80-72 | El Leyma cae con orgullo en el Wizink

No pudo ser. El Leyma Coruña peleó y creyó durante tres cuartos en obrar el asalto al Wizink Center y arrebatarle al Estudiantes la Copa Princesa que casi siempre ganan los anfitriones. Los de naranja, con 500 aficionados empujando en Madrid, cayeron por 80-72 en un duelo en el que lucharon con la presión, la ilusión y los nervios propios de una cita con la historia. Goran Huskic fue el salvador en los momentos más complicados, pero no llegó. El talento de los locales y la frustración de los últimos diez minutos desgarraron las esperanzas de un Leyma que cayó con mucho orgullo.

Epi incidió en la previa en que los nervios no debían jugarle una mala pasada al equipo. La actitud tenía que ser un haber en el inicio del partido. Y así lo fue. Álex Galán inauguró el marcador con una bandeja y, aunque Dee replicó para Estudiantes, Sebastian Aris se encargó de enseñar la carta de presentación del Leyma en el Wizink con un triple casi desde media cancha cuando se le acababa la posesión. Los naranjas llegaron a Madrid para pelear de tú a tú contra el campeón de invierno. No se dejaron intimidar por la efectividad en tiros de dos de Wintering, ni por los dos tiros de tres de Murphy, que pusieron 14-10. Barrueta replicó con un triple muy punteado que activó al resto de tiradores. Burjanadze e Ingus Jakovics encadenaron dos triples consecutivos para sumar y escaparse a cinco puntos, 16-21, antes de que Wintering y Larsen lo igualasen al término del primer cuarto, 21-21.

El segundo cuarto fue más madrileño que coruñés. Tardó en desatascarse el marcador, que solo se movió con un tiro libre de Sergio Rodríguez tras una antideportiva de Beqa. A la rotación del Leyma le costó encontrarle las cosquillas a la defensa rival. Diagne fue un comodín bajo el aro y McDonnell sumó un triple para empatar el intento de escapada del Estudiantes, 26-26. Pero el escenario imponía. Como también imponían los triples de Sergio Rodríguez, Toms Leimanis y Alex Murphy, que firmaron el 37-30 y alertaron a un Leyma muy molesto por el arbitraje. Cinco faltas de los hombres de naranja por ninguna de los de azul en el ecuador del segundo cuarto encendieron a Diego Epifanio.

También hizo aspavientos Goran Huskic, que tradujo su molestia en puntos. Cuatro canastones consecutivos anotó el pívot serbio, que demostró una vez más su dominio en el poste ante cualquier adversario que se le ponga por delante. El 39-36 puso sobre aviso a Pedro Rivero, el técnico del Estudiantes, que frenó el partido antes del último minuto para del descanso. Ferrando despertó a los capitalinos con un triple. Huskic no pudo responder con un gancho, como tampoco pudo Jakovics con un triple sobre la bocina que mantuvo en cuatro puntos la diferencia al entretiempo, 42-38.

El serbio siguió a lo suyo en el tercer cuarto. Elevó hasta seis sus canastas consecutivas. Junto con Barrueta, consiguió recuperar la ventaja para el Leyma a base de tiros libres, 44-45. Estudiantes temió al verse cuatro abajo, 44-48, y en bonus a seis minutos de acabar el cuarto. La línea de tiros libres fue una mina de oro a la que Huskic acudió con menos acierto que frecuencia.

Wintering consiguió despertar a tiempo a Estudiantes y Larsen igualó con dos tiros libres. Nuevamente, Huskic apareció con una bandeja que silenció a los locales. Larsen se quejó de un golpe en la cara que no pasó a mayores. Ese pequeño parón le sirvió a Estudiantes, y sobre todo a Johnny Dee, para engancharse con un triple sobre la bocina. 53-54.

Diez minutos para soñar con todo. Con un punto de ventaja que Dee neutralizó de inmediato. Lo recuperó Diagne, 55-56, antes de que entrase en acción el factor determinante: Toms Leimanis. El jugador Estudiantes no dejó de anotar triples. El primero le dio la ventaja final a los madrileños, 58-56. Le copió Murphy, que castigó desde el perímetro la falta de agresividad de los defensores del Leyma. Reacción insuficiente de Aris, a la que siguieron dos triples más de Leimanis que pusieron en nueve la diferencia: 67-59. No encontró soluciones anotadoras el equipo de Epifanio, que retuvo a Huskic en el banquillo hasta los últimos cinco minutos. Se volvió loco el serbio en la banda al ver a su equipo desarmado. Salieron él y Barrueta al rescate. Encadenaron dos canastas con una más de Aris, pero Rivero cortó por lo sano. Un nuevo triple de Leimanis enterró las esperanzas. El Leyma se consumió en su orgullo, mezclado con la frustración y la impotencia. 80-72. Todos los de naranja presentes en el Wizink tuvieron que aplaudir al Estudiantes al recoger el renovado trofeo de la Copa Princesa. Otra vez será.