El Leyma desafía a su historia

500 aficionados le acompañan ante Estudiantes en busca de su primer título nacional

La plantilla del Leyma Coruña, en el Palacio de los Deportes durante un entrenamiento esta semana.

La plantilla del Leyma Coruña, en el Palacio de los Deportes durante un entrenamiento esta semana. / Iago López

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

La fecha de este domingo, 28 de enero de 2024, puede quedar grabada en la historia del deporte coruñés. Este es el día en el que el Leyma Coruña aspira a levantar su primer título nacional al medirse, partir de las 12.30 horas (LaLiga+) al Movistar Estudiantes por la Copa Princesa. Estar ya es un premio, un reconocimiento al trabajo brillante de la primera mitad de la temporada. Pero el Leyma, con el medio millar de aficionados que le arropan en Madrid, saldrá a desafiar a su historia, romper la estadística de este trofeo y presentar su seria candidatura al ascenso a la ACB.

El equipo es consciente del reto mayúsculo que afronta. Por el rival, por el escenario y por los precedentes. También conoce muy bien las armas de las que dispone. La primera, la afición. La primera remesa de aficionados partió este sábado al mediodía desde la explanada de Riazor. La segunda, sale en la madrugada de este domingo. Todos juntos, aspiran a convertir el Wizink Center por un solo día en una sucursal de O Forno de Riazor.

En la pista, el Leyma presume de un juego vistoso, un aparato colectivo muy bien engrasado y la vitola de ser, ahora mismo, el conjunto más en forma de la LEB Oro. Son ya siete victorias consecutivas las que suma. Desde el asalto a la pista de Gipuzkoa a comienzos de diciembre no ha hecho más que ganar.

En esa ristra de citas triunfales figura el antecedente más reciente de los coruñeses contra el Estudiantes. El Leyma venció 76-78 gracias a los puntos decisivos de Goran Huskic en la recta final del duelo que se jugó el pasado 20 de diciembre. El encuentro se disputó en Magariños, la casa tradicional del conjunto capitalino, y terminó con mucha polémica. Los árbitros no dieron por válido el intento de igualar del Estudiantes. Adams Sola soltó el balón fuera de tiempo por apenas unas milésimas de segundo. Esa derrota de forma agónica encendió a los locales.

Uno de los hombres que más protestó fue Michael Carrera. El venezolano, que se salió en aquel duelo y mantuvo a su equipo en el partido en todo momento, fue sancionado por encararse con el trío arbitral. Esa acción le costó un castigo de siete partidos oficiales, que al apelar se quedaron en cinco. Se ha perdido los últimos cuatro de LEB Oro y, este domingo, verá el choque desde la grada para terminar su penalización.

Para el Estudiantes tampoco es un duelo más. Su afición le exige el regreso inmediato a la Liga ACB, sin distracciones. Pero el equipo sabe que la Copa es un paso necesario y que una derrota, se traduciría en un serio aviso de cara a lo que resta de temporada. “Pocas veces se juega por ganar trofeos estés donde esté”, reconoció el técnico del Estu, Pedro Rivero. Su plantilla tiene ansias de revancha: “Tenemos ganas contra Coruña por la derrota en la temporada”, expresó el pívot danés, Kevin Larsen.

Epi no se confía lo más mínimo. “Este partido no va a ser sólo lo que nosotros queramos proponer, sino también lo que propone el otro equipo”, comentó el viernes, en la previa del encuentro. El técnico advirtió a sus jugadores que deberán ser capaces de controlar todos los aspectos del juego, incluidas las pérdidas, la concentración, los errores individuales y no conceder tiros fáciles. “Sobre todo, la clave está en controlar las emociones”, resaltó el entrenador burgalés, que afronta su tercera final de Copa Princesa. Perdió la primera con San Pablo Burgos en 2017 y ganó la segunda con el Breogán, en 2021. También suman experiencia previa Goran Huskic, a las órdenes a Epi en Burgos, y Álex Galán, que cayó con Alicante ante el que ahora es su entrenador hace tres años.

Los precedentes no son favorables. Solo una victoria visitante en las últimas 15 ediciones, la de Gipuzkoa en Valladolid en 2020. Pero la estadística está para romperla y, la historia, para escribirla. Como la escribieron once de los últimos catorce participantes en este trofeo, que acabaron la temporada celebrando el ascenso. Pase lo que pase tras el salto inicial, el Básquet Coruña ya ha ganado en ilusión y ambición. Esta última tienen que demostrarla hoy más que nunca para que la Copa Princesa sea un éxito más en un camino triunfal que debe conducir hacia el premio mayor, el ascenso a la Liga ACB.