otros tres triples para el cierre de un cuarto en el que sumó 18 de sus 21 puntos desde la línea de 6,75 metros (30-32).

Entrada a canasta de Álex Hernández.

Entrada a canasta de Álex Hernández. / VICTOR ECHAVE

Empezó mal la segunda parte con un parcial de 0-5 que hizo que Epi no dejara pasar ni dos minutos antes de pedir tiempo muerto. Buscaba una reacción, pero fue al contrario. Gipuzkoa se fue paulatinamente en el marcador. Parecía imposible que pudiera mantener el ritmo de acierto en los triples, pero siguió a lo suyo con dos más. De repente, la ventaja ya estaba en los 13 (34-47). El Palacio de los Deportes de Riazor se puso a rugir cuando los suyos más lo necesitaban. Y los naranjas jugaron sus mejores minutos. Llegaron los triples, de Vega, otro de las destacados, y Barrueta. Y también la segunda revolución de Álex Hernández. Volvió a cambiar el partido. Asistió en dos ocasiones seguidas a Diagne, que machacó la canasta. Encontró en la esquina a Jakovics, que cedió la dirección al murciano para irse al perímetro y marcó desde el triple el empate 51-51. Una canasta en el último suspiro del tercer cuarto del Gipuzkoa rompió la igualdad (51-53).

El arreón no tuvo continuidad por más que el Leyma intentara agarrarse al partido. El juego del Gipuzkoa era más sólido, más continuo. El de los naranjas, a tirones, viviendo de momentos puntuales de inspiración, como el triple de Álex Hernández que supuso el 58-62 que todavía daba esperanzas porque los visitantes estaban en bonus. No aprovechaba esa condición el Leyma, con un Diagne con un 0 de 3 desde la personal. Falló primero dos, después otro más. Los vascos, en cambio, anotaban con una facilidad pasmosa. Parecía que tenían unos nervios de acero. Ni si inmutaron cuando dos tiros libres de Jakovics acercaron a los locales otra vez a cuatro (62-66). Fueron los últimos puntos de los locales, que falló una y otra vez los intentos de triples —jugó con bajitos pero sin Barrueta ni Lundqvist (solo disputó 10 minutos)— mientras una canasta de Jaworski y otra de Delas acababan con todas las esperanzas del Leyma.

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El Lleida anunció ayer que presentará acciones legales contra la Federación Española de Baloncesto para impugnar el partido que jugó el viernes en Valladolid, el segundo del play off de ascenso a la ACB y que ganaron los pucelanos en la prórroga (86-83) para poner el 2-0 en la eliminatoria después de una jugada polémica al término del tiempo reglamentario. Con 80-80 en el marcador, los árbitros señalaron falta de tiro sobre Vucetic. El marcador señalaba que quedaban 0.7 segundos por jugar y el jugador del conjunto ilerdense tenía tiros libres que podían dar la victoria a los suyos. Pero uno de los colegiados habló con la mesa y decidieron que la falta había sido fuera de tiempo, por lo que el encuentro se fue a la prórroga en la que finalmente venció el equipo local. El club catalán envió un comunicado a la atención del Comité Nacional de Competición en el que presenta la impugnación “por la actuación negligente grave por parte del colectivo arbitral y comisarios de mesa designados para el citado encuentro del que a su vez deriva un error manifiesto y flagrante generador de irreparables perjuicios para el Lleida tanto deportivos como económicos”. El escrito hace una explicación de la situación y concluye que existió también una “interferencia” de un rival por lo que debía haber sido canasta y tiro libre adicional y apunta a que no se trata de un simple error porque “desvirtúa el resultado final”.